Efecto noche americana: ¿qué es y cómo podemos conseguirlo?

Noche americana efecto noche

La tecnología ha avanzado enormemente a lo largo de los años en el mundo del cine, y gracias a esto hoy en día podemos conseguir cámaras que nos permiten obtener resultados realmente chulos filmando con muy poca luz. Independientemente de eso, todavía existen muchas ventajas en filmar con luz solar, por lo que la noche americana todavía es un efecto que bien vale la pena conocer para aprovechar al máximo en nuestras películas.

 

Qué es la “noche americana”o cómo filmar de noche sin que sea de noche

En pocas palabras, cuando hablamos de noche americana nos referimos al efecto que se consigue cuando filmamos durante el día una escena que se supone que tiene lugar por la noche en el contexto de la historia. La mayoría de las veces se logra subexponiendo la imagen en la cámara, estableciendo el balance de blancos en una configuración más fresca y corrigiendo el color del metraje en la publicación para imitar el aspecto de la luz nocturna.

Esta técnica a menudo se utiliza hoy en día, sobre todo en producciones de menor escala que no tienen presupuestos muy grandes de iluminación, ya que puede ser realmente costoso iluminar un exterior nocturno demasiado grande. En este escenario, la noche americana ofrece una solución mucho más eficiente y económica.

Dicho esto, tampoco se trata solo de costos. Muchas producciones a gran escala optan por utilizar el efecto noche americana enteramente por razones creativas.

 

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10 consejos para conseguir una noche americana bien lograda

 

Asegúrate de iluminar la escena desde atrás

La iluminación de los objetos y personajes es la principal variable a tener en cuenta en el set si queremos aplicar el efecto noche americana.

Si estás filmando al medio del día con el sol sobre tu cabeza, es probable que los personajes tengan sombras muy duras en sus caras, lo que sin dudas arruinará por completo tu noche americana.

Esto no significa que no puedas filmar durante el día, pero sí significa que debes posicionar a tus personajes de espaldas al sol para evitar esas sombras desagradables. Al iluminarlos desde atrás, estarás creando una luz por todo el borde de la silueta del personaje que puede ser entendida como luz de luna de forma natural una vez que el disparo se gradúa de color.

 

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Filma, en la medida de lo posible, durante la hora mágica

Si bien, como comentábamos en el punto anterior, filmar al medio día es viable, una opción aún mejor sería hacerlo durante la hora mágica (la hora antes del atardecer y la media hora después del atardecer).

En este momento del día, la calidad de la luz es casi perfecta para una noche americana, ya que es muy suave y favorecedora (sin mencionar que no deberemos preocuparnos por luchar contra las sombras duras de las que hablábamos anteriormente).

Otro beneficio de filmar durante la hora mágica es que las fuentes de luz funcional (como faros, farolas, etc.) aparecerán bien en la película. Esto significa que incluso una vez que oscurezcas el metraje en postproducción, esas luces seguirán destacando y ayudarán a agregar realismo a la apariencia nocturna general.

La gradación de color que debemos hacer en las tomas filmadas durante la hora mágica para que parezcan imágenes nocturnas suele ser mucho más simple que hacerlo con imágenes a plena luz del día, aunque hay un par de cosas que debemos saber.

En primer lugar, dado que el sol estará tan bajo en el horizonte, tenemos que tener mucho cuidado al encuadrar nuestras tomas, a fin de que no aparezca accidentalmente el sol en la imagen.

En segundo lugar, la poca luz solar que exista para ese momento proyectará largas sombras en el suelo a los pies de nuestros personajes. Esto en no es un problema en sí, ya que la luz de la luna también puede proyectar sombras largas, sin embargo, aquí la cosa se divide y hay muchas personas a las que no les gusta este efecto, por lo que si tú eres una de ellas deberías evitar filmar dichas sombras.

 

Utiliza siempre un polarizador

Aunque realmente ya no es necesario contar con un filtro de día para capturar tomas de noche americana, siempre es recomendable usar un polarizador.

Piensa por ejemplo en el cielo o en un reflejo del agua y entenderás porque puede ser muy útil utilizar un polarizador para recortar el resplandor reflectante que se genera, y darte una escena nocturna más auténtica.

Simplemente coloca un polarizador en tu lente y déjalo ahí durante la filmación. Quédate tranquilo, el polarizador nunca dañará su metraje, solo ayudará a eliminar el resplandor no deseado que podría arruinar tu efecto noche americana.

 

Comprende cuándo puedes mostrar el cielo

En el pasado, muchos cineastas aconsejaban no mostrar nunca el cielo cuando se filmaba una noche americana, pero la realidad es que con la enorme cantidad de avances que hemos experimentado en materia de tecnología y edición, esto ya no es una ley tan dura.

Hay algunas situaciones obvias en las que sí deberás evitar el cielo (por ejemplo, cuando el sol está literalmente en el encuadre), pero en muchos otros casos puedes mostrar un poco de cielo y conseguir un resultado realmente chulo.

La clave es saber cuándo y dónde puedes hacer, y tener algunas habilidades sólidas en el manejo de colores. Por lo general, durante la hora mágica estarás bastante seguro, ya que el color y la luminosidad del cielo ya están, de por sí, bastante cerca de la noche. Lo mismo ocurre con los días muy nublados, que ofrecen una luz para la que no tendremos que modificar tanto la exposición como en otro tipo de días.

El problema real ocurre cuando la luminosidad del cielo es drásticamente más brillante que los personajes, lo que hace obvio que estamos filmando por el día. En esos casos extremos, simplemente encuadra de forma que el cielo no aparezca o directamente filma en otro momento.

 

Configura correctamente la exposición

Ejecutar una noche americana implica exponer la imagen como si realmente se hubiera tomado de noche, o en otras palabras, debemos subexponer.

Un problema muy común con el que se encuentran los cineastas cuando filman una noche americana es que descuidan la exposición de sus imágenes solo porque más tarde pueden corregir el color en postproducción. Dicho de otra manera, simplemente exponen su imagen de la misma manera que lo harían en una escena diurna, cosa que puede ser muy problemática cuando llega el momento de colorear las tomas.

Si bien hay mucho trabajo que puede (y debe) hacerse en postproducción, para obtener los mejores resultados posibles debemos trabajar con una imagen que se haya expuesto intencionalmente para la noche americana. Siempre es recomendable subexponer al menos un punto (a veces incluso dos o tres, pero eso es a gusto de cada uno), para conseguir niveles más cercanos a cómo se verían las imágenes nocturnas reales. De esta manera, no necesitaremos editar las imágenes de forma tan drástica en el proceso de postproducción, y su aspecto final será mucho más orgánico.

 

Asegúrate de tener el balance de blancos correcto

La mayoría de las cámaras no filman en un formato crudo (más bien lo hacen con un códec comprimido como H264 o ProRes), lo que significa que debemos definir nuestro balance de blancos en la cámara cuando vayamos a filmar una noche americana.

Imaginemos que filmamos un día para una escena nocturna con un balance de, por ejemplo, 5600K. Cuando nuestro metraje llegue a la sala de edición y tengamos que corregirlo los colores para que parezcan realmente una toma nocturna (probablemente acercándolo a los 3200K), será necesario “apretar” tanto los colores que la imagen puede empezar a distorcionarse.

Ten en cuenta que los códecs comprimidos ofrecen un nivel finito de capacidad de corrección de color, por lo que siempre debes asegurarte de equilibrar el blanco a una configuración más fría en la cámara para no tener que forzar demasiado los colores en la etapa de edición. Obviamente, los códecs como ProRes te darán más margen de maniobra que el H264, pero como regla general, intenta definir siempre el balance de blancos en la cámara tanto como sea posible.

 

Trabaja la corrección de color a conciencia

Incluso si haces todo bien en la producción, si expones tu imagen correctamente, colocas el sol a espaldas de tus personajes en un momento óptimo del día, estableces tu balance de blancos de forma adecuada, etc. puede que tu metraje siga sin tener un color del todo creíble.

Tienes que tener en cuenta que el metraje original con el que vas a trabajar nunca será absolutamente creíble y, por eso mismo, es muy importante que entiendas cómo trabajar los colores para lograr, ahora sí, un aspecto de noche americana creíble.

Los dos problemas más importantes que existen con respecto al trabajo de color en la noche americana son el contraste y el balance de color.

El contraste debe reducirse lo máximo posible (sin exagerar) para eliminar cualquier aspereza en la imagen que pueda haber sido causada por el sol. El balance de color, por su parte, también debe ajustarse cuidadosamente (a menudo desaturando los colores, moviendo los tonos medios hacia un color azul-púrpura y neutralizando las sombras). Al hacerlo, la imagen final parece mucho más creíble.

 

Cuidado con el contraste

Siguiendo con el tema del contraste, y ahora enteramente centrados en él, debemos saber que la reducción del contraste le da un aspecto más suave a la iluminación, consiguiendo un resultado más parecido a la luz de la luna. Sin embargo, también puede hacer que la imagen se vea plana y gris, por lo que no es recomendable pasarse.

Ten en cuenta que una luz sutil pero brillante alrededor de los bordes de las caras puede crear un efecto que, aunque bastante más contrastado, puede generar una sensación de noche realmente creíble.

 

Considera reemplazar el cielo si no te gusta el resultado

En la actualidad, un software como Adobe After Effects nos permite realizar composiciones simples de manera relativamente sencilla. Esto significa que, a diferencia de los westerns de la década de 1960 (el género que popularizó la noche americana como técnica compositiva), hoy en día es sencillo reemplazar el cielo de una escena. Esto será mucho más fácil, lógicamente, si tu cámara no se mueve (o solo lo hace lenta y suavemente).

¿Es necesario reemplazarlo siempre? Por supuesto que no, pero es bueno saber que tenemos la posibilidad de hacerlo si por el motivo que fuese el cielo de nuestra toma no termina de gustarnos.

Hasta aquí llegamos con nuestro repaso sobre la noche americana. Una técnica que, como hemos visto, tiene muchos pequeños factores que es importante analizar, aunque no es para nada compleja de llevar a cabo.

 

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