¿Eres un cinéfilo apasionado por las joyas ocultas del séptimo arte? ¿Te fascinan esas películas con estéticas únicas y tramas excéntricas que generan el entusiasmo de comunidades de fans?
Si es así, ¡estás de suerte! En este artículo te revelaremos todos los secretos sobre ese fenómeno conocido como las «películas de culto».
Descubrirás qué las define, sus características, ejemplos famosos, por qué algunas cintas logran status de culto y cómo reconocer las futuras películas que se ganarán una legión de seguidores.
¿Qué es una película de culto? Continúa leyendo y comprende a fondo este fenómeno que todo cinéfilo debe conocer.
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¡Comenzamos!
¿Qué define realmente a una película de culto?
¿Alguna vez has escuchado el término «película de culto» y te has preguntado qué significa exactamente?
Si eres un verdadero amante del cine, seguramente habrás oído hablar de las «películas de culto», esas cintas que generan una fanática legión de fans y que son reverenciadas como obras maestras, a pesar de que en su momento fueron fracasos comerciales o pasaron desapercibidas.
Pero, ¿qué define realmente a una película de culto? En esencia, una cinta de culto es aquella que, aunque no tuvo éxito en taquilla o con la crítica cuando se estrenó, con los años desarrolla un ferviente seguimiento entre un grupo específico de admiradores. Son películas que fracasaron en su momento, pero luego encontraron popularidad y reconocimiento.
Los fans de las películas de culto sienten una fuerte devoción y apego por estas cintas. Las proyectan repetidamente, se saben todos los diálogos, celebran eventos en torno a ellas, entre otras manifestaciones de adoración. Se podría decir que prácticamente conforman subculturas o incluso una forma vida alrededor de estas películas.
Las películas de culto generan un gran fanatismo y seguimiento, a pesar de no haber triunfado comercialmente en un inicio
Pero ¿cómo nace ese fervoroso seguimiento? Hay varios factores que influyen. En primer lugar, suele haber un «efecto descubrimiento» cuando alguien da con una película fracasada años después y reconoce en ella elementos innovadores o un valor que pasó inadvertido. Esa persona comienza a recomendarla a otros grupos o comunidades específicos que también pueden apreciarla.
Luego, el boca a boca y ciertos eventos de proyección especiales expanden la fama de la cinta entre ese grupo. Se genera un sentido de identificación y pertenencia, un «nosotros» versus «los demás» que no comprenden la genialidad de la película.
Las proyecciones se vuelven eventos sociales donde los fans pueden expresar su pasión compartida. Frases y elementos de la película empiezan a formar parte de la jerga del grupo, sus referencias culturales.
Con el tiempo, la película se vuelve un emblema de esa subcultura o tribu urbana, un código para reconocer a otros de la misma. Los fans expresan su pertenencia a través camisetas, posters, disfraces y otras manifestaciones.
Así, una película inicialmente obscurecida se transforma en un tesoro oculto y luego en obra de culto. Pero no cualquiera logra ese estatus. Se necesita ese misterioso «factor de culto» que conecta profundamente con un grupo específico. ¿Pero qué películas son las que alcanzan ese codiciado status? Eso lo veremos en el siguiente apartado.
Características de las películas de culto
Tienen un estilo visual o narrativo único
Las películas de culto se distinguen por tener un estilo visual o una narrativa muy distintiva que las diferencia del cine mainstream. Suelen ser muy innovadoras, arriesgadas, transgresoras o experimentales para su época.
Por ejemplo, El Gran Lebowski de los hermanos Coen tiene un estilo narrativo muy peculiar, con personajes extravagantes, situaciones absurdas y un humor muy singular. Blade Runner de Ridley Scott, con su estética cyberpunk oscura y futurista, que marcó un antes y un después en la ciencia ficción. O La cosa de John Carpenter una obra terrorífica con sorprendentes efectos especiales.
La fotografía, la paleta de colores, la dirección de arte, la puesta en escena o la narrativa de las películas de culto rompen moldes establecidos. Tienen un sello autoral que las hace tremendamente originales.
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Abordan temas controvertidos o alternativos
Otra característica es que suelen abordar temáticas menos comunes, controvertidas o alternativas, que conectan fuertemente con ciertos grupos de personas, pero no con el gran público.
Por ejemplo, La naranja mecánica de Kubrick explora la ultra violencia y el libre albedrío. The Rocky Horror Picture Show trata la sexualidad y la libertad de género. Trainspotting retrata el lado oscuro de la juventud y las drogas.
Al poner sobre la mesa estas temáticas «tabú», generan una fuerte conexión con los sectores que se identifican con esas problemáticas.
Desarrollan devoción entre un grupo específico de fans
Las películas de culto crean una especie de sensación de pertenencia y validación en ciertos grupos que se ven reflejados en ellas. Por ejemplo, El club de los cinco conectó fuertemente con los jóvenes marginados de los 80.
Los fans del cine de culto no son espectadores pasajeros, sino que desarrollan un fuerte apego y devoción, hasta el punto de memorizarse diálogos, coleccionar objetos relacionados y tatuarse elementos icónicos de la película. ¡Ese es el nivel de veneración que alcanzan!
Géneros minoritarios: un nicho del cine de culto
Las películas que suelen ser objeto de culto pertenecen a todo tipo de estilos, épocas y géneros: el género de terror, sci-fi, serie B, erótico o incluso X, ocupan el puesto de las películas de culto más valoradas.
El cine negro, el cine surrealista, el cine clásico, el camp o de estética Kitsch, el cine de explotación o el cine blockbuster de los años 70 y 80 son los géneros a los que suelen pertenecer los títulos que atraen a los fanáticos del cine de culto.
Pero dentro de la amplia diversidad de géneros, hay algunos especialmente propicios para alcanzar el estatus de culto, por tratarse de nichos muy específicos que atraen a audiencias determinadas.
Uno de los géneros predilectos es el cine trash, protagonizado por las conocidas Scream Queens o estrellas del terror y la serie Z, encabezado por la legendaria productora TROMA. Películas de bajo presupuesto, efectos cutres y tramas disparatadas que los fans adoran. Aquí encontramos títulos como The Toxic Avenger, Terror Firmer o Redneck Zombies.
Otro nicho de culto es el del horror-gore, con abundancia de sangre, tripas y desmembramientos. Películas como La matanza de Texas, Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street han generado gran devoción con sus psicópatas enmascarados y adolescentes descuartizados.
Los amantes del gore buscan esos momentos impactantes que solo el cine puede llevar al extremo. Y si se combina con zombis, como en el clásico La noche de los muertos vivientes, mejor que mejor.
El subgénero del «cine de catástrofes» también tiene sus propios fanáticos, que disfrutan con destrucción masiva, explosiones y efectos especiales al más puro estilo Hollywood. Películas como Terremoto, Titanic, El coloso en llamas o Deep Impact entran en esta categoría.
Si nos vamos al terreno de la ciencia ficción, las películas de serie B de aliens, monstruos y mutaciones tienen su lugar especial entre los fans, con perlas como La mosca o clásicos como; La invasión de los ladrones de cuerpos o La mujer y el monstruo.
Y dentro del terror, las películas sobre animales gigantes y mutantes también conforman un subgénero muy de culto: tiburones asesinos, cocodrilos voraces, arañas o serpientes letales. Títulos obligados como Piraña, Alligator, Aracnofobia o Sharknado.
El cine de culto encuentra su nicho predilecto en esos subgéneros específicos, bizarros y minoritarios, que atraen a los fans más acérrimos del séptimo arte.
Cine Cutre: las películas más aberrantes y catastróficas
Aunque las películas de culto a menudo destacan por su estilo único y temáticas controvertidas, hay un subgénero que merece mención especial: el cine cutre o de bajo presupuesto.
A diferencia de las películas más convencionales, estas “obras cinematográficas” se caracterizan por su escaso presupuesto y, a menudo, una calidad técnica que deja mucho que desear. Sin embargo, lejos de ser un mero defecto, estas limitaciones pueden convertirse en una fuente de encanto y carácter distintivo.
Encanto en la austeridad y los defectos
El cine cutre es una muestra de la creatividad que surge de la necesidad. Directores como Roger Corman o películas como Plan 9 from Outer Space de Ed Wood son claros ejemplos de cómo la falta de recursos económicos puede suplirse con imaginación y pasión.
Estas películas pueden carecer de los efectos especiales de un blockbuster, pero incluyen soluciones ingeniosas y una narrativa que captura la atención a pesar de sus deficiencias técnicas.
Innovación en la limitación
Con frecuencia, estas películas se convierten en laboratorios de experimentación. Los cineastas, forzados por la economía, toman rutas narrativas y visuales inesperadas que pueden resultar en hallazgos artísticos genuinos o en fallidos pero encantadores desastres. Esto puede incluir desde plagios descarados, efectos prácticos hechos en casa hasta la reutilización de escenarios y disfraces.
Una comunidad de aficionados
Así como las películas de culto, el cine cutre también tiene su legión de seguidores. Estos fans celebran la audacia de producir arte sin garantías de éxito comercial, y a menudo se reúnen para proyecciones de medianoche, donde la diversión se encuentra tanto en la pantalla como en la comunidad que se reúne para disfrutar de estas peculiares y dudosas obras de arte.
Un ejemplo es el Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid (Cutrecon), que pronto celebrará su decimotercera edición.
Ejemplos emblemáticos
Películas como The Room de Tommy Wiseau han ganado estatus de culto precisamente por sus defectos y el más que evidente desconocimiento de sus creadores de las normas cinematográficas. Estas películas se convierten en temas de estudio, discusión y, a veces, incluso de cariñosas parodias, celebrando su existencia única en la historia del cine.
Las películas cutres o de poco presupuesto merecen, sin duda, un lugar privilegiado en el cine de culto. Aportan una perspectiva fresca y divertida, y nos recuerda que la pasión y la creatividad en el séptimo arte son tan valiosas o más que un gran presupuesto.
Cómo reconocer una futura película de culto
Aunque no hay una fórmula exacta, existen ciertos elementos que pueden indicarnos que una película tiene potencial para volverse de culto.
- Estilo visual distintivo:
Uno de los principales es que tenga un estilo visual muy marcado y distintivo. Una fotografía o paleta de colores llamativa y original, como la estética cyberpunk de Blade Runner o los vibrantes neones de Drive.
- Narrativa no lineal:
También narrativas no lineales, tramas complicadas o finales muy abiertos suelen ser características de culto, como en Pulp Fiction o Donnie Darko. Películas que te hacen preguntarte «pero qué acabo de ver».
- Temas transgresores y controvertidos:
Otro indicador es que la película aborde temas transgresores y controvertidos que conecten con ciertas audiencias, pero no con el gran público. Sexualidades alternativas, realidades distópicas, críticas sociales mordaces. Un ejemplo es La naranja mecánica.
- Director con estilo muy personal:
Tener un director con un estilo muy personal y característico también aumenta las probabilidades de obra de culto. Cineastas como John Waters, Roger Corman, Russ Meyer, Ed Wood Jr., George A. Romero, John Carpenter, David Cronenberg o David Lynch tienen legiones de fans acérrimos.
- Reparto de actores extravagantes y carismáticos:
Un reparto de actores extravagantes y carismáticos, que interpreten personajes excéntricos es otro posible indicio, como Tim Curry en The Rocky Horror Picture Show o Divine en las películas de John Waters.
- Personajes que se vuelven iconos:
Personajes que se vuelven iconos de ciertas subculturas o movimientos también pueden catapultar una película al estatus de culto, como Flash Gordon, Freddy Krueger o Eduardo Manostijeras.
- Banda sonora:
Películas con una banda sonora llena de clásicos del rock, pop o punk suelen conectar rápidamente con el público joven. Ejemplos son Trainspotting, Reservoir Dogs o Casi Famosos.
- Referencias a la contracultura:
Referencias a la contracultura y la rebeldía juvenil, el inconformismo, o nostalgia por ciertas épocas también atraen a audiencias específicas, como en El graduado o Viernes 13.
- Fracaso inicial en taquilla o con la crítica:
Incluso fracasar estrepitosamente en taquilla o ser destrozada por la crítica puede paradójicamente catapultar una película a obra de culto. Lo que al principio fue odiado luego se vuelve objeto de adoración irónica, como Showgirls o Queridísima mamá.
En definitiva, directores con un estilo singular, tramas difíciles, reparto carismático y temas polémicos suelen ser recetas infalibles para el éxito de culto
Conclusión y consejos formativos
Como has podido comprobar, las películas de culto ocupan un lugar único y especial en la cultura cinematográfica. Más allá de su fracaso comercial inicial, estas joyas ocultas logran conectar intensamente con legiones de fans que las adoptan con devoción.
Ya sea por su narrativa arriesgada, su controvertida temática, su particular estética o su desastrosa producción, las cintas de culto se ganan un lugar en el corazón de generaciones de cinéfilos.
Aunque no llenen las salas de cine, su influencia e impacto cultural está fuera de duda. Las películas de culto son esas rarezas que, en su extravagancia e irreverencia, enriquecen enormemente el séptimo arte.
Llegamos al final de nuestro artículo dedicado al cine de culto. Si has disfrutado, es posible que también te interese la lectura de nuestro artículo; Exploitation: descubre este género cinematográfico
Ahora ya sabes qué es una película de culto, ¿qué te ha parecido?