El mundo del cine es un mundo en continuo desarrollo; lo que hoy es algo del día a día hace veinte años no existía y hace cincuenta era absolutamente impensable. El cine 3D es un claro ejemplo de eso y de cómo la evolución se puede retrasar o acelerar, pero nunca detener.
Después de un tortuoso camino, en el que ha aparecido y desaparecido más de una vez de las pantallas, el 3D se encuentra nuevamente en el punto de mira. Nosotros no nos pondremos a valorar cómo han de tratarse a las películas 3D, sino que nos limitaremos a hablar de su fotografía y de cómo ha evolucionado con esta tecnología.
Breve historia del cine 3D
Vamos a analizar un poco cómo llega este tipo de cine hasta nuestros días, ya que su historia es, cuanto menos, peculiar.
Los primeros años
Ya a finales del siglo XIX se empiezan a hacer las primeras pruebas, siendo a principios de la década de 1920 el momento en que se realiza el primer largometraje en 3D. Este consistía en una doble proyección (una en rojo y otra en verde) que se superponían y que se podía observar con unas gafas especiales (un lente verde y otro rojo). En esta época todavía no existía el concepto de fotografía cinematográfica como lo conocemos hoy en día, por lo que el tratamiento que se realiza de la misma no se adapta al 3D, sino que es idéntico al de cualquier otra película de la época.
La película en cuestión no triunfó y años después, con la caída de Wall Street en 1929, el cine 3D tuvo su primera desaparición.
Curso de Dirección de Fotografía
La segunda oleada
No tardó mucho en volver a aparecer el cine tridimensional, ya que a mediados de la década del treinta la Metro Golden Mayer llevó a cabo algunos cortos en 3D, mientras que en Europa los hermanos Lumière, en Francia, y los nazis, en Alemania, hacían sus propias producciones tridimensionales para dar un empujón a una industria que, para ese entonces, parecía tener un futuro arrollador.
En estas producciones ya sí se puede ver un tratamiento algo más desarrollado de la fotografía 3D de la película, especialmente en la producción “Llegada del tren a la estación de la Ciotat” de los hermanos Lumière.
Esa película ya había sido filmada por los propios hermanos con un cinematógrafo en 1895, pero el hecho de que volviesen a elegir esta producción para realizar en 3D con una cámara estereoscópica habla de la búsqueda de profundidad de campo que querían experimentar con la llegada del tren desde el fondo de la pantalla.
Finalmente el cine 3D volvería a desaparecer debido a diversas complejidades de producción, costes, reproducción y mantenimiento.
Tres décadas después, el 3D renace
Pasaron treinta años, pero ya para la década del sesenta muchos de estos problemas ya estarían resueltos, sobre todo los relacionados con el color (anteriormente las películas 3D eran en blanco y negro, incluso cuando ya existía el cine a color) y con el problema de necesitar dos celuloides para reproducir una única película (problema que sería resuelto con la aparición del Space-Vision 3D de Arch Oboler). Independientemente de esto, muchos otros problemas seguían ahí (desincronización de las imágenes superpuestas, menor calidad visual que una película 2D…), por lo que el cine 3D seguía sin despegar.
En este escenario de aparición y desaparición, la fotografía cinematográfica 3D sigue sin desarrollarse como entidad propia. En parte porque muchos directores de fotografía se oponían al cambio y en parte porque la falta de producciones hacía que fuese poco habitual trabajar con este formato, la fotografía 3D no existe como tal en esta época, sino que las películas 3D se limitan a ofrecer una fotografía idéntica a la 2D aunque con un efecto tridimensional.
La historia de aparición y desaparición volverá a repetirse durante las décadas del setenta y del ochenta (incluso con la aparición del formato IMAX) hasta que, nuevamente, el 3D vuelva a aparecer en el centro de la escena en el siglo XXI.
El cine 3D en la actualidad
Con películas 3D míticas, como Avatar, Toy Story 3 o Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: parte 1, el cine tridimensional volvía a las salas de cine, esta vez con unos resultados mucho más atractivos visualmente y efectos nunca antes vistos.
Aquí la fotografía cinematográfica 3D sí toma la escena, aprovechando al máximo las ventajas y las posibilidades artísticas que ofrece este formato (luces más realistas, profundidades de campo inigualables…). El resultado fueron varias producciones realmente atractivas que movieron una enorme cantidad de público.
Pero la historia del 3D es cíclica, y lo que hace diez años parecía el futuro indiscutible de la industria hoy vuelve a estar en tela de juicio. Es verdad que siguen saliendo muchas películas 3D que todavía tienen su público fiel, pero la realidad es que ya no es el mismo público masivo que abarrotaba las salas hace algunos años.
Existe un último reducto desde el cual puede renacer para siempre la revolución de las películas 3D: China.
El gigante asiático es un apasionado del contenido tridimensional, a tal punto que más del 80% de las pantallas de cine del país están equipadas para soportar esta tecnología. Esto es muy bueno para los amantes de la dirección de fotografía tridimensional porque, al ser China un país tan inmensamente poblado, toda producción que se estrene allí casi que tiene asegurado un buen retorno de la inversión, lo que supone un aliciente para que la producción de películas 3D se mantenga.
Solo el tiempo dirá si el cine 3D tiene futuro o si volverá a repetir el ciclo de explosión y desaparición casi sistemático al que nos tiene acostumbrados. Por el momento, los amantes de la dirección de fotografía nos quedaremos expectantes a ver cómo se desarrolla creativamente este sector.
¿Quieres ser un director de fotografía?
Si este artículo hizo que te atrajera la idea de convertirte en un especialista en dirección de fotografía cinematográfica, en 35mm contamos con la formación perfecta para ti. Visita nuestro Curso de Dirección de Fotografía y descubre cómo te convertiremos en un director de fotografía profesional.