Cualquier estudio fotográfico que se precie tiene que tener en cuenta un detalle por encima de todo: la luz. Para controlarla, deberás hacerte con un buen kit de iluminación fotográfica, que te permita decidir aspectos como la dureza de las ondas, su color o el modo en el que inciden en el sujeto que vas a inmortalizar.
En el Curso de Fotografía Digital de Treintaycinco mm descubrirás las características de los equipos profesionales básicos, así como la manera en la que se utilizan para lograr un efecto concreto en las imágenes. El temario de nuestro programa le dedica todo un módulo al ajuste de la luminosidad, que puede adaptarse mediante la combinación de distintos elementos. ¡Conoce aquí los que marcan la diferencia!
Luces estroboscópicas
Empezamos a armar nuestro kit de iluminación fotográfica con las luces estroboscópicas. Se trata de unos aparatos que emiten ráfagas de luz en varias repeticiones, al contrario de lo que ocurriría con una luz continua, que siempre ilumina al sujeto.
Normalmente, se utilizan para capturar en una misma toma una secuencia completa de movimientos. El procedimiento es el siguiente: en un espacio oscuro —como debería ser tu estudio fotográfico— se activa el dispositivo disparando la cámara cada vez que se emite el flash. Como los elementos solo se registran cuando están iluminados, se consigue una imagen con las distintas posiciones del/la protagonista, sin las distorsiones que obtendríamos con una luz continuada.
Pero este efecto artístico no es el único que se puede conseguir. Los/as especialistas también emplean las luces estroboscópicas para:
- Aportar luz extra a las escenas.
- Suavizar las sombras de la fotografía o corregir tonos.
- Evitar reflejos.
Softboxes
Uno de los elementos del kit de iluminación fotográfico a los que más se recurre es el softbox. Especialmente, cuando se pretende hacer fotografía de retrato.
El motivo es que permite tanto difuminar como dirigir la luz. Puedes verlo en prácticamente cualquier sesión de fotos, y seguro que reconoces su aspecto, incluso aunque nunca hayas tenido uno.
Su forma es la de una especie de pirámide con todas las caras opacas, menos una, que se coloca delante de una fuente luminosa. Cuando las ondas atraviesan la capa traslúcida que tienen enfrente, se suavizan y se expanden.
Paraguas difusores
Si estás empezando a crear tu estudio fotográfico en casa, es posible que no puedas permitirte un softbox. Como alternativa, tienes los paraguas difusores, que contribuyen a dispersar la luz a un menor precio.
Huelga decir que los efectos que se logran con ambos complementos no son los mismos. El paraguas no suaviza tanto las ondas ni determina con la misma exactitud su dirección, aunque tiene ventajas que los softboxes no poseen: es más fácil transportarlo y no reduce tanto la cantidad de luz que llega al sujeto.
Reflectores
Los reflectores no se acoplan a ninguna fuente luminosa, pero sí ayudan a moldearla. Para explicarlo de forma sencilla, podemos decir que son unas pantallas que hacen que la luz rebote en los elementos que se desea capturar, intensificándola o suavizándola en función del color de la tela:
- Plateada: si la escena es algo oscura o quieres que la luz tenga más protagonismo, esta será tu opción ideal. Los reflectores plateados potencian la iluminación sin variar su tono.
- Blanca: es la tradicional. Su función es la de suavizar la luz para crear efectos más naturales.
- Dorada: sin duda, es la que debes plantearte si estás pensando en hacer un retrato. ¿Por qué? Pues porque le aporta un toque cálido al ambiente, lo que genera una sensación más dulce e íntima.
Trípodes para luces
No siempre vas a necesitar que la luz en tu fotografía se proyecte desde el suelo o desde el flash de tu cámara. En ocasiones, precisarás que tu kit de iluminación fotográfica incluya soportes para la iluminación, de manera que puedas disponerla en los puntos que más se requiera.
Hay apoyos de muchos tipos y tamaños. Algunos tienen las patas plegables para que puedas desplazarte con ellos fácilmente, mientras que otros son más robustos. A la hora de escogerlos, te aconsejamos revisar estas características:
- Estabilidad: asegúrate de elegir un soporte estable, que sujete bien las luces de tu kit de iluminación fotográfica.
- Adaptación al terreno: ¿dónde vas a colocarlo?, ¿en un terreno regular o irregular? Tu respuesta determinará el tipo de patas que necesitará tu dispositivo.
- Compatibilidad con el resto del equipo: comprueba que tus aparatos pueden fijarse sin problemas para evitarte disgustos.
- Manejo: como hemos visto, algunos soportes son más manejables. Piensa en si vas a moverlos o si vas a situarlos en un punto fijo.
Fondos fotográficos
A veces, la fotografía tiene algo de mentira. Por ejemplo, cuando hablamos del fondo que le ponemos a la escena. Podemos estar en un espacio totalmente aséptico, pero capturar una instantánea con un bonito telón azulado. Son los juegos que podrás hacer si consigues distintos fondos para colocar detrás de tus protagonistas. Hay tres clases:
- De tela: tienen un buen precio y son lavables, aunque tienden a la arruga.
- De vinilo: son resistentes, aunque su coste es elevado.
- De papel: de nuevo, nos encontramos con una opción asequible. Sin embargo, se trata también de la más frágil.
Para armar tu kit básico de iluminación, te recomendamos que empieces con alguna alternativa económica en colores neutros como el blanco, el negro o el gris. También puedes incorporar algún tono más llamativo para aumentar el interés de tus imágenes.
Filtros de color para luces
También llamadas gelatinas, son materiales que se acomodan sobre la luz para cambiar su tonalidad. Con ellos, serás capaz de crear efectos de fantasía —por ejemplo, con un filtro morado— o de corregir defectos como brillos demasiado amarillentos.
Lo mejor de todo es que se trata, probablemente, del elemento más barato de un kit de iluminación fotográfica. Una simple lámina de celofán puede servirte como filtro. ¡Más fácil imposible!
Cajas de luz (o light cubes)
En la fotografía publicitaria, las cajas luminosas se usan mucho para inmortalizar los productos que se pondrán a la venta. Consiste en un contenedor cuadrado con las paredes semitransparentes y un fondo mate en blanco, en cuyo interior se coloca el elemento a fotografiar.
De este modo, se consigue una iluminación precisa que capta a fondo los detalles. De nuevo, puedes hacerlo tú mismo/a con cartones, cartulina blanca y papel seda.
Medidores de luz
Para dar el salto a la fotografía profesional, tienes que saber cómo medir la luz en fotografía. Por eso, tu kit de iluminación fotográfica debe contemplar sí o sí un medidor de ondas. La mayoría de las cámaras réflex tienen incorporados modos de medición. No obstante, si buscas un dispositivo independiente, debes hacerte con un fotómetro: te dirá cuál es la exposición adecuada para tu imagen.
Disparadores inalámbricos
Los disparadores inalámbricos te resultarán muy útiles para desplazarte libremente y no tener que estar cerca de las fuentes de luz para activarlas. Podrás hacerlo en remoto y, además, manejar distintos focos de iluminación de manera simultánea.
¡Logra iluminaciones espectaculares para tus fotografías!
¿Estás listo/a para armar tu kit de iluminación fotográfica? Si aún no estás seguro/a de cómo utilizarlo o de las características que debe reunir para el proyecto que tienes en mente, en Treintaycinco mm tenemos la solución: ¡un plan de estudios con los fundamentos imprescindibles de la fotografía!
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