Un estudio de grabación y sentirse libre mientras la música suena y las ondas del sonido lo invaden todo es lo único que necesita Sharika Gutiérrez, una alumna que llegó a Treintaycinco mm sin una base y que ahora detecta una mayor ventaja a la hora de interiorizar conceptos profesionales. Además, asegura que tiene más claro cuál es su camino.
“Cuando me enteré de que existía este curso, lo aproveché”.
“No tenía ningún tipo de relación con la profesión de Técnico de Sonido pero siempre me interesó estar en un estudio, la creación musical y todo el proceso de producción de un tema”, comenta Sharika Gutiérrez. La entrega con la que habla hace que no sea difícil imaginársela en los créditos de un gran éxito.
Aprovechar las oportunidades
Un hit que suene en radiofórmulas o en festivales, que asuma el rol de jingle en publicidad… Pero que sea música. “Cuando me enteré de que existía este curso, lo aproveché”, se limita a decir, tras confesar que ya había jugado con las bases y los tempos con anterioridad.
De cara al futuro, a esta Máquina de Talento le gustaría estar en ese estudio que se repite en su discurso, si bien dice que no se cierra opciones. De hecho, en sus prácticas aprendió más sobre el trabajo de un técnico de sonido y el sonido en directo. “Disfruté la experiencia”, admite, al tiempo que afirma que le dio una visión más clara de lo que desea a nivel profesional. Si tú también lo tienes claro… ¡Sigue su ritmo!