Comenzamos un nuevo repaso por la vida y obra de algunos de los mejores Directores de Fotografía de la historia, y hoy vamos a viajar varias décadas hacia el pasado para conocer a Gregg Toland, uno de los primeros grandes directores de fotografía del cine mundial.
¿Quién fue Gregg Toland?
Nacido en 1904, Gregg Toland fue uno de los cineastas estadounidenses más aclamados de la historia. Se destacó por su uso innovador de la iluminación y su enfoque profundo, algo que puso en práctica en películas tan revolucionarias y aclamadas como Ciudadano Kane, de Orson Welles, en 1941.
Ingresó a la industria del cine a los 15 años como empleado de oficina, y más tarde se convirtió en asistente de camarógrafo. Ya para 1929 se destacaba como uno de los artistas más creativos e ingeniosos. Mientras trabajaba para varios estudios, la mayor parte de su trabajo se realizó para la compañía Samuel Goldwyn, que le otorgó una gran libertad creativa.
Toland fue en esa época, uno de los cineastas más buscados de Hollywood. Entre 1936 y 1942, fue nominado cinco veces al Óscar a la mejor Dirección de Fotografía, ganándola solo una vez, en 1939 por «Cumbres borrascosas”, dirigida por William Wyler.
Toland en Ciudadano Kane
No son pocos los que piensan que no haber premiado a Toland con un Óscar por su participación en Ciudadano Kane -que recibió un total de nueve nominaciones de las que solo ganó una- es una de las grandes y escandalosas injusticias en la historia de los premios, sobre todo si consideramos su contribución al estilo visual de la película, el efecto artístico y el impacto general.
Muchos críticos e historiadores creen que la distinción visual de Ciudadano Kane se debió principalmente a Toland, y no tanto al director Orson Welles. Sin embargo, muchos otros estudiosos de Welles sostienen que el estilo de Ciudadano Kane se parece al de muchas de sus otras películas. Las malas lenguas llegan a decir incluso que Toland asesoraba sobre la colocación de la cámara y los efectos de iluminación en secreto a Welles para que el joven director no se avergonzara frente a un equipo altamente experimentado.
Lógicamente esto no son más que habladurías que de ninguna forma logran menoscabar el profesionalismo, la categoría ni la creatividad de Welles, aunque sí sirven para intentar demostrar el fervor y la pasión que supo levantar Toland en vida con cada una de sus obras.
La técnica de Gregg Toland
El arte y la técnica de Toland fueron inventivos e incluso revolucionarios. Antes de él, se usaba poca profundidad de campo para separar los distintos planos en la pantalla, enfatizando lo que importaba con un foco muy marcado y dejando el resto desenfocado.
Toland cambio las reglas del juego, primero utilizando una iluminación que generaba sombras visual y dramáticamente tan atractivas como las zonas iluminadas, y luego con la separación del primer plano del fondo. A través de esta separación creaba un espacio muy profundo dentro de un marco bidimensional en el que mantenía todo enfocado, alcanzando resultados notables y sorprendentes.
Con la bendición de Welles, Toland experimentó libremente en «Ciudadano Kane», creando un enfoque profundo que, trabajando en estrecha colaboración con el diseñador Perry Ferguson, permitió un mayor rango de movimiento de la cámara.
El estilo de Toland
El estilo de Ciudadano Kane se parece al de Hombres Intrépidos, de John Ford, que Toland filmó en 1940, un año antes que la película de Welles Kane. Ambas películas desarrollan una iluminación artificial; los personajes se iluminan en el fondo y caminan por las áreas oscuras hasta el primer plano. El uso de la sombra sobre la luz, conocida como iluminación discreta, influyó en lo que luego se conocería como el género del cine negro.
A tal punto llegó el aporte de Toland en estos dos proyectos que tanto Welles como Ford colocaron el crédito del Director de Fotografía a la misma altura que los suyos como Directores, un tributo inusual y notablemente generoso que pone de manifiesto la importancia que tenía este notable artista en cada una de sus obras.
Aunque «Ciudadano Kane» es su logro más conocido, su estilo fue mucho más variado de lo que se reconoce, tal y como podemos ver en películas como «Las uvas de la ira» de John Ford, cuyo estilo se inspiró en las fotografías de Dorothea Lange, logrando un aspecto arenoso bastante peculiar.
Hasta aquí llega nuestro repaso por la vida y la carrera de Gregg Toland, uno de los grandes exponentes de la dirección de fotografía cinematográfica.
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