¿Cuándo se inventó el cine?

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El cine es una maravillosa creación del ingenio humano que nos ha permitido reír, llorar, enamorarnos y viajar a mundos de fantasía sin salir de nuestra butaca. Un pasatiempo, arte y forma de entretenimiento que, sin duda, se ha convertido en parte fundamental de nuestras vidas. 

Pero, ¿cómo nació el cine? ¿Cómo pasamos de no tenerlo en nuestras vidas a no poder vivir sin él? En este artículo te invitamos a realizar un apasionante viaje por la historia del séptimo arte, para que conozcas a sus pioneros, entiendas los hitos que lo moldearon y descubras cómo ha evolucionado hasta convertirse en la poderosa industria que conocemos hoy en día. 

¿Quieres saber cuándo se inventó el cine? Continúa leyendo y averígualo con nosotros. Además, si estás pensando en dejar de ser un mero espectador, también te recomendaremos la mejor formación, como nuestro curso de Dirección Audiovisual.

 

Un viaje a través de la historia del séptimo arte

El cine ha tenido un impacto cultural tan profundo que resulta difícil imaginar el mundo sin él. Hollywood, las estrellas de cine, los grandes estudios, los efectos especiales y las películas más icónicas se han vuelto parte del imaginario colectivo. Incluso quienes no son cinéfilos conocen figuras como Charles Chaplin, Marilyn Monroe o Darth Vader.

Pero el cine no siempre ha formado parte de nuestro ocio y entretenimiento. Hubo un momento en la historia de la humanidad donde no teníamos la capacidad de contar historias de forma audiovisual. Fue necesaria una serie de innovaciones, experimentos e invenciones para desarrollar la tecnología que dio vida al cine. Conocer ese proceso resulta fascinante para apreciar plenamente el origen de la magia del séptimo arte.

Además, estudiar la evolución del cine nos permite entender mejor nuestra propia cultura y sociedad. Las películas son más que entretenimiento: son un reflejo de los valores, ideas y preocupaciones de cada época. Echando la vista hacia atrás, podemos ver cómo el cine ha influido y ha sido influido por la sociedad a lo largo de su historia. 

No importa los motivos que te empujan a conocer cuándo y cómo se inventó el cine. Ya sea que quieras conocer la genialidad detrás de las primeras cámaras de cine, o simplemente sientes curiosidad por saber cómo pasamos del blanco y negro al color, este artículo te llevará, de forma resumida, a lo largo de la apasionante historia del séptimo arte. Prepara las palomitas y acomódate en tu asiento, porque las luces se apagan y la función está a punto de comenzar.

 

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Los primeros pasos: precursores del cine

Empecemos por el principio. Antes de que existieran las cámaras de cine y se pudieran proyectar películas como las conocemos hoy en día, hubo algunos inventos muy importantes que sentaron las bases. Fueron como los primeros pasitos hacia lo que después sería el cine. 

La cámara oscura 

Uno de esos inventos fue la cámara oscura. Era básicamente una habitación oscura con un pequeño agujero por donde entraba la luz. Esta luz proyectaba una imagen del exterior al revés en la pared opuesta. Así se podía ver, por ejemplo, un paisaje de la calle, pero al revés, como si fuera una foto primitiva. Este invento demostró que se podía capturar la realidad y proyectarla. 

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La linterna mágica 

Otro invento precursor fue la linterna mágica. Consistía en una caja con una vela dentro y unos lentes. Al poner diapositivas pintadas a mano en la parte de atrás, la luz de la vela las proyectaba ampliadas en una pared. Era como ver imágenes fijas en una pantalla, ¡antes de que existieran las presentaciones de Power Point! 

El Fenaquistoscopio y el zoótropo 

Pero la verdadera magia de estos inventos es que prepararon el camino para lo que vino después: crear la ilusión de movimiento en las imágenes. Y en eso los que más aportaron fueron el Fenaquistoscopio y el zoótropo. 

El fenakistoscopio usaba un disco con dibujos que, al girarlo frente a un espejo, creaba la ilusión de que los dibujos se movían. El zootropo también usaba un disco giratorio, pero en vez de un espejo usaba ranuras por donde se podían ver los dibujos en movimiento. 

Estos juguetes ópticos abrieron las puertas a lo que después sería el cine. Demostraron que se podían hacer dibujos “animados” y crear la ilusión de movimiento. Fueron los primeros pasitos hacia el gran invento que vino después: el cinematógrafo.

 

El nacimiento del cine: los hermanos Lumière

Si hay un momento que podemos señalar como el verdadero nacimiento del cine, es decir, cuando se inventó, ese sería el 28 de diciembre de 1895. Ese día, en el Grand Café de París, los hermanos Lumière, Auguste y Louis, realizaron la primera proyección pública de películas con su invento, el cinematógrafo. 

Pero, ¿quiénes eran los hermanos Lumière? Nacidos en Besançon, Francia, en 1862 y 1864 respectivamente, Auguste y Louis eran hijos de un pintor de letreros que se convirtió en un exitoso fabricante de placas fotográficas. Desde jóvenes, los hermanos mostraron un gran interés por la fotografía y la tecnología, lo que los llevó a experimentar con las posibilidades de capturar y proyectar imágenes en movimiento. 

El cinematógrafo, su invento más famoso, era una máquina tres en uno: podía capturar imágenes, procesarlas y proyectarlas. A diferencia de otros inventos de la época, como el kinetoscopio de Thomas Edison, el cinematógrafo era portátil y podía proyectar imágenes en una pantalla para que las viera un público numeroso, lo que lo hacía ideal para las proyecciones públicas. 

La primera película que proyectaron los hermanos Lumière fue La salida de los obreros de la fábrica Lumière (1895). Esta película, que duraba apenas 46 segundos, mostraba a los trabajadores saliendo de la fábrica de los Lumière en Lyon. Aunque hoy en día puede parecer una escena mundana, en aquel entonces fue una auténtica revelación. Por primera vez, la gente podía ver la vida cotidiana capturada y reproducida en una pantalla. ¡Imagina la sorpresa del público de la época! 

Los hermanos Lumière continuaron experimentando con el cinematógrafo y produjeron otras películas cortas, muchas de las cuales capturaban escenas de la vida cotidiana. Aunque eventualmente se retiraron de la industria del cine para concentrarse en otras invenciones, su contribución al séptimo arte es incuestionable. Sin ellos, el cine tal como lo conocemos hoy en día no existiría. 

Los hermanos Lumière marcaron el nacimiento del cine el 28 de diciembre de 1895 al proyectar públicamente películas con su invención, el cinematógrafo, que capturaba, procesaba y proyectaba imágenes en movimiento.

¿Cómo se convirtió el cine en una herramienta para contar historias?

La aparición del cinematógrafo de los hermanos Lumière fue una auténtica revolución, pero, en los primeros años, las películas se limitaban a mostrar escenas cotidianas como un tren llegando a la estación o personas caminando por la calle. Sin embargo, pronto los cineastas se dieron cuenta de que podían hacer mucho más con esta nueva forma de arte. Además, un público entusiasta también demandaba historias de ficción. 

La primera persona en dar el salto del cine de demostración al cine de ficción fue Alice Guy, que con su primera película La Fée aux Choux (El hada de los repollos,1896) sentaría las bases del cine narrativo. También fue la primera cineasta en mantenerse económicamente a través de la nueva profesión.  

Posteriormente George Méliès, proveniente del teatro, también se introduciría en la industria del cine, desarrollando nuevas técnicas cinematográficas, sentando las bases del cine de ciencia ficción y creando los primeros efectos especiales.

En 1902, Méliès estrenaría Viaje a la Luna, una película que utilizaba trucos fotográficos para representar el viaje de una nave espacial a la Luna.

Por otro lado, Thomas Edison, el famoso inventor, quería hacer películas más largas y emocionantes, así que le pidió ayuda a Edwin S. Porter, un trabajador de su laboratorio de cine. Juntos crearon Life of an American Fireman (1903), una película que no solo mostraba escenas de la vida cotidiana, sino que también contaba una historia.

¿Cómo lo hicieron? Bueno, tuvieron la idea de juntar diferentes escenas filmadas en diferentes momentos y lugares. Esto puede parecerte obvio ahora, pero en aquel entonces tuvo un gran impacto. De repente, las películas podían contar historias complejas y emocionantes, no solo mostrar la vida tal como era.

Pero eso no fue todo. Un cineasta llamado David Wark Griffith llevó las cosas un paso más allá. Introdujo técnicas como el flashback, que nos permite ver eventos del pasado, y el montaje en paralelo, que nos muestra varias tramas sucediendo al mismo tiempo.

Griffith también combinó muchas otras técnicas de la época como; la variación de planos, la inserción, el travelling y las variaciones de ritmo en la edición con la intención de que tuvieran efecto dramático en la historia que se narraba.

Una de las obras más importantes de Griffith fue Intolerancia (1916), una de las película más caras e influyentes de la historia del cine.

De retratar simplemente la vida cotidiana, el cine pasó a contar historias complejas gracias al montaje. Y todo esto fue posible gracias a la innovación y la creatividad de cineastas como Méliès, Alice Guy, Edison, Porter o Griffith. Ellos transformaron el cine en el arte emocionante y lleno de historias que conocemos y disfrutamos hoy en día.

 

El cine mudo y el cine sonoro: dos eras que definieron el cine

Cuando pensamos en el cine, casi siempre imaginamos películas con diálogos y efectos de sonido. Pero no siempre fue así. Durante las primeras décadas, el cine fue totalmente mudo.

El cine mudo se desarrolló desde finales del siglo XIX y dominó la industria cinematográfica hasta finales de los años 20. En las películas mudas no había sonido grabado. Dependían completamente de la expresión visual y de los intertítulos con texto para contar la historia.

Aunque pueda sonar limitado para los espectadores modernos, acostumbrados a la riqueza sonora del cine actual, el cine mudo permitió el desarrollo de todo un lenguaje visual y cinematográfico. Directores innovadores como Sergei Eisenstein y Charles Chaplin elevaron el cine mudo a una forma de arte, creando obras maestras que siguen influyendo en el cine actual.

Pero en 1927 llegó una película que lo cambió todo: El cantante de jazz, protagonizada por Al Jolson. Fue la primera cinta con diálogos sincronizados y canciones. Marcaría el inicio de una nueva era: la del cine sonoro.

Con el cine sonoro, se abrieron infinitas posibilidades para contar historias de forma más realista. La música y los efectos de sonido añadieron una nueva dimensión emocional. Escuchar a los personajes hablar por primera vez tuvo un impacto tremendo en los espectadores.

Aunque la transición fue difícil para algunas estrellas mudas que no lograron adaptarse y vieron sus carreras desvanecerse, el cine sonoro fue imponiéndose rápidamente. Para 1930 ya era el nuevo estándar de la industria. El cine mudo pasó a la historia, pero su legado artístico aún perdura. 

Tanto el cine mudo como la aparición del cine sonoro fueron fundamentales para definir el lenguaje cinematográfico tal como lo conocemos. El cine mudo sentó las bases visuales y el cine sonoro añadió una nueva dimensión auditiva, imprescindible para la narración de historias en la gran pantalla. 

 

El cine en color: un nuevo mundo de posibilidades

Como has visto hasta a hora, el cine ha sido siempre un medio en constante evolución. Tras el gran salto del cine mudo al sonoro, la siguiente gran revolución fue la llegada del color. Aunque las películas sonoras supusieron un avance increíble, estas seguían siendo en blanco y negro. Pero en los años 30, el cine comenzó a vestirse de colores gracias a nuevas técnicas que permitían añadir color al celuloide.

El sistema Technicolor de imbibición fue el más famoso de estos procesos. Este sistema utilizaba tintes para teñir las copias e imprimir los colores directamente en la película. El resultado eran imágenes con una gama cromática vibrante y realista que cautivaron al público. De repente, las películas no solo hablaban, sino que también brillaban con colores vivos añadiendo un impacto estético y emocional a las escenas. 

Películas como Lo que el viento se llevó o El Mago de Oz, que alternaba metraje en blanco y negro con metraje en color, demostraron el poder emotivo del color en el cine. En 1939, estos dos títulos se convirtieron en las primeras grandes producciones de Hollywood en color. El mundo fantástico de Oz cobró vida gracias a los colores vibrantes del Technicolor, mientras que el drama romántico de Escarlata O’Hara se convirtió en un gran éxito taquillero y ganó 10 premios Oscar.

Estas películas demostraron que el cine en color había llegado para quedarse. Aunque la producción de películas en color seguía siendo muy costosa, Hollywood adoptó rápidamente esta nueva tecnología. En 1950, el blanco y negro estaba en decadencia. El color se había vuelto el nuevo estándar, abriendo un mundo de posibilidades creativas.

El cine en color permitió a los cineastas contar historias de formas nuevas y emocionantes. Los colores podían usarse para transmitir emociones, establecer el tono de una escena o destacar elementos importantes. El cine en color no solo hizo que las películas fueran más atractivas visualmente, sino que también enriqueció la narrativa cinematográfica. Así, el cine en color no solo cambió la forma en que vemos las películas, sino también la forma en que las historias son contadas en la gran pantalla.

Si quieres profundizar en este apartado te recomendamos la lectura de nuestro artículo; Primera película a color de la historia del cine.

 

El cine moderno: innovaciones y cambios

Otro gran hito en la historia del cine llegó a finales del siglo XX, cuando la tecnología digital revolucionó la forma de hacer cine tal como se conocía. En lugar de filmar en celuloide, las películas empezaron a rodarse con cámaras digitales de alta definición. Esto abarató costos, agilizó los procesos de producción y abrió un mundo nuevo de posibilidades creativas para los cineastas. 

Directores como George Lucas abrazaron rápidamente el cine digital. Star Wars: Episodio II – El Ataque de los Clones (2002) fue la primera película de Star Wars filmada en formato digital, usando cámaras Sony HDW-F900. Por otro lado, películas con presupuestos mucho más humildes como El proyecto de la bruja de Blair (1999) rodada completamente en digital, con una cámara Sony DCR-VX1000, demostraron el enorme potencial de esta tecnología. Hoy en día, se estima que más del 90% de las producciones cinematográficas se ruedan completamente en digital. 

Otra innovación importante ha sido la tecnología 3D. Películas como Avatar (2009) y Gravity (2013) explotaron de forma creativa los efectos 3D para sumergir al espectador en la acción. Aunque ha tenido altibajos, el 3D sigue siendo una opción atractiva para los blockbusters de acción.

Más recientemente, la realidad virtual ha empezado a abrir nuevas fronteras en la experiencia cinematográfica. Aunque aún es reciente, el cine VR (o cine en 360 grados) promete transportar al público directamente dentro de la película, para vivir la acción en primera persona.

Otras tendencias modernas son el uso de CGI o herramientas de IA para crear efectos visuales hiperrealistas, las altas tasas de cuadros por segundo para lograr más fluidez, y la proyección con tecnologías de punta como el 8K o el láser.

En definitiva, la innovación tecnológica le ha permitido al cine moderno explorar nuevas formas de contar historias cada vez más inmersivas y espectaculares. Pero la esencia sigue siendo la misma: transportar al espectador a otros mundos a través del poder de las imágenes en movimiento.

 

El cine en el siglo XXI: ¿hacia dónde vamos?

Actualmente, el cine está experimentando grandes cambios. Plataformas de streaming como Netflix, HBO Max o Amazon Prime Video se han convertido en los nuevos gigantes de la industria cinematográfica. Cada vez es más común que las películas se estrenen directamente en estas plataformas, sin pasar por las salas de cine tradicionales. Esto está transformando los modelos de negocio y está obligando a repensar el concepto de «estreno cinematográfico».

El streaming está abriendo interesantes oportunidades creativas, con nuevos formatos audiovisuales y mayor libertad para contar todo tipo de historias. Series como Stranger Things o películas como El poder del perro o No mires arriba, protagonizadas por grandes estrellas de Hollywood, muestran el potencial de esta nueva industria. No obstante, muchos expertos advierten del riesgo de que desaparezca la experiencia social de ir al cine. Habrá que encontrar un equilibrio entre streaming y salas tradicionales.

Otro cambio positivo es que el cine se está volviendo más diverso e inclusivo. Cada vez hay más representación de minorías étnicas, mujeres cineastas e historias LGBTQ+ en la gran pantalla. Películas recientes como Moonlight, Pantera Negra, Todo a la vez en todas partes o Barbie muestran personajes y narrativas novedosas que reflejan mejor la diversidad social actual. Si bien queda mucho camino por recorrer, es un paso adelante hacia un cine más rico y plural.

https://youtu.be/gNErtqW9HTI

El cine del siglo XXI transita una época de grandes cambios impulsados por la tecnología digital, las plataformas de streaming y una mayor conciencia sobre la importancia de la diversidad y la inclusión en el arte cinematográfico. El futuro dirá hacia dónde nos llevan todas estas transformaciones.

 

Conclusión

El lenguaje cinematográfico ha evolucionado a través de constantes innovaciones tecnológicas y cambios culturales. Del cine mudo al sonoro, del blanco y negro al color, de la gran pantalla al streaming; cada avance ha abierto nuevas formas de expresión.

Además, ha influido en la cultura, la política, la educación y la ciencia de muchas sociedades. El cine nos permite ver el mundo desde diferentes perspectivas, conocer otras realidades, expresar nuestras emociones y reflexionar sobre nuestros valores. El cine también ha sido una herramienta para denunciar injusticias, promover cambios sociales, difundir conocimientos y estimular la creatividad.

El futuro del cine está marcado por el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente la inteligencia artificial (IA). La IA puede facilitar la producción, distribución y consumo de películas, así como generar nuevos contenidos audiovisuales. La IA puede crear guiones, efectos especiales, música, voces y personajes virtuales, así como personalizar las películas según las preferencias y emociones de los espectadores. La IA también puede analizar los datos de las audiencias y ofrecer recomendaciones personalizadas.

Sin embargo, la IA también plantea desafíos éticos, legales y sociales para el cine. ¿Qué criterios se usan para generar los contenidos? ¿Quién es el autor o la autora de una película creada por una máquina? ¿Qué derechos tienen los creadores y los consumidores? ¿Cómo se protege la diversidad cultural y la libertad de expresión? ¿Qué impacto tiene la IA en la educación, el empleo y la identidad de las personas relacionadas con el cine?

Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos como sociedad ante el avance de la IA en el campo del cine. El cine es una manifestación de nuestra humanidad, y debemos asegurarnos de que la IA sea una aliada y no una amenaza para ella. De hecho, algunos cineastas ya están incluyendo esta posible amenaza en la trama de sus películas. Un ejemplo es The Creator (2023) dirigida por Gareth Edwards.

Si el pasado nos sirve de guía, podemos estar seguros de que el cine seguirá sorprendiéndonos y maravillándonos como lo ha hecho durante más de un siglo. Toca seguir disfrutando del viaje.

Hasta aquí nuestro artículo dedicado a la aparición y desarrollo del cine. Esperamos que hayas disfrutado. Como siempre, solo nos queda recordarte que Treintaycinco mm dispone de un completo catálogo de cursos relacionado con la industria cinematográfica. Pincha en el siguiente enlace y comienza tu aventura.

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