Disfonía por estrés: ¿cómo se puede prevenir?

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El estrés es un problema común en la vida de muchas personas y puede manifestarse de diferentes maneras. Uno de los síntomas que puede provocar es la disfonía por estrés, una alteración en la calidad de la voz que puede complicarse y afectar a nuestra comunicación.  

En este artículo, te explicaremos qué es la disfonía por estrés, por qué se produce, cómo prevenirla y qué hacer si ya la padeces. 

¡Comenzamos!

 

¿Qué es la disfonía por estrés y por qué se produce? 

La disfonía por estrés es una condición vocal que se caracteriza por la alteración en la calidad de la voz como resultado de la tensión y el sobreesfuerzo de las cuerdas vocales. Cuando experimentamos altos niveles de estrés, ya sea debido a situaciones emocionales, laborales o personales, nuestros músculos del cuello y la garganta tienden a tensarse. Esta tensión excesiva puede interferir con la vibración normal y adecuada de las cuerdas vocales, lo que tiene un impacto negativo en la producción del sonido vocal y en la calidad general de nuestra voz. 

Para entender cómo se produce la disfonía, debes saber que el proceso fisiológico de la producción de la voz implica una coordinación precisa entre los músculos respiratorios, las cuerdas vocales y los resonadores en la garganta y la boca. Sin embargo, cuando estamos bajo estrés, la respuesta natural de nuestro cuerpo puede incluir una mayor activación muscular, especialmente en el área del cuello y la garganta. Esto puede llevar a una tensión excesiva en las cuerdas vocales, afectando su capacidad para vibrar de manera libre y fluida. 

La tensión en las cuerdas vocales también puede provocar cambios en la calidad de la voz, como la aparición de una voz más áspera, tensa o entrecortada. También puede llevar a una mayor fatiga vocal, dificultad para proyectar la voz y una sensación de esfuerzo al hablar. En algunos casos, la disfonía por estrés puede incluso ocasionar la pérdida parcial o completa de la voz, lo que puede ser extremadamente angustiante, sobre todo para aquellos que dependen de su voz en su profesión o en su vida diaria. 

Es importante reconocer que el estrés no solo afecta a nuestra salud mental y emocional, sino también a nuestra salud vocal.

Por lo tanto, es fundamental tomar medidas para gestionar el estrés de manera efectiva y adoptar técnicas de relajación que nos ayuden a reducir la tensión en los músculos del cuello y la garganta. Al hacerlo, podemos prevenir la disfonía por estrés y mantener una voz sana y funcional.

 

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Factores que provocan la disfonía por estrés 

Ahora que ya sabes que es la disfonía por estrés, veamos qué factores la provocan. 

La disfonía por estrés puede ser desencadenada por una variedad de factores que nos afectan tanto a nivel físico como emocional. Estos factores pueden incluir: 

Estrés emocional o laboral:

Las situaciones de estrés prolongado, ya sea en el ámbito personal o profesional, pueden generar una respuesta de tensión muscular en el cuello y la garganta. Esta tensión afecta negativamente la coordinación de los músculos vocales y puede dar lugar a disfonía. 

Ansiedad:

La ansiedad es otra causa común de la disfonía por estrés. La ansiedad generalizada puede manifestarse en una tensión muscular generalizada en el cuerpo, incluyendo los músculos involucrados en la producción vocal. Esta tensión puede interferir con la vibración adecuada de las cuerdas vocales y alterar la calidad de la voz. 

Cambios hormonales:

Durante períodos de cambios hormonales, como el embarazo o la menopausia, las cuerdas vocales pueden volverse más sensibles y susceptibles a la disfonía por estrés. Los desequilibrios hormonales pueden afectar la lubricación de las cuerdas vocales y comprometer su capacidad de vibración óptima. 

Enfermedades del sistema nervioso:

Algunas enfermedades del sistema nervioso, como el Parkinson o la esclerosis múltiple, pueden tener un impacto en la coordinación de los músculos de la voz. Esto puede resultar en una mayor dificultad para controlar y coordinar los movimientos de las cuerdas vocales, aumentando así el riesgo de desarrollar disfonía por estrés. 

Consumo de sustancias irritantes:

El consumo de sustancias irritantes, como el tabaco y el alcohol, puede provocar inflamación en las cuerdas vocales. Esta inflamación puede interferir con su capacidad de vibración adecuada y aumentar la predisposición a la disfonía por estrés. 

Es importante tener en cuenta que cada persona puede experimentar la disfonía por estrés de manera diferente y que estos factores pueden interactuar entre sí.

Si experimentas cambios en tu voz relacionados con el estrés, te recomendamos que busques atención médica para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Además, adoptar un enfoque integral para la gestión del estrés, que incluya técnicas de relajación y un estilo de vida saludable, puede ayudar a prevenir y reducir la disfonía por estrés.

 

Consejos para prevenir la disfonía por estrés 

Para prevenir la disfonía por estrés, es importante reducir los factores de riesgo y adoptar hábitos saludables. A continuación, compartimos contigo algunos consejos:

Organiza tu tiempo y establece prioridades:

La gestión eficaz del tiempo puede reducir el estrés y darte un mayor control sobre tus responsabilidades. Establece límites claros y aprende a decir «no» cuando sea necesario para evitar una carga excesiva de trabajo. 

Identifica tus factores de estrés y encuentra formas de reducirlos:

Identifica y evita las situaciones del día a día que te producen estrés. Si no puedes evitarlas, realizar actividades de relajación, como practicar yoga, meditación o ejercicios de respiración, puede ayudarte a manejar mejor el estrés y reducir la tensión en tu cuerpo.  

Cuida tu salud general:

Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente son aspectos fundamentales para reducir el estrés y mantener un estado de salud óptimo. 

Descansa tu voz:

Evita hablar en exceso o forzar la voz cuando estés cansado/a. Haz pausas vocales regulares y procura mantener un ambiente adecuado para la comunicación. 

Hidrátate bien:

Beber suficiente agua ayuda a mantener las cuerdas vocales bien lubricadas, lo cual es esencial para su correcto funcionamiento. Evita el consumo excesivo de cafeína y alcohol, ya que pueden deshidratarte y afectar la calidad de tu voz. 

Evita situaciones que generen tensión vocal:

Gritar, hablar en ambientes ruidosos o forzar la voz en situaciones estresantes puede aumentar el riesgo de disfonía. Procura mantener un volumen de voz adecuado y utiliza técnicas de proyección vocal para comunicarte de manera efectiva sin dañar tus cuerdas vocales. 

En nuestro artículo; Técnica vocal: todo lo que necesitas saber, puedes encontrar la información que necesitas.

Evita el consumo de sustancias irritantes:

El tabaco y el alcohol son conocidos por su efecto irritante en las cuerdas vocales. Evita fumar y reduce el consumo de alcohol para mantener una voz saludable. 

Consulta a un logopeda o especialista en voz:

Un logopeda puede enseñarte técnicas de higiene vocal y proporcionarte pautas específicas para el cuidado de tu voz. También puede evaluar si hay otros factores relacionados con tu disfonía por estrés y brindarte un tratamiento personalizado. 

Si tienes en cuenta estos consejos podrás reducir los factores de riesgo y tendrás menos posibilidades de padecer disfonía por estrés. 

 

¿Qué hacer si ya tienes disfonía por estrés?

Si, lamentablemente, ya estás experimentando los indeseables síntomas de la disfonía por estrés, es fundamental que tomes medidas para aliviar los síntomas y promover la recuperación de tu voz.

Estas son algunas recomendaciones:

Mantén el reposo vocal absoluto

Evita hablar, susurrar o cantar en la medida de lo posible. Darles descanso a tus cuerdas vocales permitirá que se recuperen y se reparen. Limita el uso de tu voz solo a situaciones indispensables y utiliza métodos alternativos de comunicación, como escribir o utilizar aplicaciones de voz en tu dispositivo móvil. 

Bebe líquidos tibios y evita irritantes

Los líquidos tibios, como agua, infusiones de hierbas o caldos suaves, pueden ayudar a aliviar la irritación en tus cuerdas vocales. Recuerda que el consumo de bebidas irritantes como café, alcohol y bebidas carbonatadas pueden agravar los síntomas y prolongar tu recuperación. 

Utiliza un humidificador

Un humidificador en tu entorno puede agregar humedad al aire, lo que ayuda a aliviar la sequedad y la irritación de tus cuerdas vocales. Asegúrate de mantener el humidificador limpio y seguir las instrucciones del fabricante para un uso adecuado. 

Inhalar vahos de agua y sal

Prepara una solución de agua tibia y sal (aproximadamente media cucharadita de sal en un vaso de agua) y realiza inhalaciones suaves para ayudar a reducir la inflamación de tus cuerdas vocales. El vapor de agua caliente puede ser reconfortante y proporcionar alivio temporal. 

Busca atención médica si los síntomas persisten

Si los síntomas de la disfonía por estrés no mejoran después de dos o tres semanas de reposo vocal y cuidado personal, es recomendable que consultes a un médico o a un especialista en otorrinolaringología. Ellos podrán realizar una evaluación exhaustiva, identificar la causa subyacente y ofrecerte el tratamiento adecuado para tu situación específica. 

Recuerda que cada persona es única y puede requerir un enfoque personalizado para tratar la disfonía por estrés. Sigue las recomendaciones mencionadas, pero siempre busca la orientación de un profesional de la salud especializado en trastornos de la voz para obtener un diagnóstico y tratamiento precisos.

 

La disfonía en profesionales de la voz: locutores, actores de doblaje, etc. 

Los profesionales que hacen un uso intensivo de la voz, como profesores, guías culturales o turísticos, locutores, actores de doblaje o cantantes, son más propensos a desarrollar disfonía por estrés. Para prevenir problemas vocales, es fundamental que sigan estas pautas adicionales:

Realizar ejercicios de calentamiento y enfriamiento vocal:

Antes y después de usar la voz de forma intensiva, es importante realizar ejercicios específicos para calentar y enfriar las cuerdas vocales. Estos ejercicios ayudan a preparar y recuperar la voz de manera adecuada.

Aprender y practicar técnicas de respiración diafragmática y relajación:

Respirar correctamente y la relajación son fundamentales para el buen uso de la voz. Aprender técnicas de respiración diafragmática y practicar la relajación muscular pueden ayudar a reducir la tensión en la voz y prevenir la disfonía. 

Mantenerse bien hidratado, evitar irritantes y no fumar:

Para los profesionales de la voz, es esencial mantener una hidratación adecuada para asegurar la lubricación de las cuerdas vocales. Obviamente, evitar sustancias irritantes, como el tabaco y el alcohol, también es crucial para mantener una voz sana. 

Consultar a un logopeda especializado en patología vocal:

Los profesionales de la voz pueden beneficiarse de trabajar con un logopeda especializado en patología vocal. Estos profesionales pueden ofrecer entrenamiento específico para el uso adecuado de la voz y brindar pautas personalizadas para prevenir y tratar la disfonía. 

Reducir otros factores estresantes en la medida de lo posible:

Además del estrés vocal, es importante identificar y reducir otros factores estresantes en la vida diaria. Buscar un equilibrio entre el trabajo, el descanso y el tiempo personal puede ayudar a prevenir la disfonía y mantener una salud vocal óptima. 

En caso de disfonía, guardar absoluto reposo vocal para una recuperación completa:

Si experimentas síntomas de disfonía, es crucial darle a tu voz el descanso necesario para recuperarse por completo. Evita usarla innecesariamente y sigue las recomendaciones de reposo vocal absoluto proporcionadas por un especialista. 

Si estás pensando en trabajar como locutor o vivir de tu voz seguro que te interesa nuestro artículo; Consejos para locutores principiantes.

También es posible que te interese la lectura de; Cómo controlar y cuidar la voz para mejorar su sonido en el doblaje y la locución.

 

Disfonía por estrés; conclusiones y últimos consejos

En conclusión, la disfonía por estrés es una condición que puede afectar la calidad de nuestra voz debido a la tensión y el sobreesfuerzo vocal causados por el estrés y otros factores. Para prevenirla, es importante identificar y reducir los factores de estrés, adoptar hábitos saludables, descansar la voz y mantener una buena hidratación.  

Si ya padeces disfonía por estrés, es fundamental buscar el reposo vocal absoluto, cuidar la alimentación e hidratación, y utilizar técnicas como la inhalación con agua tibia y sal. 

Además, si eres un profesional de la voz y tu voz es tu herramienta de trabajo, es aún más importante cuidarla y protegerla. Si experimentas síntomas de disfonía, es recomendable acudir a un especialista en patología vocal para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado. Un profesional de la salud especializado en voz podrá evaluar tu situación de manera personalizada y brindarte orientación específica para preservar y mejorar tu voz. 

Por otro lado, si estás pensando en vivir de tu voz o mejorar tu capacidad de comunicación, te recomendamos que consideres la posibilidad de realizar algún curso especializado, como un curso de doblaje o locución. Estos cursos ofrecen entrenamiento especializado en el uso adecuado de la voz, técnicas de respiración, proyección vocal y cuidado vocal. A través de la capacitación en locución y/o doblaje, puedes adquirir las habilidades necesarias para utilizar tu voz de manera profesional y consciente, minimizando el riesgo de desarrollar problemas vocales en el futuro.

Recuerda que tu voz es única y valiosa. Cuidarla, buscar asesoramiento especializado y adquirir conocimientos a través de formación especializada pueden marcar la diferencia en tu desarrollo profesional y en la preservación de tu salud vocal a largo plazo.

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