Carlos Hernández es ganador de dos premios a la mejor producción en los Premios de la Música Independiente y ha trabajado con grupos como Pereza, Viva Suecia, Carolina Durante, Triángulo de Amor Bizarro o La Habitación Roja, entre muchos otros.
Ahora y siempre: dad el 150% de vosotros en todo lo que hagáis, ya sea en tirar un cable o en mezclar
¿Cómo es Carlos Hernández?
Me considero una persona normal, muy afortunado por la profesión que tengo, ya que he conseguido llegar a lo que quería ser desde que tocaba en grupos con 18 años, y pisé por primera vez un estudio, pero sin creerme nada especial. Esto es un trabajo como otro cualquiera, en el que se emplean muchísimas horas.
Soy muy futbolero, me encanta mi familia y por supuesto la música. No soy muy de que me represente nadie y considero que el ser humano como individuo o en pequeñas sociedades (familia, amigos, etc…) es increíble a diferencia de cuando nos agrupamos en defensa de cualquier ideal o cuestión mas generalista.
¿Qué es lo más difícil de empezar en esta profesión y mantenerse?
No tengo una sensación de grandísimas dificultades, pero sí de enorme esfuerzo desde que empecé y muchas horas detrás de una mesa de mezclas. Al ser tan vocacional, siempre pesan más las ganas de seguir.
Evidentemente siempre hay discos, conciertos o situaciones en donde surgen problemas o donde las cosas se tuercen y hay muchos días difíciles, pero al final se sale de todo. Como en cualquier otro trabajo la experiencia te ayuda, pero al principio cuando no la tienes, te ayudan las ganas infinitas de conseguir llegar a ser lo que quieres.
Con más de 25 años de trayectoria a tus espaldas. ¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?
Lo mejor es casi todo: descubrir tantas cosas, conocer tanta gente, escuchar tanta música, el backline, los equipos de sonido… Nunca paras de aprender. Y lo peor: los horarios, la dificultad de programar unas vacaciones o unos días de descanso cuando el resto de la humanidad. La incertidumbre a si tendrás trabajo a 6 meses vista, la falta de un sueldo fijo mensual…
¿Animarías al alumnado de Treintaycinco mm a dedicarse a este oficio?
Por supuesto, es el mejor oficio del mundo. Yo me considero súper afortunado ya que he podido dedicarme a lo que quería desde que tenía 18 años.
Vosotros –los alumnos de Treintaycinco mm- que tenéis la suerte de haber podido acceder a un centro de estudios tan increíble, no desaprovechéis ni un segundo de las clases, es la enseñanza base que os acompañará toda vuestra vida.
Un consejo para ellos/as.
Ahora y siempre: dad el 150% de vosotros en todo lo que hagáis, ya sea en tirar un cable o en mezclar. No tengáis prisa, las cosas no son de un día a otro. Evidentemente todos queréis estar mezclando ya, pero antes de eso hay que entender muchísimas cosas.
Por último, una vez adquirida la suficiente experiencia para poder independizaros, trabajad con la música que os guste y especializaos en la música que escuchéis, será la forma de disfrutar cien veces más de esto y vuestros resultados serán infinitamente mejores.
Aunque estés orgulloso de todas tus producciones, ¿Considerarías alguna de ellas como tu “obra maestra”?
Es muy difícil, no creo poder deciros el mejor disco que he hecho. Os citaré varios de los que estoy muy orgulloso y han significado mucho en mi trayectoria:
- El Milagro – Viva Suecia
- Los tres discos que hecho a Triángulo de Amor Bizarro
- Unidad de Desplazamiento – Los Planetas
- Diciembre – Leiva
Además de haber sentido feeling con algún músico o grupo a nivel profesional… ¿También surge la amistad? Es decir, ¿es un trabajo que traspasa lo profesional hasta lo personal?
Sí, por supuesto que surge amistad. Es un trato muy cercano durante muchos días y muchas horas, y traspasa lo profesional. Con unos más que con otros, pero es así. Pasas a hablar exclusivamente de las canciones a contarte tu vida y tus problemas. Además, y en mi caso, mi relación se amplía a muchas horas de furgoneta y hotel ya que también mezclo en directo a muchos de ellos.
Una anécdota divertida con alguno de los músicos o grupos con los que hayas trabajado que os haya sucedido.
Uf, hay muchas algunas no se pueden contar –risas-. Quizá una con Los Planetas. Les diseñé su estudio de grabación en Granada, donde grabaríamos 3 discos. Era una construcción nueva en un terreno de J, el cantante. Al excavar apareció un túnel de la Guerra Civil que venía desde un antiguo polvorín que había en la zona. Lo mantuvimos poniendo en el interior un patch y usándolo de sala de reverb natural. Además, le dio nombre al estudio “El refugio antiaéreo”.
¿Qué puede esperar nuestro alumnado de la próxima masterclass?
Voy a explicar con todo lujo de detalles como grabamos El Milagro, enseñando diferentes sesiones de mezcla. Al hacer la masterclass desde mi estudio, también les enseñaré diferentes técnicas de colocación de microfónica y las cosas que considero más importantes a la hora de producir un disco.
