La enorme mayoría de los temas musicales que están en todas las listas de éxitos están construidos de una manera muy concreta. Hoy vamos a profundizar en la estructura que una canción debe tener para encajar con estos estándares.
Con esta información y todo lo que puedes aprender en un curso especializado de Técnico de Sonido, tú también puedes componer tus propios temas y dedicarte profesionalmente a la industria musical. ¿Te interesa? ¡Pongámonos a ello!
La música popular
La mayor parte de las canciones que escuchamos a diario pertenece a algún género o subgénero musical con orígenes muy similares, fijados normalmente en la década de los 50 del siglo pasado.
Antes, la música clásica y previamente la religiosa, seguía unos estándares compositivos completamente diferentes. Esto se debe a que perseguían objetivos dispares con públicos muy distintos a los que podemos encontrar en los siglos XX y XXI.
La aparición de nuevas tecnologías permitió grabar y almacenar la música que se interpretaba, algo impensable hasta el momento. Esto impulsó la creación de música popular que podría distribuirse a nivel masivo por todo el mundo.
En la primera mitad de la pasada centuria la música occidental, al igual que otras artes, experimentó unas fuertes transformaciones a nivel tonal, formal y técnico. Los compositores del momento llevaron a cabo cambios en todos estos aspectos con la intención de romper de forma radical con los últimos 300 años.
Elementos de la estructura de una canción
La música creada en la época anteriormente mencionada seguía unas pautas que se mantendrían hasta nuestros días, en las que las canciones tienen una estructura prácticamente idéntica.
A día de hoy, las composiciones musicales siguen un diagrama bastante acotado y conocido, no solo por los que trabajan en la industria, sino por todo aquel al que le interesa este medio artístico.
A continuación vamos a desgranar los elementos básico que incorporan los compositores para que una canción logre ser amena y agradable para los oyentes.
Recuerda que esta estructura está a disposición de los músicos para que la puedan emplear como gusten. No tiene por qué cumplirse a raja tabla en todos los casos, pues la incorporación de las distintas piezas y su orden puede variar. ¡Presta atención y no pierdas detalle!
Introducción u obertura
Como su propio nombre indica, se emplea para introducir al oyente en la canción persiguiendo una intencionalidad específica. La estructura de una canción de rock, por ejemplo, suele tener un riff de guitarra en su introducción para “calentar” o animar al público.
Lógicamente, la incorporación de esta obertura alargará la duración de nuestra canción y, a nivel compositivo, suele comprender 4 compases como mínimo. La intro es sucedida del elemento del que vamos a hablar a continuación: la estrofa.
Estructura de una canción: las estrofas
Este es uno de los pasajes musicales imprescindibles en la estructura de una canción. A día de hoy no se puede entender un tema musical popular que no incluya una o dos estrofas como mínimo.
Este elemento tiene una duración de 8 o 16 compases y se repite al menos una vez a lo largo de la canción; manteniendo el mismo ritmo, armonía y melodía. A pesar de esto, la letra si que puede y suele variar entre las diferentes estrofas.
Estribillos o chorus
Si nos ponemos a juzgar la estructura de las canciones, lo más probable es que concluyamos que el elemento principal y más relevante sea el estribillo. Cuando te pones a tararear un tema, hay muchas posibilidades de que te ciñas al estribillo, pues suele componerse con la intención de que se quede en la memoria de los oyentes.
Se trata de la parte que más se repite en una canción, manteniendo casi siempre la misma letra con pequeñas variaciones. Los cambios y, por lo tanto, el interés de un estribillo suele radicar en la producción, añadiéndosele energía de cara al final. Suele alargarse durante 8 compases.
El pre-estribillo o pre-chorus dentro de la estructura de una canción
En la estructura de muchas canciones actuales podemos encontrar una pieza que sirve de conexión entre una estrofa y un estribillo: el pre-estribillo. También conocido como pre-chorus, este pasaje incorpora variedad e interés al tema, manteniendo habitualmente la misma letra.
Los pre-estribillos acostumbran a tener una duración menor a la del estribillo, siendo de 4 compases los que más se suelen encontrar en las composiciones actuales.
Estructura de una canción: el puente
Por último encontramos, el que es uno de los elementos más interesantes en la estructura de cualquier canción; el puente. También sirve de nexo de unión entre una estrofa y un estribillo, pero en esta ocasión tan solo sonará una vez, precediendo al último estribillo.
Es como el momento más álgido y de mayor contraste de una composición musical, pudiendo tratarse de melodías cantadas o de pasajes instrumentales. Un ejemplo de puente muy habitual es el “solo” de un instrumento, por ejemplo de guitarra o de saxofón.
Su duración puede variar mucho, siendo en muchas ocasiones el pasaje que más se alarga de toda la canción. Como mínimo suele componerse de 8 compases.
Fíjate ahora en los ejemplos de puentes musicales que incorpora la cantante y compositora Taylor Swift a sus temas, de la mano de la youtuber Ter:
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