Una de las tareas más importantes a la hora de realizar una película o cualquier obra audiovisual es el montaje. Por ello hoy queremos viajar al pasado y compartir con vosotros la historia del montaje, una disciplina que consiste en unir trozos de película siguiendo un orden concreto para dar a la filmación una estructura narrativa. ¡Comenzamos!
El arte del montaje audiovisual
Antes de entrar de lleno en la fascinante historia del montaje debemos contarte en qué consiste.
El montaje audiovisual consiste en el proceso de unir trozos de película para crear distintas secuencias que siguen la trama de un guion.
Habitualmente de cada escena de una película se realizan varias tomas, por lo tanto, el montador con la ayuda del director elige las mejores tomas y ordena los planos y secuencias para narrar la historia. El montaje se utiliza para narrar una historia y nos permite un sinfín de combinaciones distintas. Por lo tanto, determina la forma en la que el espectador vive la historia, en qué orden y con qué ritmo.
En definitiva, el montaje es seleccionar, cortar y unir las tomas disponibles en un orden concreto y es la base del lenguaje cinematográfico.
Inicios del montaje
La historia del cine comenzó en Paris a finales de 1895 y en los primeros tiempos, los espectadores se conformaban con ver escenas de la vida cotidiana de la época, por lo tanto, aun no existía el montaje.
Los hermanos Lumière, los inventores del primer cinematógrafo, fueron los primeros que proyectaron varias de esas escenas cotidianas, concretamente la salida de obreros de una fábrica en Lyon, la demolición de un muro, la llegada de un tren y un barco saliendo del puerto.
El éxito de su invento fue inmediato, pero el hecho de mostrar imágenes cotidianas hacía innecesario el montaje de una película y, aunque sus proyecciones fueron aumentando poco a poco de duración, las películas continuarían siendo una serie continuada de tomas únicas unidas por orden cronológico.
En un año los hermanos Lumière filmarían más de diez películas, todas ellas marcadas por la ausencia de montaje y la posición fija de la cámara. No había historia, ni edición.
La primera persona en dar el salto del cine de demostración al cine de ficción fue Alice Guy, que con su primera película La Fée aux Choux (El hada de los repollos, 1896) sentaría las bases del cine narrativo. También fue la primera cineasta en mantenerse económicamente a través de la nueva profesión.
Posteriormente George Méliès, proveniente del teatro, también se introduciría en la industria del cine, desarrollando nuevas técnicas cinematográficas, sentando las bases del cine de ciencia ficción y creando los primeros efectos especiales.
En 1902, Méliès estrenaría Viaje a la Luna, una película que utilizaba trucos fotográficos para representar el viaje de una nave espacial a la Luna.
Finalmente, el entusiasmo de los primeros cineastas por contar historias dio paso al nacimiento del montaje.
El montaje, base del lenguaje cinematográfico
El montaje surgió ante la necesidad de alargar la duración de las películas. Ya no era suficiente con retratar la realidad del día a día, un público entusiasta también demandaba historias de ficción.
En Estados Unidos, Thomas Edison, quien también había filmado sus películas donde mostraba las actividades cotidianas de la época, buscaba incrementar la duración de sus cortometrajes. Para ello, pidió ayuda a Edwin S. Porter, uno de los trabajadores de su laboratorio de cine. Porter hizo una película revolucionaria; Life of an American Fireman (1903), un film que contaba con argumento, acción e incluso un primer plano.
Porter tuvo la osadía de juntar metraje grabado en momentos, lugares y posiciones de cámara distintas, incluso incorporó escenas paralelas, arriesgándose a que el público de la época perdiera el hilo de la historia.
Su ocurrencia dio pie al nacimiento del lenguaje cinematográfico y permitió contar historias mucho más complejas.
Pero el montaje, tal como lo conocemos hoy en día, llegó de la mano de David Wark Griffith, considerado padre del cine moderno. Griffith fue uno de los primeros en usar el flashback, una técnica que altera la secuencia cronológica de una historia, conectado momentos distintos y trasladando la acción al pasado. También combinó muchas otras técnicas de la época como; la variación de planos, la inserción, el montaje en paralelo, el travelling y las variaciones de ritmo en la edición con la intención de que tuvieran efecto dramático en la historia que se narraba.
Una de las obras más importantes de Griffith fue Intolerancia (1916), una de las película más caras e influyentes de la historia del cine.
El film está formado por cuatro historias localizadas en momentos diferentes de la Historia de la humanidad, enlazadas por la imagen de una mujer que mece una cuna. A medida que las historias llegan a su desenlace, Griffith aumenta el ritmo de la trama utilizando secuencias cada vez más cortas con el objetivo de crear tensión en el espectador.
Griffith también inventó el montaje alterno; la yuxtaposición de acciones que suceden en un mismo momento. Con esta técnica el ruso Lev Kuleshov hizo un experimento; recuperó de una película antigua la toma de la cabeza de un actor e intercaló una toma con un plato de sopa, luego con un niño jugando y el plano de una anciana en un ataúd. Cuando mostró la película, los espectadores elogiaron la actuación del actor al mostrar hambre ante la sopa, felicidad con el niño y tristeza con la mujer muerta. Evidentemente no sabían que el actor nunca vio ninguna de las otras tomas. Kuleshov demostró que el simple acto de la yuxtaposición crea una relación entre las tomas. La técnica se conoce como Kuleshov Effect.
Hitchcock lo explica magistralmente en el siguiente video.
Esta y otras técnicas de montaje de Griffith aportaron al lenguaje cinematográfico infinitas posibilidades, cambiando para siempre la historia del séptimo arte.
Películas históricas que destacan por su montaje
Como has visto, el montaje es fundamental para crear una obra audiovisual. A continuación, compartiremos contigo 5 películas que destacan por su edición y montaje.
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1 – Ciudadano Kane (1941)
Sin duda uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos fue Orson Welles. En el film Ciudadano Kane, sorprendió a los espectadores con una innovadora estructura narrativa creada gracias al montaje.
Welles cuenta la historia de Charles Foster Kane, un magnate de la prensa estadounidense, principalmente a través de flashbacks, evitando la tradicional narración lineal y cronológica.
Una de las técnicas narrativas de Ciudadano Kane es el salto en el tiempo y el espacio a través del montaje. El director usa el mismo escenario tras un corte, pero cambiando la ropa y el maquillaje de los actores, dando a entender que la nueva secuencia ocurre en el mismo sitio, pero mucho tiempo después de la anterior.
Un claro ejemplo es la escena del desayuno.
La película editada por Robert Wise, estuvo nominada a ocho Oscars, incluido el mejor montaje. Finalmente ganó el Óscar al mejor guion original, el único Óscar conseguido por Welles en toda su carrera, a excepción del honorífico de 1970.
2 – JFK: Caso abierto (1991)
El film dirigido por Oliver Stone, que relata las circunstancias que rodearon el asesinato del presidente John F. Kennedy, destaca por sus innovadoras técnicas de montaje.
Stone compone una historia intensa y trepidante combinando filmaciones de lo más variadas; noticias de televisión reales y ficticias de la época, entrevistas, fotografías, color y blanco y negro… Además logra crear una original narrativa mezclando diferentes estilos; documental, suspense, thriller, melodrama…
Joe Hutshing y Pietro Scalia, ganaron el Oscar al mejor montaje. Para muchos, uno de los más perfectos de la historia del cine.
3 – Memento (2000)
La película de Christopher Nolan cuenta con una de las ediciones más originales y enrevesadas de la historia del cine. Y es, sin duda, clave en la historia del montaje.
Memento está protagonizada por Guy Pearce, Carrie-Anne Moss y Joe Pantoliano y relata la historia de Leonard, un hombre que tras el asesinato y violación de su esposa sufre de amnesia anterógrada (perdida de la memoria a corto plazo).
Nolan consigue crear en el espectador la misma percepción que el personaje principal mostrando una especie de puzle psicológico formado por diferentes líneas narrativas; una, en color, que comienza en el desenlace y evoluciona en orden inverso y otra en blanco y negro que, a través de un montaje lineal, narra los hechos en el orden en que van sucediendo.
Al llegar al final de la película ambas líneas argumentales se unen y nos desvelan lo sucedido.
La película fue nominada al Globo de Oro al Mejor guion y a dos Óscar por su guion original y montaje, realizado por Dody Dorn.
4 – Birdman (2014)
Continuamos con Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) un film dirigido por Alejandro González Iñárritu y protagonizado por Michael Keaton.
El director mexicano nos sorprendía con un film en el que la cámara acompaña toda la acción sin parar de grabar. A excepción de algunas tomas al principio y al final de la cinta, Birdman parece filmada en un solo plano secuencia, una técnica que consiste en la realización de una toma sin cortes durante un tiempo prolongado. Evidentemente no fue así y esa sensación se logró gracias a la fantástica edición y montaje del metraje en postproducción.
A pesar de que algunas tomas llegaron a tener una duración de 15 minutos, la sensación de continuidad se logró realizando cortes imperceptibles para el público; como el paso del protagonista por una puerta, una zona oscura o el movimiento rápido de la cámara (paneo).
5 – El club de la lucha (1999)
No hemos podido evitar incluir, en esta pequeña lista de películas que destacan por su montaje, El club de la lucha, uno de nuestros títulos favoritos.
El film dirigido por David Fincher y protagonizado por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter narra la historia de un joven oficinista harto de su trabajo y su vida y que sufre de insomnio.
A excepción del inicio del film, que muestra la escena final de la historia, la trama está narrada por su protagonista de forma lineal y destaca por contener una gran cantidad de fragmentos donde se trasmiten sensaciones fugaces. También existe un continuo uso de flashbaks para explicar el porqué de las acciones de algunos personajes que también nos desvelan la realidad que está viviendo el protagonista.
A lo largo de la historia también se incluyen fotogramas que envían al espectador mensajes subliminales y que trata de afectar a su subconsciente.
Todos estos elementos son difíciles de detectar o asimilar en un primer visionado, incluido el fotograma de una película porno. Te recomendamos que veas El club de la lucha al menos dos veces y disfrutes de su gran montaje.
Hasta aquí nuestro breve repaso por los inicios e historia del montaje en el cine. Esperamos que hayas disfrutado.
Hoy en día el montaje está al alcance de todos. Gracias a la era digital hemos podido dejar atrás las costosas herramientas que se utilizaban en el rudimentario montaje manual del celuloide. Con la ayuda de nuevas herramientas, como los softwares de edición de video, podemos realizar de forma sencilla el montaje de cualquier obra audiovisual. Además, si realizas un curso de calidad las posibilidades se multiplican y puedes convertirte en todo un experto en montaje y postproducción.
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