Si alguna vez has pensado en subirte a un escenario para hacer reír a carcajadas a tu audiencia, pero no sabes por dónde empezar, ¡has llegado al lugar adecuado! En este artículo te daremos algunas ideas para crear monólogos cómicos y, quién sabe, tal vez te conviertas en la próxima gran estrella del humor.
Además, si estás pensando en realizar algún curso para mejorar tus habilidades a la hora de escribir monólogos o cualquier otro tipo de guion, también te recomendaremos la mejor formación.
¡Súbete al escenario, comenzamos!
¿Eres un principiante en el mundo de los monólogos cómicos? Aquí te damos algunas ideas para empezar
Si estás empezando en el mundo del stand-up comedy, lo primero es perder el miedo al escenario y encontrar tu estilo propio. Aquí van algunas ideas para que empieces a soltar la lengua y saques a relucir tu lado más cómico:
Observa la vida cotidiana: a veces, las situaciones más comunes y corrientes pueden ser las más divertidas. Fíjate en las cosas que te pasan a diario y cómo podrías darles un giro cómico.
¿Has tenido una situación embarazosa últimamente? ¡Básate en ella y conviértela en un monólogo!
Juega con los estereotipos: todos conocemos los clichés sobre ciertos grupos de personas, profesiones o nacionalidades. Darles un giro inesperado o exagerarlos puede ser una fuente inagotable de humor. Eso sí, ¡no caigas en la ofensa o el racismo! Aunque quizás quieras seguir los pasos de Ignatius Farray.
Usa analogías y metáforas: comparar cosas aparentemente dispares puede resultar en situaciones hilarantes. ¿tu jefe es como un cocodrilo esperando a que cometas el más mínimo error? o ¿Qué tal si comparas tu vida amorosa con una telenovela turca?
¡Las posibilidades son infinitas!
Cómo transformar tus experiencias personales en monólogos cómicos: ¡Convierte tus vivencias en risas!
La clave para crear monólogos cómicos basados en tus experiencias personales es encontrar el humor en situaciones que, en un principio, no lo tienen.
Aunque existen infinidad de temas sobre los que puedes escribir; trabajo, sexo, amigos, política, gastronomía… lo más acertado es que el tema de tu elección tenga algo que ver con tu personalidad.
Si eres un chico o una chica joven, es posible que no te interese disertar sobre los problemas de la jubilación, a no ser que el tema te afecte de cerca o lo hayas investigado en profundidad.
Para trasformar tus vivencias en monólogos cómicos sigue estos consejos:
-Exagera tus historias: si un día llegaste tarde debido al tráfico, cuenta cómo te viste atrapado en un apocalipsis de coches y cómo tu única salvación fue un gato callejero.
-Encuentra el lado cómico de tus fracasos o momentos incómodos: todos hemos tenido citas desastrosas, entrevistas de trabajo que no salieron bien o hemos cometido errores que nos hacen sonrojar.
Puedes hablar de la masturbación, algún complejo con tu cuerpo, alguna creencia absurda (como que crees que la Tierra es plana) o relatar algún deseo inconfesable.
¡Ríete de ti mismo y convierte esas situaciones en oro cómico!
-Juega con la autocrítica: la capacidad para reírse de uno mismo es una virtud. No tengas miedo de desentrañar tus debilidades y burlarte de ellas.
Escribir sobre complejos propios o inseguridades es complicado. Si no te gusta tu cuerpo o hay cosas de tu personalidad que detestas o quieres cambiar afrontarlo desde una perspectiva cómica puede resultar liberador. Además, seguro que entre tu público hay personas que tienen esos mismos complejos.
El humor como herramienta para abordar temas serios: Ideas para monólogos cómicos con mensaje
El humor es una de las mejores maneras de tratar temas complicados o tabúes de una forma accesible y entretenida. ¿Por qué? Porque el humor puede hacer que la gente se sienta más cómoda hablando de temas que normalmente se consideran difíciles o incómodos.
Así que, si estás pensando en crear un monólogo cómico con un mensaje profundo, aquí te presentamos algunas ideas:
-Habla de tus propias luchas: Si has pasado por momentos difíciles como una enfermedad o la pérdida de un ser querido, el humor puede ser una forma de sanar y compartir tu experiencia con los demás. ¿Quién sabe? Quizás al hablar abiertamente sobre tus propias luchas, puedas inspirar a otros a hacer lo mismo.
Obviamente, trata de enfocarlo de la manera más divertida y graciosa posible, no queremos deprimir o hacer llorar de tristeza a la audiencia. A no ser que quieras introducirlos en una montaña rusa emocional.
-Aborda temas sociales o políticos: La sátira es una poderosa herramienta para criticar y reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos. Puedes hacer reír a tu audiencia mientras les haces pensar en temas como el racismo, la desigualdad, las fake news, la guerra, la corrupción. Además, la sátira también puede ser una forma de cuestionar el status quo y de imaginar un mundo mejor. Deja volar tu imaginación.
¡El mundo está patas arriba, aprovéchalo!
-Rompe con los tabúes: Hay temas que tradicionalmente se consideran «prohibidos» o incómodos. Sin embargo, abordarlos con humor puede ayudar a derribar esas barreras y generar conversaciones necesarias. ¿Por qué no hablar abiertamente sobre temas como la sexualidad, la salud mental o la inmigración?
¿No puedes quitarte de la cabeza la idea de la muerte o crees que te han echado un mal de ojo? Si es así, seguro que todas las cosas extrañas que te pasan por la cabeza son un buen material para un monólogo.
Temas conflictivos para tus monólogos
Estos son algunos temas conflictivos que puedes abordar en tu monólogo, si te atreves claro.
-La muerte y el dolor: Hablar sobre la pérdida de un ser querido o una enfermedad terminal requiere mucha sensibilidad. El humor puede ser una herramienta útil para procesar el duelo, pero es fácil caer en la insensibilidad.
-La religión: Los temas relacionados con la fe y las creencias espirituales suelen ser terreno pantanoso. Es complicado abordarlos con humor sin ofender a ciertos grupos.
-La intolerancia y los derechos humanos: Tópicos como el racismo, el sexismo o la homofobia requieren un tacto muy especial. Se debe condenar la intolerancia sin atacar a los intolerantes.
-La política: Satirizar partidos políticos o figuras públicas es arriesgado. Es fácil polarizar al público o ser acusado de parcialidad. El humor debe apuntar a comportamientos y actitudes, más que a personas.
-Los traumas personales: Hablar de abusos, adicciones o enfermedades mentales que has padecido requiere mucho cuidado. El público puede malinterpretar el humor como una señal de que no te tomas estos temas en serio.
-Las relaciones familiares: Las dinámicas entre padres e hijos o entre hermanos son complejas. El humor sobre estas relaciones íntimas puede ser incómodo para los involucrados y los espectadores.
Recuerda que el humor es una herramienta poderosa, pero también puede ser delicado. Asegúrate de ser respetuoso y considerado al abordar temas delicados, y de no cruzar la línea hacia lo ofensivo.
Con un poco de habilidad y sensibilidad, el humor puede ser una excelente manera de abordar temas profundos y hacer que la gente piense. Y, por supuesto, también puede ser una forma de hacer reír a carcajadas a tu audiencia.
En resumen, casi cualquier tema se puede abordar con humor si se hace con inteligencia, sutileza y compasión. Pero hay que ser muy conscientes de los posibles efectos secundarios de tratar ciertos temas delicados con una ligereza excesiva.
El humor nunca debe usarse para atacar, denigrar o marginar a otros. Aunque es decisión tuya sobrepasar estas líneas.
Consejos para redactar tu monólogo humorístico
Una vez has decidido que temática quieres abordar llega el momento de plasmarlo en el papel y redactar tu monólogo. Escribir un monólogo humorístico no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Lo primero que debes tener en cuenta es que no todos tenemos el don de la comedia, pero con práctica y dedicación puedes llegar a crear algo divertido.
A continuación, te daremos algunos consejos para escribir un monólogo humorístico:
-Encuentra tu estilo: El humor es subjetivo, y cada persona tiene su propio estilo de comedia. Encuentra lo que te hace reír y trabaja en eso. Si eres sarcástico o irreverente usa eso a tu favor. Si eres más bien tímido, usa ese enfoque. No intentes imitar a otros comediantes, encuentra tu propia voz y aprovecha tus defectos y virtudes.
-Investiga: La comedia surge a partir de la observación de situaciones cotidianas. Dedica tiempo a observar a todos y todo lo que te rodea y encuentra lo que te parece gracioso. También puedes inspirarte en noticias actuales o situaciones políticas. En cualquier caso, recopila material para usar en tu monólogo. Puedes encontrar inspiración en las situaciones más sencillas del día a día.
-Estructura: La estructura es importante en cualquier tipo de discurso, y los monólogos no son la excepción. Trata de tener un inicio, desarrollo y cierre, y asegúrate de que el ritmo sea el adecuado. No dejes que tus chistes sean muy largos y aburridos, y no los sueltes muy rápido uno tras otro.
Te recomendamos que empieces con una introducción que capte la atención del público, continúes con los chistes y termines con una conclusión contundente.
-Prueba tu material: Lo que te hace gracia a ti puede que no lo haga con otras personas. Prueba tu material con amigos y familiares, o incluso en micrófonos abiertos en bares o clubs de comedia. Esto te permitirá ver qué funciona y qué no, y también te dará la oportunidad de pulir tu actuación.
-Ten en cuenta a tu público: Es importante conocer a tu público y escribir material que se adapte a ellos. Si vas a actuar en un club de comedia, el público será diferente que si actúas en una boda. Asegúrate de que tu material sea apropiado y se adapte al lugar y las circunstancias.
Con estos consejos, podrás empezar a escribir un monólogo humorístico. Recuerda que lo más importante es disfrutar del proceso y no tomar todo muy en serio. El humor es una herramienta poderosa, y puedes hacer que la gente se ría mientras te diviertes tú mismo.
Por otro lado, no olvides redactar material adicional o dejar un espacio para la improvisación. Una vez que te encuentres sobre el escenario es posible que tengas que cambiar alguna parte de tu monólogo y adaptarte a las circunstancias.
Puedes usar la interacción con el público para mejorar tu monólogo. Esto significa que debes estar preparado para responder a las preguntas y comentarios de tu audiencia. Esto hará que tu monólogo sea más original y entretenido.
Los mejores monólogos cómicos: ¡Inspírate con los grandes del humor!
No hay nada como aprender de los maestros. Estos son algunos de los monólogos cómicos más icónicos que te pueden servir de inspiración:
-Dani Rovira: en este monólogo en particular, «Mi familia y yo», Rovira habla sobre su familia y los momentos más divertidos e incómodos que ha vivido con ellos.
-Luis Piedrahita: en «Los pijamas», Piedrahita hace una divertida reflexión sobre los pijamas y los tipos que hay. En el monólogo, Piedrahita nos habla de su visión de los pijamas y cómo estos pueden ser un reflejo de la personalidad de cada uno.
-Berto Romero: el actor y cómico catalán sorprendía al público con este monólogo titulado «Yo quería ser médico», El monólogo de Berto Romero es una divertida reflexión sobre su infancia y cómo quería ser médico. En el monólogo, Romero nos habla de su visión de la medicina y cómo esta ha cambiado a lo largo de los años.
https://www.youtube.com/watch?v=geOcN68X9vM
-Goyo Jiménez: en este video puedes disfrutar de los 6 mejores monólogos de Goyo.
-Eva Hache: disfruta de una de las monologuistas más veteranas del panorama español con este emblemático monólogo. En «Mi novio alemán», Hache habla sobre sus aventuras con un antiguo novio.
-Leo Harlem: el conocido cómico y actor leonés nos hacía reír a carcajadas con: «El alcohol», donde nos cuenta que ha decidido no cuidarse y tomar cubatas como un desalmado.
-Joaquín Reyes: es uno de nuestros cómicos favoritos. En «Tipos de niños», Reyes hace una divertida reflexión sobre los diferentes tipos de niños que nos rodean y mucho más.
-Ignatius Farray: es uno de los cómicos más irreverentes. En «Especulo con la felicidad de mi hijo», habla sobre la paternidad y cómo la felicidad de su hijo lo hace sentir a él mismo. Como podrás comprobar Farray comienza improvisando y se encuentra con un público complicado.
https://youtu.be/qfVngp2bm5A
-Agustín Jiménez: es uno de los monologistas más populares. En este monólogo, «Todos nos la medimos», Jiménez habla, bueno… me imagino que ya sabrás de que habla.
-David Guapo: en «Vivir en pareja», Guapo hace una divertida reflexión sobre las relaciones de pareja y los desafíos a los que se enfrentan las parejas en la vida cotidiana.
-Eva Soriano: en el monólogo “Es de risa” trata sobre la vida en el tren y cómo no es tan bonita como la vida en el cine. También habla sobre cómo se esfuerza por mantenerse en forma y cómo a veces se siente como si estuviera en una película de terror cuando va al gimnasio.
Estudiar y analizar los monólogos de estos grandes comediantes te puede ayudar a entender cómo estructuran sus historias, cómo manejan el ritmo y cómo conectan con el público. Pero recuerda, lo más importante es encontrar tu propia voz y estilo.
¡Ahora ya tienes algunas ideas para empezar a crear tus monólogos cómicos! No tengas miedo de ser creativo y de probar cosas nuevas. La práctica hace al maestro, y nunca se sabe, quizás algún día veamos tu nombre entre los grandes del humor. ¡Buena suerte!
Llegamos la final de nuestro artículo dedicado a los monólogos cómicos. Esperamos que nuestros consejos te sirvan para redactar el texto que haga reír a tu audiencia.
Si necesitas profundizar más en este tema, te recomendamos la lectura de nuestro artículo: Temas para monólogos: ¡consigue la inspiración que necesitas!
Antes de despedirnos, solo nos queda recomendarte que comiences tu aventura en el mundo de los monólogos y la escritura de guiones con una buena formación.