¿Conoces la historia de Ángel Luis Fernández? En cualquier producción cinematográfica existen una serie de profesionales que a menudo son poco visibles para el público y que ejercen una labor imprescindible. Uno de esos profesionales es el director de fotografía que, a pesar de ser el encargado de la luz y del aspecto visual de una película, en muchas ocasiones permanece, irónicamente, a la sombra del director.
Afortunadamente, con el paso de los años, el director de fotografía está cobrando protagonismo y su trabajo está siendo reconocido tanto por parte de los críticos especializados, como a la hora de otorgar premios a los logros o méritos en la labor cinematográfica.
Por supuesto, el espectador también es consciente del importante trabajo de un director de fotografía y cada día más personas alaban la iluminación o el color de sus películas favoritas.
Directores de fotografía como Emmanuel Lubezki o Roger Deakins visibilizan cada día más la increíble labor de estos profesionales que son responsables, en gran medida, de la carga dramática y la atmósfera de una película.
En España también contamos con grandísimos profesionales en todos los campos relacionados con la producción cinematográfica y por eso, en el artículo de hoy, queremos hablaros de uno de esos profesionales que quizás no es demasiado conocido: Ángel Luis Fernández.
Nacido en Madrid en 1945, es un director de fotografía que ha trabajado con directores de la talla de Pedro Almodóvar, Fernando Trueba o Fernando Colomo. Entre su extensa filmografía, que cuenta con cerca de 100 películas, destacan títulos como: La mula (2013), El sol del membrillo (1992), ¡Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) o Arrebato (1979).
Ángel Luis Fernández: los inicios
Ángel Luis Fernández es un director de fotografía atípico ya que su intención inicial era convertirse en ingeniero aeronáutico. Finalmente, su pasión por el séptimo arte, lo llevo a estudiar, como muchos cineastas de su generación, en la extinguida (EOC) Escuela Oficial de Cinematografía. Allí coincidió con Javier Aguirresarobe, otro de los directores de fotografía más importantes de nuestro país.
A punto de finalizar sus estudios y debido a discrepancias con la iluminación de una de las películas de prácticas con el director Julio Baena, Ángel Luis Fernández no pudo obtener su título de operador de cámara.
A pesar de este contratiempo, pudo seguir ligado al mundo del cine y en 1975 consiguió una beca como cooperante en Brasil, que le llevó a ejercer como profesor de cinematografía en la facultad de Medios de Comunicación Social en la Universidad Pontificia de Porto Alegre.
Fernández aprovechó su estancia en Brasil para visitar los fascinantes paisajes del continente sudamericano. Como buen amante de la fotografía, el encuentro con los vivos colores de la cultura brasileña lo cautivaron. A pesar de ello, su estancia en Brasil fue corta, ya que su trabajo como docente pronto le cansó debido a la corrupción que rodeaba a la facultad y la práctica habitual de comprar títulos.
Fernández regresó a Madrid justo antes de que la (EOC) se clausurase y consiguió, por fin, finalizar sus estudios de cine. Con su título en la mano, comenzó la aventura de encontrar su primer trabajo.
Su debut en el cine y la movida madrileña
A su regreso a Madrid, Ángel Luis Fernández trabajó como fotógrafo de prensa y publicidad. Posteriormente, a finales de los años 70 llegaron sus primeras incursiones en el cine.
Su primer trabajo llegó, de la mano del director y arquitecto Fernando Colomo, en el cortometraje Pomporrutas imperiales, donde trabajó como cámara y en el que también coincidiría con su compañero de estudios Javier Aguirresarobe, que se encargaría de la iluminación.
Posteriormente, llegaría su oportunidad y su debut como director de fotografía en uno de los filmes más representativos de la transición española, Tigres de papel (1977), también con Fernando Colomo en la dirección. En la película de Colomo también haría su debut una de las actrices más importantes del cine nacional, Carmen Maura.
A pesar de que Colomo creía haber filmado una película seria y con una fuerte carga ideológica, en el festival de San Sebastián, donde se estrenó, asistió atónito como el público se partía de risa. Mirando a Carmen Maura le dijo: “Tú di que es una comedia”.
La película de Colomo supondría el nacimiento de un nuevo subgénero en el cine español: la comedia madrileña. Posteriormente, Ángel Luis Fernández tendría el privilegio de participar en un momento sociocultural y político crucial para el cine actual.
Llega la década de los 80 y con ella la movida madrileña
Madrid estaba en plena efervescencia creativa, la dictadura de Franco había quedado atrás y la movida estaba a punto de hacer acto de presencia, inundando la capital de apasionantes propuestas artísticas fruto de la liberación cultural e ideológica.
La música, el cine, la fotografía o la moda se empaparon de la cultura pop y underground, donde las mejores propuestas artísticas llegaban de la juventud que sentía por fin que podía expresarse libremente.
El cine, por supuesto, también se contagió del espíritu de la movida madrileña y directores como Pedro Almodóvar o Iván Zulueta plasmaban en sus filmaciones la realidad de la juventud de la capital en la que predominaba la liberalización sexual, el consumo de drogas y el mundo de la noche. Es gracias a Iván Zulueta que Ángel Fernández tiene la oportunidad de participar en uno de las películas más trasgresoras y experimentales del cine español Arrebato (1979).
Ángel Luis Fernández junto a Iván Zulueta en el rodaje de Arrebato (1979)
En la cinta del fallecido Zulueta, Fernández vive la experiencia de un rodaje caótico en el que predomina la anarquía, la escasez de financiación y en el que todo el equipo de sonido abandona el rodaje. A pesar de los contratiempos, la película se estrena en 1980 y, aunque en principio no obtiene el éxito esperado, con el tiempo se convierte en una película de culto.
Posteriormente, Ángel Luis Fernández también participa en la primera película de un joven Fernando Trueba, Ópera Prima (1980), otro de los films más aclamados del cine español de los 80, en cuyo reparto de encuentran Óscar Ladoire, Marisa Paredes, Antonio Resines (con pelo) e incluso El Gran Wyoming.
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Pedro Almodóvar se cruza en su camino
En 1982 Pedro Almodóvar llama a Ángel Luis para que se encargue de la fotografía de sus primeras películas, entre ellas: Laberinto de Pasiones (1982).
Entre Tinieblas (1983) y ¡Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), cinta protagonizada por Carmen Maura, una ama de casa adicta a las anfetaminas, que vive con un marido taxista y machista, una suegra neurótica, dos hijos macarras y un lagarto.
Con Almodóvar, Fernández también se encarga de fotografiar La ley del deseo (1987), una de las mejores películas del manchego y que está protagonizada por Eusebio Poncela, Carmen Maura y Antonio Banderas. En la fotografía de Ángel Luis Fernández podemos destacar una de las escenas más célebres en la obra de Almodóvar: la «escena de la manguera» (“¡Vamos, riégueme! No se corte, ¡riégueme!”)
Resumen de la filmografía de Ángel Luis Fernández
Después de los trepidantes inicios en la carrera profesional de Ángel Luis Fernández y antes de terminar la década de los 80 participaría en obras tan importantes como Bâton Rouge (1988) del director Rafael Moleón, que obtuvo cinco nominaciones en la III edición de los Premios Goya.
Además, volvería a trabajar como director de fotografía en una de las últimas obras audiovisuales de Iván Zulueta: Párpados (1989), capítulo de la serie de Televisión Española Delirios de amor.
Ya en la década de los 90, Ángel Luis Fernández participaría en la segunda parte de El sol del membrillo (1992). El tercer largometraje del director Víctor Erice que retrata el proceso de creación artística de un cuadro por su autor, el pintor realista Antonio López y que destaca por su hermosa fotografía.
La cinta conseguiría el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes 1992 y el Premio Hugo de Oro en el Festival de Chicago.
A continuación, os dejamos un pequeño listado con suspelículas más importantes:
- Supernova (1993), de Juan Muñoz y protagonizada por Marta Sánchez, Javier Gurruchaga y Gabino Diego.
- Sálvate si puedes (1995), dirigida por Joaquín Trincado y protagonizado por Imanol Arias y María Barranco.
- El invierno de las anjanas (2000), de Pedro Telechea y protagonizado por Eduardo Noriega y Elena Anaya.
- Km. 0 (2000). de Yolanda García Serrano y protagonizada por Concha Velasco, Georges Corraface y Silke.
- Cuando todo esté en orden (2002), del director César Martínez Herrada, con Antonio Dechent, José Luis García Pérez y Daniel Guzmán.
- Un rey en la Habana (2005), de Alexis Valdés, protagonizada por María Isabel Díaz Lago, Carmen Machi y José Alias.
- Bienvenido a Farewell-Gutmann (2008), de Xavi Puebla, protagonizada por Sergio Caballero, Héctor Colomé y Adolfo Fernández.
- La mula (2013), dirigida por Michael Radford y protagonizada por Mario Casas, María Valverde y Antonio Gil.
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Hasta aquí nuestro repaso por uno de los directores de fotografía que tuvo el privilegio de formar parte del nacimiento del cine español actual. Una figura imprescindible para conocer la historia de nuestro cine y uno de esos personajes que a menudo no tienen la visibilidad que se merecen.
Sin duda, Ángel Luis Fernández es un profesional que abrió el camino a los actuales directores de fotografía y que, a pesar de aportar luz al cine, vivió su carrera profesional en la penumbra y en el escaso reconocimiento de los títulos de crédito de sus películas.
Esperamos que hayas disfrutado de nuestro artículo de hoy, y ya sabes, si quieres formar parte del increíble mundo del séptimo arte, puedes realizar el curso de dirección de fotografía que te ofrece 35mm.