El desarrollo tecnológico que hemos vivido a lo largo de, sobre todo, las últimas dos décadas ha cambiado para siempre las reglas de juego del mundo del cine. Con la llegada de la cinematografía digital y de la enorme cantidad de facilidades que ofrece, no son pocos los que podrían pensar, teniendo en cuenta que “todo es plausible de ser corregido en postproducción”, que la figura del Director de Fotografía pasa a un segundo plano en la producción de una película. Nada más lejos de la verdad.
Así como el antiguo puesto de montador se convirtió en el de editor, el Director de Fotografía también ha sabido adaptarse y mutar con la aparición de la cinematografía digital. Su función sigue siendo la misma, aunque los parámetros que debe analizar ahora son distintos a los de antaño.
Para entender mejor los cambios que ha vivido el especialista en dirección de fotografía analicemos primero a qué llamamos cine digital y en qué se diferencia del cine tradicional.
¿A qué llamamos cinematografía digital?
Para partir de un punto algo obvio podemos decir que la cinematografía digital es aquella que abandona la tecnología analógica y utiliza la tecnología digital para grabar, distribuir y/o proyectar películas.
El cine digital cuenta con diversas ventajas en comparación con el cine analógico. La primera de ellas es su mantenimiento, que tiende a nulo en comparación con los estrictos cuidados que es necesario mantener con las películas de 35 mm para que no se estropeen.
Otra gran ventaja es su menor coste de producción. Pensemos primero que el cine tradicional requería de laboratorios que generaran copias del master original (lo que incrementaba su coste de producción, sobre todo teniendo en cuenta que se requerían cientos de copias –a unos 1500€ cada una- para enviar una a cada sala de cine). Este coste desaparece desde el momento en que se puede hacer una copia a través de un ordenador por un valor diez veces menor.
Otro coste que se reduce es el transporte. Mientras el celuloide necesitaba de un transporte específico para enviar los rollos a las distintas salas (debido a que es un material muy sensible), las películas digitales pueden ser transportadas en un simple disco duro sin mayores inconvenientes.
Por último también se reduce la cantidad de personas involucradas en la proyección, ya que se elimina el puesto de proyeccionista (un especialista encargado de montar las películas en el proyector de una sala de cine con el cuidado necesario para evitar posibles deterioros) al permitir proyectar una película simplemente dando play desde un ordenador.
La última de las ventajas que nombraremos aquí afecta, ahora sí, al espectador: la calidad de la proyección.
Como decíamos, el celuloide es un material muy sensible cuya manipulación puede dañarlo con relativa facilidad. Esto hace que, tras varias pasadas, sea normal que una película empiece a perder calidad, ya sea en forma de ruidos en el sonido como de suciedad en la imagen, saltos, etc. El cine digital hace que esto sea imposible, ya que no existe deterioro del material, por lo que la primera pasada de la película se verá y oirá exactamente igual que la pasada número 100.
¿Cómo afecta el cine digital al Director de Fotografía?
Lógicamente, el paso de las nuevas tecnologías han modificado los conocimientos que un Director de Fotografía debe tener para triunfar en su puesto.
El primero y más obvio es el conocimiento del material fílmico. Mientras que los distintos tipos de celuloide ofrecían distintos tipos de resultados (mayor o menos grano, contrastes más altos o más bajos, etc.), ese conocimiento ya no se aplica a la cinematografía digital, sino que los efectos que se quisieran conseguir antes con un determinado celuloide deberán conseguirse ahora a través de otros medios, como la selección de la cámara con la que trabajar o la edición en post producción. Profundicemos más en estos dos aspectos, ya que también marcan claramente cómo es el mundo digital de un Director de Fotografía.
Cuando hablamos de la cámara digital con la que filmar debemos entender que cada cámara es un mundo y que cada una captará una imagen de una forma determinada. Así entonces, el especialista en dirección de fotografía deberá elegir la más adecuada en función de las prestaciones del sensor, el software de compresión de archivos, la textura que ofrece, etc.
Ahora bien, cuando hablamos de la edición en post producción hablamos de otra de las grandes ventajas de la cinematografía digital, ya que permite realizar todo tipo de ediciones (desde un sencillo montaje hasta el efecto más complicado) de una forma mucho más rápida que el cine analógico, siempre teniendo en cuenta que existen cosas que el cine analógico ni siquiera podría conseguir.
Así, el trabajo del Director de Fotografía dentro del cine digital sigue siendo exactamente el mismo, aunque sus conocimientos han sabido adaptarse para conseguir los mejores resultados con los nuevos equipamientos.
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