Hoy hacemos un repaso por la vida del artista Gustavo Santaolalla (El Palomar, Buenos Aires, 1951), el cantante que cambió la historia del rock en Argentina y Latinoamérica y el productor musical de más de un centenar de bandas sonoras de películas. Empezamos este apasionante periplo en sus inicios como compositor en 1967 para llegar hasta su etapa actual.
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Los inicios de Gustavo Santaolla, desde Arco Iris hasta Soluna
Con 16 años fundó el grupo Arco Iris, que pasó a la historia de Argentina porque consiguió fusionar el folk y la música tradicional latinoamericana con el rock.
En Arco Iris, además de hacer música, llevaba un estilo de vida muy particular. El grupo era también una comunidad de yoga, cuya lideresa era Dana; de la cual se enamoró Gustavo, a pesar de la diferencia de 13 años de edad. Es más, el primer éxito de Santaolalla, Blues de Dana, que ganó el Festival Beat de la Canción Internacional de Mar del Plata, en el año 1970, está dedicado a esta mujer.
Sin embargo, las estrictas normas de la comunidad, en la que Dana prohibía el consumo de alcohol, carne y drogas, pero sobre todo el sexo, causaron la ruptura de la pareja, la comunidad y la banda Arco Iris en el año 1975.
En 1976 fundó Soluna con el pianista y cantante Alejandro Lerner y su novia Mónica Campins. En 1977 publicaron su único álbum: Energía Natural.
Sin embargo, la situación política de Argentina estaba cambiando, lo que inevitablemente acabó condicionando de manera decisiva a un artista fundamental en la historia del rock de su nación.
Gustavo, exiliado en Los Ángeles
Después de estar preso infinidad de veces en su país natal, Argentina, desde la temprana edad de 16 años, como tantos otros que sufrieron la dictadura militar, Gustavo se exilió en Los Ángeles. En California puedo evitar la censura, que estaba limitando su carrera artística.
“La cuestión era hacerte la vida miserable: que te cortaras el pelo y te convirtieras en lo que ellos querían, o que te fueras o que te jugaras a correr el riesgo de un día aparecer en una zanja” Gustavo Santaolalla
En Los Ángeles bebió de las influencias del rock and roll estadounidense, pero también de los sonidos más underground de la época, entre los que podemos destacar el punk y el new wave. La ciudad de California y los estilos norteamericanos contribuyeron de manera decisiva en el resto de su carrera profesional, aunque nunca renunció a sus orígenes argentinos.
Santaolalla originó la explosión del rock latino
Con los años se asentó en Los Ángeles, ciudad en la que aún reside Gustavo, pero nunca renunció a volver a su país natal con cierta frecuencia. Durante esta época de idas y venidas dejó la escena musical de primera línea para centrarse en la producción.
En uno de estos viajes a Argentina, en el año 1980, se encargó de producir Pensar en Nada, de León Gieco, que supuso un hito en su carrera como productor musical.
Con Pensar en Nada Santaolalla consigue una ruptura sin precedentes en el rock argentino hecho hasta el momento, que seguía anclado en el folk, introduciendo en su país la new wave y el primer reggae con la canción Si me llaman por teléfono no estoy.
Después del éxito de este álbum, fueron muchos los artistas y grupos que trabajaron con Gustavo Santaolalla, consiguiendo grandes éxitos de la crítica.
Entre sus principales colaboradores en los años ochenta y noventa podemos citar:
- Maldita Vecindad
- Los Prisioneros
- Café Tacuba
- Divididos
- Fobia
- Julieta Venegas
- Molotov
- Bersuit Vergarabat
- Juanes
- Jorge Drexler
- La Vela Puerca
- Arbol
- Puya
Como puedes ver en el listado anterior, Santaolalla trabajó con artistas de toda Latinoamérica, como las mejores bandas de rock argentinas, el cantautor colombiano Juanes o la cantante mexicana Julieta Venegas.
Gustavo Santaolalla, el productor musical de Hollywood
Desde que el director Michael Mann incluyó un tema de Gustavo en su banda sonora de The Insider, Santaolalla comenzó a dedicarse a la producción musical, más concretamente a las bandas sonoras de filmes.
Desde el año 2000 algunas de sus mejores producciones de bandas sonoras son:
- Amores perros, México (2000)
- 21 gramos, México-Estados Unidos (2003)
- Diario de motocicleta, Premio BAFTA, Argentina (2004)
Diario de motocicleta fue premiada con el Oscar a la mejor Canción Original en el año 2005
Gracias a sus extraordinarias colaboraciones con el director Alejandro González Iñárritu cosechó algunos de sus mayores éxitos, entre las que podemos citar las bandas sonoras de Amores perros; que fue su primera obra en este ámbito musical, 21 gramos, Babel y Biutiful.
El director mexicano y el productor musical argentino consiguieron desarrollar una obra artística inconmensurable en la década de los 2000. “Iñáturri es un genio, un verdadero genio. Él anda varios pasos delante del reto” Gustavo Santaolalla.
Además, el artista argentino ha ganado dos Oscar de manera consecutiva:
- Brokeback Mountain, Estados Unidos-Canadá (2006)
- Babel, Estados Unidos-México (2007)
El primer Oscar a Mejor Música Original fue de Brokeback Mountain, que realizó con una guitarra acústica. En el segundo Oscar, Babel; que ganó como mejor banda sonora, la mayoría del tiempo utilizó un ud, menos un tema que es Iguazu, en el que empleó el ronroco, un instrumento que define a Gustavo Santaolalla, en palabras del propio autor.
En la música que hace para las bandas sonoras siempre ha buscado reflejar quién es y de dónde viene. Por esta razón trabajó la parte instrumental de Brokeback Mountain con guitarra, otro de sus instrumentos predilectos, en un ritmo de 6 por 8, acompañado por el ronroco, que siempre está presente en su obra. ¡Gustavo Santaolalla tiene un estilo personal inconfundible!
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