Durante siglos, las mujeres han estado utilizando maquillaje. Este se utilizó tanto para embellecer sus rostros en diversos eventos sociales (desde coronaciones hasta meras reuniones informales) como para sentirse más guapas en su día a día. La historia del maquillaje y su evolución ha sido cambiante, tanto en lo que se refiere al tipo de maquillaje que se utilizaba como a quién y para qué lo lucía.
Es verdad que, si quisiéramos hablar de la historia del maquillaje desde la prehistoria hasta la actualidad, seguramente pudiéramos encontrar cómo los primeros humanos utilizaban algún tipo de producto natural con el que colorearse el rostro para, por ejemplo, camuflarse entre la naturaleza para cazar su comida, pero hoy hemos decidido limitarnos a lo que hoy conocemos como maquillaje y centrarnos en la historia del maquillaje como elemento puramente estético.
La historia del maquillaje desde la antigüedad hasta la actualidad
Antiguo Egipto
El primer registro conocido de uso de maquillaje proviene de la primera dinastía de Egipto (3100-2907 a. C.), ya que se han encontrado frascos de ungüentos perfumados en las tumbas de este período histórico.
Según los investigadores, estos ungüentos eran una sustancia que usaban tanto hombres como mujeres para ayudar a humectar su piel y evitar arrugas. Durante esta época, las mujeres decoraban sus ojos aplicando un color verde oscuro al párpado inferior y oscureciendo las pestañas y el párpado superior con kohl, un cosmético que estaba hecho de hollín y antimonio.
Los egipcios creían que la limpieza y la belleza agradaban a los dioses, por lo que usaban aceites perfumados, se bañaban a diario en el río o en sus hogares, y usaban diferentes tintes para teñir la piel, el cuerpo y el cabello.
Curso de Maquillaje y Caracterización de Efectos Especiales
Época romana
A mediados del siglo I d.C., la mayoría de los romanos usaban cosméticos. Para oscurecer las pestañas y los párpados usarían kohl, mientras que utilizaban tiza para blanquear su tez y colorete en sus mejillas.
Edad media
La piel pálida era un signo de riqueza durante la Edad Media europea. En este escenario, las mujeres del siglo sexto tomaron ciertas medidas, algunas de ellas realmente extremas, para lograr este aspecto: algunas utilizaban claras de huevo en la piel, otras una combinación de hidróxido de carbonato y óxido de plomo como polvo facial y otras, las más extremas, llegaban a sangrar a propósito para perder el característico color rosado de la piel.
Ahora bien, ¿de dónde venía esta creencia? Durante esta época la piel blanca estaba estrechamente relacionada con una vida de ocio, mientras que la piel bronceada era signo de una vida de trabajo al aire libre. Así, las mujeres usaban gorros, llevaban sombrillas y cubrían todas las partes visibles de sus cuerpos con blanqueadores y quitamanchas para lograr una tez pálida.
Edad moderna
Ya entrados en el siglo XIX, las mujeres comenzarían a utilizar belladona para hacer que sus ojos parezcan más luminosos. Durante este tiempo, el maquillaje era fabricado farmacéuticos que incluían en sus recetas ingredientes como mercurio y ácido nítrico.
Durante la época victoriana el maquillaje pasó a estar denostado, motivo por el cual actrices y prostitutas de la época eran menospreciadas por utilizarlo. Durante esta época, si alguien manipulaba su color natural, se los miraba con desdén.
Ahora bien, a pesar de que el maquillaje no estaba bien visto, sí se utilizaban ciertos cosméticos en el ámbito hogareño: desde mascarillas de avena, miel y yemas de huevo o polvos de arroz para espolvorearse la nariz, hasta aceites de ricino para las pestañas o jugo de remolacha para darle un aspecto más saludable a sus mejillas, fueron muchos los productos que podían utilizar las mujeres de la segunda parte del siglo XIX. El maquillaje de rostro completo todavía se consideraba pecaminoso, pero los tonos naturales se aceptaban para dar un aspecto saludable.
El maquillaje en el siglo XX
En el año 1910 tuvo lugar una de las creaciones más importantes de la cosmética actual: la primera máscara de pestañas, creada por TL Williams y que lleva el nombre de Maybelline en honor a la hermana del creador, cuyo nombre era Mabel. En esta época también surgen el lápiz labial y los primeros estuches con polvos prensados y un espejo.
En la década siguiente, las mujeres estadounidenses viven una primera gran revolución, y comienzan a mostrar su nueva independencia utilizando labiales rojos muy saturados y una cara llena de maquillaje.
En este contexto de máxima aceptación del maquillaje, las actrices de Hollywood, que en otro momento hubiesen sido despreciadas por el uso de maquillaje, se convirtieron en modelos de las tendencias relacionadas con la cosmética.
En los sesentas el mundo cambia, las jóvenes se rebelan y el maquillaje lo siente. En esta década, en la que las mujeres adoptan los pantalones y las minifaldas, se ponen de moda los labios en colores pálidos en tonalidades rosadas, muchísimo rímel y/o pestañas postizas y ciertas excentricidades, como los labios pintados de dos colores (uno arriba y uno abajo) o el uso de algunos colores bastante exagerados para la sombra de los ojos.
En los años 70 se abren dos líneas muy distintas de la historia del maquillaje: por un lado estaban quienes apenas se maquillaban (sobre todo las últimas exponentes del movimiento hippie) mientras que por el otro lado estaban quienes habían adaptado la corriente nacida en los sesentas, y utilizaban una gran cantidad de maquillaje, pero llevándolo hacia una vertiente algo más natural.
Los años 80 fueron el último gran boom del maquillaje “exagerado”: sombras muy fuertes, colores puros y muy llamativos, delineados de ojos muy marcados y una estética general más bien dura (se marcaba mucho la mandíbula y los pómulos) eran la tónica general del maquillaje en los ochenta.
A partir de ahí la historia del maquillaje se ha ido estabilizando poco a poco hasta llegar a nuestros días. Desde la década del noventa hacia aquí el maquillaje ha rebajado su excentricidad y ha ido centrándose cada vez más en lucir bien, pero de forma más natural (en consonancia con la importancia cada vez mayor que se da al medioambiente y a todo lo relacionado con la naturaleza, tanto del espacio que nos rodea como de nuestro propio cuerpo).
¿Qué depara el futuro a la historia del maquillaje?
Como podemos ver, la historia del maquillaje ha ido mutando a lo largo del tiempo, por lo que podemos estar seguros de que en el futuro volverá a hacerlo.
Es imposible saber si la sociedad lucirá nuevamente el estilo característico de los años veinte, si volverá a ceñir el maquillaje a su hogar como en la época victoriana o si, por el contrario, retomará la estética excéntrica de los años ochenta, pero lo que sí podemos saber es que el maquillaje seguirá existiendo, sea de la forma que sea.
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