La fotografía en el cine se ha nutrido a lo largo de las décadas con grandes profesionales que han sabido plasmar su visión en películas que absolutamente icónicas. En muchos de estos casos, el Director de Fotografía no solo se convertía en el responsable del aspecto visual del film, sino también en mano derecha del Director de la Película. Pero existen Directores y Directores de Fotografía cuya relación profesional llega a tal punto que se convierten casi en exclusivos uno del otro. Este es el caso del Director de Fotografía del que hablaremos hoy: Janusz Kaminksi.
¿Quién es Janusz Kaminski?
Nacido en 1959 en Ziębice, Polonia, Kaminski se vio forzado a emigrar de su país natal en 1981, a la edad de 21 años, debido a la situación política que por entonces atravesaba el país centroeuropeo.
El destino elegido fue Estados Unidos, lugar en el que desarrollaría su carrera como uno de los profesionales más laureados de la fotografía en el cine.
Se graduó en Bellas Artes y Cine en el Columbia College en 1987 y comenzó a dar los primeros pasos en el cine trabajando primero como Gaffer y luego como asistente del Director de Fotografía.
El cambio en su carrera llegaría en 1991 cuando su camino se cruzó con uno de los grandes exponentes de la dirección cinematográfica: Steven Spielberg.
Su relación con Spielberg
Como decíamos, fue en 1991 cuando Spielberg, después de ver la películas para televisión Wildflower –en la que Kaminski había trabajado-, decide llamarlo para filmar “Class of ‘61”, un drama histórico ambientado en la guerra civil estadounidense que a la postre se convertiría en la primera de muchísimas colaboraciones que el polaco haría con el Director de grandes películas como Tiburón, Avatar, E.T o Jurassic Park.
La sintonía entre los dos fue instantánea, lo que hizo que a partir de ahí sus colaboraciones se hicieran más y más habituales hasta 1993, año en que Kaminski se convierte definitivamente en el Director de Fotografía fijo de Spielberg (ha ocupado ese puesto en todas las producciones del afamado director desde entonces).
Premios y reconocimientos
Los premios, nominaciones y reconocimientos que ha recibidos este genio de la fotografía en el cine se cuentan por decenas, aunque si quisiéramos nombrar los más importantes podemos hablar de sus seis nominaciones a Mejor Dirección de Fotografía en los Premios Óscar por las películas La lista de Schindler (1993), Amistad (1997), Salvar al soldado Ryan (1998), La escafandra y la mariposa (2007), Caballo de batalla (2011) y Lincoln (2012), de las cuales ha ganado dos (por La Lista de Schindler y Salvar al soldado Ryan) o sus cinco nominaciones a los premios BAFTA (ganador únicamente por La lista de Schindler).
Si quisiéramos repasar la estética de sus obras más atractivas sería imposible elegir la mejor ya que, a lo largo de su carrera, Kaminski ha sabido ser sumamente prolífico, llevando siempre la fotografía cinematográfica al siguiente nivel. Por este motivo, creemos que la mejor forma de selección sea hablar de las dos ganadoras del Óscar, por ser este el máximo galardón que se le puede dar a un profesional de la fotografía en el cine.
La fotografía de La lista de Schindler
El salto a la fama de Kaminski se da con esta obra maestra, y el primer golpe en la mesa lo da desde el propio material fílmico: decide filmar con las emulsiones originales que Kodak fabricaba en blanco y negro. Esto, a diferencia de lo que se hacía a principio de los noventa (filmar en color y desaturar en postproducción) ofreció una imagen antigua mucho más realista (grano más grueso, contrastes más marcados…) a una película que necesitaba plantarse de lleno en mediados del siglo veinte.
Ya en producción, la película adopta muchas veces un perfil cuasi documentalista gracias a una iluminación cargada de realismo y a diversas secuencias, particularmente largas, que nos meten de lleno en la tragedia que nos está contando (desde la expulsión de los judíos del ghetto de Cracovia hasta el proceso de trabajo en la fábrica).
La luz es un aspecto fundamental de la fotografía cinematográfica de la película: a lo largo de todo el film Kaminski va utilizando distintos tipos de iluminación (luz suave o dura dependiendo del momento, haces de luz, fuentes integradas, etc.) que ofrecen un amplio y rico abanico de texturas.
La fotografía de Salvar al soldado Ryan
En este clásico del cine moderno Kaminski vuelve a meter la mano en el celuloide, esta vez para obtener una imagen más cruda, capaz de reflejar las sensaciones reales que ofrecería un documental sobre la guerra.
Para dar con el estilo tan característico de esta producción protagonizada por Tom Hanks y Matt Damon, el polaco utilizó una emulsión de sensibilidad media algo antigua para la época y la forzó un diafragma durante todo el film para obtener un aumento del contraste de la imagen y el grano. Más tarde aplicaría el proceso ENR, que permite conseguir negros más profundos, contrastes más marcados y colores poco saturados, algo perfecto para esta película.
Lógicamente, las características propias de la fotografía cinematográfica de estas películas son muchísimas más, pero estas que nombramos sirven aunque sea para demostrar lo lejos que puede llegar un Director de Fotografía por conseguir que un film adquiera exactamente la identidad visual que busca.
Como siempre, te recordamos que si quieres hacer de la dirección de fotografía tu profesión, en 35 mm te ofrecemos un Curso de Dirección Fotográfica en el que aprenderás absolutamente todo lo que debes saber sobre la fotografía en el cine. ¡No te lo pierdas!