Las películas no son retransmisiones en directo, sino que conllevan un importante trabajo de edición para unir las diferentes escenas que se graban. En esta ocasión vamos a profundizar en qué es el montaje interno y cuáles son sus características principales.
Si estás interesado en dominar el montaje audiovisual, con el curso de edición de vídeo de la Escuela 35mm podrás iniciarte en esta apasionante profesión.
El montaje cinematográfico
Si hablamos de montaje cinematográfico tenemos que necesariamente referirnos a la narración de una película. El propósito de todo filme es contar una historia, tarea propia del guionista, y con el montaje audiovisual se da forma a través de planos. El rodaje de una película debe de ir en estrecha consonancia con la dirección audiovisual, ya que del montaje y rodaje de escenas depende el resultado final de la obra.
Lenguaje cinematográfico para el montaje audiovisual
Si bien el montaje final es lo que da sentido narrativo a una película, el proceso de montaje tiene su propio lenguaje. Si quieres dedicarte profesionalmente a esta parte de la producción audiovisual, en nuestro curso de montaje podrás profundizar en los términos propios del lenguaje audiovisual. Aquí te hacemos un pequeño adelanto: hablaremos de planos, enfoques, transiciones y cortes.
Se trata de elementos que permitirán conformar un producto final cuyo objetivo será conseguir captar la atención de los espectadores, con pleno entendimiento del sentido de las imágenes que verán en pantalla.
El montaje interno: el sentido narrativo
El montaje de una película consta de dos partes: el montaje interno y el externo. En esta primera entrega sobre montaje audiovisual nos centraremos en las peculiaridades del interno.
Curso de Edición y Postproducción de Vídeo
Definición de montaje interno
También conocido como sintético, el montaje interno se refiere al sentido de una grabación sin cortes y con equivalencias en el tiempo de los espectadores. En palabras más sencillas, es la edición de vídeo que no requiere ser manipulada por el montador.
Es prácticamente imposible, aunque se ha hecho, montar una película sin cortes de ningún tipo. Por eso, al hablar de montaje interno nos referimos a una unidad concreta del montaje final: el sentido y narración de lo que ocurre en cada escena.
Formas de montaje interno
Aunque parezca increíble, existen diferentes fórmulas capaces de dar sentido a una acción sin necesidad de hacer cortes de plano y saltos de eje, claro que son válidas para pequeños fragmentos audiovisuales.
Correspondencia tiempo real y tiempo espectador
En una película podemos ver la vida entera de una persona en apenas hora y media. De ninguna manera se corresponde el tiempo ficcionado con el tiempo real. No obstante, si en determinados fragmentos de un proyecto audiovisual equiparamos estas dos dimensiones, crearemos un efecto que conseguirá atrapar al espectador. Pongamos un ejemplo:
La reciente biopic de El Héroe de Berlín nos presenta a Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín. Allí ha de ser el más rápido en recorrer pruebas como los 100 metros lisos. La duración de la carrera en la película es la misma que en el tiempo real, lo que nos hace conectar con la narración ficcionada.
El desarrollo completo de una acción
Si nos atenemos al significado estricto de “escena”, que sería el nivel audiovisual donde, como decíamos, tiene lugar el montaje interno, estaríamos hablando de unidades mínimas de narración y significado. Dicho en otras palabras, en cada escena tiene que ocurrir algo con sentido narrativo, que puede ser completado o no en una única escena o en varias, pasando a hablar de secuencia.
Una forma de montaje interno ligada a la escena es el desarrollo completo de una acción. Véase por ejemplo una persona buscando un libro en una estantería. Ese libro, por escenas anteriores sabremos que es crucial para la trama, y en esta escena se dará sentido a su hallazgo.
También podemos entender montaje interno como una acción más compleja completamente desarrollada. Anteriormente se daba importancia a las escenas de acción, como por ejemplo que el protagonista saltase de un coche que al poco se iba a estrellar contra un muro.
Hoy día gracias a la postproducción de efectos especiales, esto ha perdido relevancia porque suele ampliarse al montaje externo.
Diálogos y discusiones en tiempo real
Cuando se adapta una obra de teatro al cine se suele intentar ser lo más fiel posible a la hoja de ruta original. Por ello que se suela utilizar una única localización donde transcurre la acción completa. Si bien la práctica habitual es narrar con diferentes planos, la adaptación de este tipo de piezas deja la puerta abierta a hacer uso del montaje interno.
Un buen ejemplo que intenta conseguir ese efecto —aunque termina por decantarse por el montaje externo— es la película francesa Le Prénom, basada en una exitosa obra de teatro.
El montaje interno, las bases del montaje final
Como ves, dar sentido a la escena sin que el espectador se sienta perdido es algo fundamental para conseguir un exitoso montaje final. Podríamos decir, precisamente, que el montaje cinematográfico es una combinación de montajes internos y externos cuyo fin último es abstraer al espectador de la realidad para que se sienta dentro de la película.
Parece magia, ¿verdad? Lo cierto es que conseguir este efecto requiere de un trabajo laborioso por parte del montador, que ha de crear el puzzle en la edición de la cinta. ¿Te gustaría ser tú quién se encargue del montaje de un proyecto audiovisual?
Con el curso de edición y postproducción de vídeo de la Escuela 35mm podrás formarte en todo lo necesario para ser un experto en la materia. Contarás con los mejores profesores para explicarte los contenidos y resolverte todas las dudas. Además, trabajarás con los softwares de edición de vídeo elegidos por los profesionales de esta disciplina.
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