Funciones productor audiovisual: un trabajo apasionante
Las funciones del productor audiovisual abarcan desde buscar financiación hasta organizar el catering para actores y equipo. Es una profesión todo-terreno donde se pueden ocupar distintos puestos: auxiliar, ayudante, jefe de producción… Todos ellos con una alta dosis de ingenio, creatividad y capacidad de solución.
Por eso, esta profesión es solo para gente con ilusión, ganas y pasión por la actividad. Olvídate de sentarte frente a una pantalla durante horas y esperar a que termine la jornada. ¡Nada más lejos de la realidad! Como productor o productora pasarás muchísimo tiempo “de acá para allá” en reuniones, comidas o cenas de trabajo, rodajes, ferias y eventos, empresas…
Esto significa que, además de ser una persona activa y resolutiva, también deberás tener don de gentes, capacidad de convicción, facilidad de palabra y de trato… Y pasión por conseguir objetivos. Si cumples estos requisitos y crees que puedes ser un buen productor audiovisual, ¡genial! Has llegado al lugar perfecto.
Hoy te vamos a contar cuáles serán tus funciones en el puesto, una información que te ayudará a decidir si quieres convertir tu pasión en tu profesión.
Funciones del productor audiovisual: ¿de qué dependen?
En realidad, las funciones de un productor audiovisual no sin siempre las mismas. Es cierto que para ejercer esta profesión debes tener una serie de herramientas imprescindibles. Para hacerte con ellas, te resultará indispensable realizar un curso de producción audiovisual de calidad: no dejes de informarte sobre tus posibilidades para elegir bien la formación que necesitas.
Pero independientemente de tu formación, cada proyecto de producción es un mundo. No es lo mismo trabajar en documentales, que en ficción; en imagen real, que en animación; en largometrajes, que en cortos… Tus funciones como especialista dependerán de aspectos como:
- La duración del proyecto. Un cortometraje, lógicamente, tiene unas necesidades muy distintas a las de un largometraje. Lo normal es que se trate de proyectos más sencillos de gestionar, pero al mismo tiempo también tienen su complejidad. Por ejemplo, al tratarse de producciones menos comerciales suele ser más complicado encontrar financiación.
- El tipo de proyecto. ¿La producción consiste un anuncio, un vídeo musical, un tráiler, un concurso de televisión, una película…? Como verás, hoy día las opciones son muchísimas. De hecho, incluso hay productores especializados en distintos ámbitos. La especialización es algo muy interesante; si eres realmente bueno y conoces bien la categoría en el que te mueves, te harás un lugar en el sector y tus clientes se pelearán por trabajar contigo.
- El tipo de contrato. No es lo mismo trabajar como productor audiovisual para un cliente, donde contarás con una serie de medios y de herramientas (aunque tendrás que ceder en sus deseos y peticiones), que comenzar un proyecto desde cero porque hay alguien que cree en él y te necesita para sacarlo adelante. Ambas opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes: saber valorarlas será parte de tu trabajo.
Partes de una producción audiovisual. ¿Qué hace el productor en cada una?
Cualquier proyecto audiovisual, sea del metraje o del formato que sea, consta de tres fases esenciales. Todas ellas se articulan alrededor del concepto de producción: preproducción, producción y post-produccion. Y por supuesto, todas ellas son fundamentales para obtener un resultado de nivel profesional.
Preproducción
La preproducción, como su propio nombre indica, es la primera parte del proceso. Es una fase donde la labor del productor es crucial: el resto del equipo se irá incorporando después. ¿Cuáles son las funciones de un productor audiovisual en esta fase?
Siempre dependiendo del tipo de contrato, tendrá que concretar el briefing del proyecto, discutir todos y cada uno de sus aspectos para conseguir un producto de calidad (incluso llevando la contraria al cliente, si es necesario) y conseguir todo lo necesario para el rodaje. Es decir: el equipo técnico, los actores y actrices (de haberlos), el equipo de diseño, las localizaciones y permiso para rodar en ellas…
Si la preproducción se hace bien, el resto del proyecto será mucho más sencillo. Por eso, es fundamental tenerlo todo “atado y bien atado”. Para saber más sobre este tema, no te pierdas el artículo que publicaremos próximamente sobre las diferencias entre preproducción y producción. ¡Te interesará!
Producción
Ya tenemos la planificación perfectamente ajustada, los estudios, las localizaciones y el equipo completo para empezar a rodar. Cuando la preproducción termina, comienza lo que se conoce como producción propiamente dicha. Porque precisamente, en esto consiste esta fase: en “producir” un proyecto tangible.
Es el momento de empezar a rodar o grabar las escenas, los diálogos, los planos… En esta fase, el director y el productor trabajarán mano a mano sobre un guión (que se habrá elaborado y habrá sido revisado por el productor durante la primera fase). Aquí tendrás que demostrar todas tus cualidades para resolver problemas sobre la marcha y tu capacidad para trabajar en equipo. Y te hará falta mucha, pero mucha “mano izquierda”.
Post-producción
Es la fase final del proyecto: el momento de coger todo lo que se ha realizado y darle forma. Una de las partes más importantes de esta tercera fase es, sin duda, el montaje. Un buen montaje puede convertir una serie de escenas anodinas y sin alma en una gran película. De nuevo, productor y director trabajarán juntos para obtener un resultado que contente a todos.
También habrá que ajustar el sonido, los efectos especiales, los títulos, el diseño… Todo aquello que convierte a una serie de planos en un auténtico proyecto audiovisual, completo y listo para ser disfrutado.
Y por supuesto, cuando el producto final esté terminado vendrá la fase de difusión, venta y promoción. Puede que la asuma el cliente que haya encargado el proyecto, o tal vez lo deje en manos del productor y su equipo de marketing…
Sea como fuere, deberás estar preparado para gestionar estas funciones y a promocionar el producto, “vendiéndolo” a distribuidoras, cadenas, empresas, plataformas, etc.
¿Quieres saber cómo es el trabajo de estos profesionales sobre el terreno? Laura Blesa nos cuenta su experiencia trabajando como productora audiovisual y queda con el productor Jorge Vizuela para que nos hable sobre los aspectos más técnicos del trabajo.
Si quieres conocer cuáles son las funciones de un productor audiovisual de boca de quienes más saben del tema, no te pierdas este vídeo:
Funciones del productor audiovisual: estas serán tus tareas
La labor del productor audiovisual, como hemos visto, consiste en gestionar y organizar la producción de un proyecto destinado a ser difundido en los medios. Ahora vamos a ver cuáles son sus tareas o funciones específicas.
Algunas de ellas las debe realizar en solo una de las fases de la producción, mientras que otras son cometidos permanentes que nunca debe dejar de lado:
- Obtener financiación. Elaborar presupuestos, presentarlos y defenderlos. Buscar patrocinadores y fuentes de financiación, recurriendo a soluciones imaginativas si es necesario.
- “Vender” el producto. Antes de empezar con la producción, el productor deberá gestionar dónde y cómo se comercializará, asegurándose de que los posibles compradores ofrecen garantías de pago.
- Búsqueda y contratación del equipo. Desde los técnicos de cámara hasta los profesionales de maquillaje o vestuario, el departamento de producción es el encargado de localizar a los mejores expertos para obtener un buen resultado. También deberá controlar la firma de los contratos, las condiciones, los horarios, las competencias… Y trabajar codo con codo con los asesores y abogados.
- Coordinación del equipo. Además de contratar a los profesionales, entre las funciones del productor audiovisual entra también su coordinación. Es importante que todo se realice en su momento, de manera que el proyecto funcione como un reloj. Por ejemplo, los técnicos de montaje de decorados no podrán trabajar si los transportistas no han entregado los materiales; no se podrá rodar en un exterior si no se han gestionado los permisos… Y así sucesivamente. Para ello, el productor deberá elaborar cronogramas y planes de trabajo, y conseguir que todo el equipo se ciña a ellos.
- Gestionar el presupuesto. Con el dinero “en mano”, el productor deberá destinar los importes acordados a cada una de las partidas. Además, es fundamental que todo quede reflejado en las facturas para evitar problemas legales y fiscales. También podrá gestionar las distintas partidas para traspasar dinero de una a otra, si es necesario; y solicitar más financiación cuando no haya más remedio.
- Buscar y contratar servicios de apoyo. Un rodaje suele durar días, semanas o incluso meses. Los profesionales pasan las jornadas completas en el plató o las localizaciones, y es imprescindible contar con servicios de catering, atención médica y (si es necesario) transporte y alojamiento. El productor se encargará de buscar estos servicios y contratarlos, además de asegurarse de la calidad de sus prestaciones. También deberá contratar seguros para garantizar que el trabajo se realiza en las condiciones adecuadas.
- Revisión de derechos y cierre de contratos. Estas tareas tienen lugar durante la fase de post-producción. Durante esta fase también es esencial controlar los tiempos de edición y montaje, así como los gastos.
- Entregar el máster y las copias. Es el momento de que el cliente obtenga el producto final: el productor se asegurará de que recibe el máster y las copias de la producción audiovisual, debidamente verificadas, revisadas y validadas.
- Control del impacto de la producción. ¿Creías que el trabajo del productor termina aquí? Pues la verdad es que no. Una vez finalizado y difundido el proyecto, tendrá que controlar qué impacto tiene en la audiencia y comunicar dicho impacto a su equipo. Su calidad y éxito serán un plus de cara a futuras contrataciones.
Trabaja en producción audiovisual: se necesitan buenos profesionales
Como verás, estamos hablando de una profesión llena de emoción y donde no hay lugar al aburrimiento. Es cierto que también es exigente, requiere muchísimo esfuerzo y puede resultar estresante en ocasiones; por eso, los buenos profesionales son muy demandados. Si crees que tienes lo que hace falta para trabajar en este sector, ¡da el paso y fórmate!
Anímate a matricularte en un curso de producción audiovisual impartido por profesionales en activo, con prácticas en empresas y ejercicios prácticos. Aprenderás a trabajar sobre el terreno con productores “reales”, que han gestionado numerosos proyectos. Serán tus mejores aliados para dar tus primeros pasos en el campo profesional.
Si además apuestas por la formación semipresencial, descubrirás que hoy día goza de la misma calidad y prestigio que las clases presenciales (sin sus desventajas). No tendrás que desplazarte fuera de tu lugar de residencia, ni ajustarte a horarios fijos. Y podrás compaginar tu aprendizaje con tu vida familiar, tu trabajo o tus rutinas.
¿Estás dispuesto a pelear por convertirte en el mejor productor audiovisual? Dentro de unos años, puede que estés pisando la alfombra roja de algún festival para presentar tu proyecto estrella…
Deja de soñar y ponte a trabajar para conseguirlo: ¡está en tu mano!