Cuando pensamos en la fotografía son muchos los aspectos que se nos pueden venir a la cabeza sobre ella: desde el encuadre o la distancia focal hasta la profundidad de campo o la apertura del objetivo. Pero existe un aspecto que es absolutamente fundamental (incluso más que todos los aspectos anteriores), que es del que hablaremos hoy: la luz en la fotografía.
Para dar un ejemplo sencillo pero claro acerca de la importancia de la iluminación en fotografía podemos hablar sobre el origen etimológico de la palabra fotografía, que procede del griego φως (phōs, que significa “luz”) y γραφή (grafḗ, que significa “escritura” o “conjunto de líneas”). Así, vemos que ya desde el origen de la propia palabra la fotografía significa escribir con luz.
La importancia de la luz en la fotografía
Ahora bien, la importancia que tiene la iluminación para la fotografía va mucho más allá que simplemente describir la actividad que realiza. La luz es fundamental como elemento compositivo de la imagen, y como pieza primigenia del lenguaje fotográfico.
Es la luz la herramienta que utilizamos tanto para iluminar a un objeto o personaje como para transmitir las emociones de una imagen. En este sentido, es necesario conocer y comprender las características que tiene la luz a fin de aprovecharlas y sacarle el máximo potencial al momento de desarrollar el lenguaje fotográfico de una película.
Propiedades de la luz
La luz cuenta con varias propiedades físicas en las que no entraremos en detalle, ya que no tienen una aplicación práctica demasiado directa en la dirección de fotografía, por lo que nos centraremos en las propiedades de la luz aplicada a la fotografía.
Intensidad
Cuando hablamos de intensidad de la luz (o iluminancia) nos referimos a la cantidad de luz que hay en una escena. La importancia de la intensidad en la iluminación de fotografía está dada por el valor emocional que puede ofrecer a una imagen: una intensidad muy baja, por ejemplo, puede ofrecernos la penumbra ideal para una película de terror, mientras que una intensidad muy alta puede ser perfecta para una imagen más alegre, como la de una comedia.
Existen diversas formas de modificar la intensidad de la luz en una escena, como alejar la fuente de luz, utilizar una fuente menos potente o jugar con la apertura del diafragma de la cámara.
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Calidad
La calidad de la luz en la fotografía es un concepto fotográfico que describe la relación que existe entre el tamaño de la fuente de luz y el del objeto iluminado. Esta relación nos puede ofrecer una luz dura o una luz suave
Luz dura
Esta luz ofrece sombras muy marcadas y profundas, generando contrastes muy altos entre las partes más y menos iluminadas. De esta forma, la transición que se observa desde una parte iluminada a una parte en sombras es instantánea y repentina.
Luz suave
Contraria a la luz dura, la luz suave ofrece una iluminación pareja en la que no abundan las sombras, o en la que las sombras están muy poco contrastadas en comparación con las zonas más iluminadas. Así, la transición que podemos ver de un punto muy iluminado a uno muy poco iluminado es mucho más progresiva.
Temperatura de color
Esta propiedad es la encargada de definir el color de la fuente de luz que predomina por sobre los otros. Para entender esto lo primero que debemos saber es que la temperatura de color se mide en grados Kelvin (K), y que cada fuente de luz tendrá un valor en grados Kelvin que la posicionará en un punto determinado de la escala de color.
Este dato es importante para saber cuál será el color que prime en una escena y para hacer las correcciones necesarias, si hiciera falta.
Dirección
La dirección de la luz está dada por la posición de la fuente de luz en relación con el objeto o personaje iluminado. Así, existen diversos tipos de direcciones, que ofrecen distintos resultados en lo que refiere a la luz en la fotografía.
Luz frontal
En este caso la fuente de luz se encuentra detrás de la cámara apuntando de frente al personaje u objeto. El resultado es una imagen plana, prácticamente sin sombras ni texturas, aunque con una gran cantidad de detalles.
Luz lateral
En este caso la fuente de iluminación de la fotografía se encuentra a la derecha o a la izquierda del objeto. Esta luz ofrece, a diferencia de la luz frontal, una imagen con mucho volumen y textura, aunque con menos detalles.
Luz cenital
La fuente de luz se encuentra arriba del personaje. El resultado de este tipo de iluminación son sombras muy marcadas y profundas, con un alto nivel de contraste. Es el tipo de iluminación que se utiliza cuando se quiere representar la luz del sol con una fuente de luz artificial.
Contraluz
La fuente de luz se encuentra detrás del sujeto. El resultado es un claro oscuro (en el que lo oscuro es el sujeto en sí), con el que se convierte al personaje prácticamente en una silueta. Esto ofrece una imagen en la que el contraste es altísimo y las texturas y colores se pierden casi por completo.
Tipos de luz según su fuente
Otro aspecto que debemos tener en cuenta sobre la luz en la fotografía es el tipo de fuente de la que provenga, pudiendo ser natural o artificial.
Luz natural
Cuando hablamos de luz natural hablamos de aquellas fuentes de luz sobre las que no tenemos control alguno. El caso más claro es la luz solar, sobre la que no podemos modificar nada, aunque existen otros ejemplos de luz natural como la luz de un rayo o incluso la bioluminiscencia de algunos animales. Lógicamente no vamos a poder iluminar una escena con un ejército de luciérnagas, pero no deja de ser importante conocer las distintas fuentes de luz natural que podemos encontrar.
Luz artificial
La luz artificial es, ahora sí, aquella sobre la que tenemos control. Desde una lámpara o una linterna hasta la luz que emite un monitor o un móvil, existen miles de fuentes de luz artificiales con las que podremos crear diversos ambientes en nuestra composición fotográfica.
Por último existe un tipo de luz cuyo tipo de fuente todavía no tiene un consenso general: el fuego. Su condición de no haber sido fabricado por el hombre coloca a esta luz dentro de las naturales, aunque existen quienes sostienen que, como tenemos la capacidad de manipular el fuego (para obtener más o menos potencia de luz, por ejemplo) lo colocaría en la categoría de luz artificial.
La realidad es que no importa cómo categoricemos a cada luz, siempre y cuando sepamos la forma en que interactuará con los objetos que componen nuestra imagen y podamos aprovecharla para conseguir los resultados esperados.
Como puedes ver, la luz en la fotografía y en la fotografía cinematográfica no solo es fundamental, sino que presenta una amplia variedad de aspectos que debemos analizar para conseguir que nuestra obra final sea exactamente como la hayamos planeado.
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