Si te ronda por la cabeza escribir una novela o el guion de una película, has llegado al lugar adecuado. Te damos todas las claves para sortear los principales obstáculos a la hora de comenzar a escribir. Además, te hablamos de los recursos narrativos, una herramienta crucial para dominar el arte de contar historias.
Descubre con nosotros los mejores recursos narrativos y construye una historia profunda, apasionante y llena de matices.
¿Qué son los recursos narrativos?
Antes de mostrarte algunos de los mejores recursos narrativos debes saber que son y por qué son tan útiles.
Un recurso narrativo es una herramienta literaria que se utiliza para aportar profundidad, matices o enfoques específicos a la historia que estamos contando. Su uso aporta calidad a la obra y es muy efectivo para captar la atención del lector y conseguir que este se enganche a nuestro relato.
Un recurso narrativo puede ser el suspense, el misterio, un flashback, la elipsis, tramas paralelas, o cualquier otro elemento que enriquezca el relato de forma coherente y sea de utilidad en la trama.
Pero ojo, hay que tener mucho cuidado a la hora de utilizar estos recursos. Como dice un antiguo adagio; un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Además, no es lo mismo escribir una novela romántica que el guion de una película de ciencia ficción, cada historia puede requerir recursos diferentes.
De todas formas, lo más importante es que los recursos narrativos que utilices enriquezcan el relato, sean coherentes con la historia que estas contando, pasen desapercibidos y que no interfieran en el ritmo de la trama.
12 recursos narrativos que debes conocer
A continuación, te mostramos algunos de los recursos narrativos más utilizados a la hora de escribir una historia. ¡Toma nota!
1. El dato oculto
Uno de los recursos más interesantes a la hora de crear interés y misterio es el dato culto. Consiste en construir el relato alrededor de un dato que no será revelado hasta el final del mismo. Puede ser el origen de una maldición, los motivos por los que un asesino psicópata mata a sus víctimas o la identidad de un personaje importante en la trama.
El dato oculto te ayudará a crear expectación e interés en el lector. Suele funcionar muy bien en novelas de terror o misterio, ya que permite estructurar la historia y construir los personajes alrededor de ese dato.
Obviamente, el dato oculto debe tener el suficiente peso en la trama para que, una vez revelado, la historia adquiera una dirección diferente o nos ayude a resolver los conflictos de los personajes. Lo más importante es que el dato escondido no parezca improvisado o resulte intrascendente o inverosímil.
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2. La elipsis
Otro de los recursos narrativos más utilizados es la elipsis, un elemento que afecta directamente al ritmo narrativo y nos permite algo realmente poderoso, manipular el tiempo.
Para que lo entiendas bien; en una historia no puede contarse todo lo que sucede, a veces hay que omitir información para que el lector no se aburra con datos triviales. Por ejemplo; como se viste un personaje o el trayecto que hace hasta su lugar de trabajo. Pues bien, la elipsis nos permite jugar con el tiempo, el espacio y la información y, por lo tanto, omitir esos momentos que se sobreentienden o que no aportan nada a la trama.
Imagina que vas a escribir una escena en la que una pareja ha quedado para ir a cenar en un restaurante. Antes de escribir, deberás decidir qué es lo más relevante o que aspectos quieres destacar de su cita. Quizás te interese relatar cómo se encuentran frente al restaurante, obviar que sucede durante la cena y contar directamente como salen y son atropellados por un coche. En este caso, la elipsis te permite omitir lo que sucede en el interior del restaurante y centrar la atención en una circunstancia importante, el atropello.
Otra forma de utilizar la elipsis es incluir menciones temporales; más tarde, al día siguiente, un año después…
En definitiva, la elipsis nos permite centrar la atención en los aspectos más importantes de la trama y obviar los superfluos.
3. Subversión de expectativas
Continuamos nuestra lista de los mejores recursos narrativos con la subversión de expectativas, uno de nuestros favoritos.
Como ya te hemos contado, la fluidez es fundamental para contar una historia. Sin embargo, el hecho de empeñarnos en que nuestra historia siga un ritmo y sea coherente puede llevarnos a escribir un relato anodino y carente de sorpresas y emociones. Para evitar esta circunstancia tan indeseable, puedes recurrir a la subversión de expectativas, un recurso que consiste en crear un hecho o circunstancia que contradice la progresión natural de los acontecimientos de la historia.
Por ejemplo, puede ser un personaje que supuestamente estaba muerto y que regresa a la vida o un héroe que de repente se convierte en villano.
Este recurso puede ayudarte a crear un momento sorprendente e impactante. Sin embargo, como cualquier otro recurso, debe aportar matices a tu historia y ser coherente con lo que estás contando.
4. Sistema mágico
El siguiente recurso narrativo es muy útil si estás pensando en escribir una novela o un guion con elementos fantásticos.
El sistema mágico se refiere a los datos o reglas que permiten conocer el funcionamiento de elementos fantásticos o mágicos en una historia. Es decir, pueden ser las reglas de un juego, las fases de transformación de un hombre lobo o la explicación científica de una máquina de tele transportación.
La utilización de este recurso aporta matices a la historia y es muy útil para dar credibilidad a cualquier elemento que no existe en la vida real. Obviamente, no debes caer en el error de ofrecer información demasiado compleja o aportar datos extensos o sin interés.
5. Subtrama
Otro de los recursos narrativos más utilizados es la Subtrama. No hay nada mejor para enriquecer una historia que crear tramas paralelas que permitan ver el conflicto principal desde diferentes puntos de vista.
Un claro ejemplo lo podemos ver en la serie Strangers Things, donde los personajes se dividen en grupos para luchar contra la misma amenaza. En este caso, las subtramas o tramas en paralelo nos permiten conocer las acciones y circunstancias de los personajes secundarios. Finalmente, en algún momento de la historia, se unen a la línea argumental central desembocando en la resolución de los conflictos.
6. Planting y pay off
La expresión heredada del inglés planting y pay off viene a significar algo así como sembrar y cosechar. Es un recurso narrativo que consiste en sembrar información a lo largo de nuestro relato para llevar o preparar al lector para la resolución final.
No existe una regla determinada para utilizar este recurso. Simplemente debes decidir qué datos son importantes para la resolución de tu relato y en qué circunstancias o momentos de la trama quieres incluirlos.
Por ejemplo; si estás escribiendo la historia de un detective que investiga una serie de misteriosos asesinatos, utilizarás este recurso para aportar pistas en momentos puntuales. Las pistas ayudarán tanto al personaje protagonista como al espectador a resolver el misterio.
Obviamente, debes distribuir las semillas (planting) de la forma más adecuada. No queremos que el espectador desvele antes de tiempo quien es el asesino o que llegue a una resolución prematura y se quede sin el factor sorpresa del final de la historia (payoff).
7. El descanso
Continuamos con otro recurso perfecto para relajar el ritmo de la narración. Si tu historia contiene una trama vertiginosa llena de acción, aventuras y peligros puedes llegar a saturar al lector y caer en el error de escribir una historia lineal y agobiante.
Para evitarlo, puedes utilizar el descanso, un recurso que consiste en bajar el ritmo de la acción o los conflictos utilizando momentos en los que los personajes charlan de temas banales o descansan antes o después de vivir un momento de tensión. También puedes utilizar personajes secundarios o subtramas.
Un ejemplo de este recurso lo podemos ver en la saga El señor de los anillos, cuando Frodo y su fiel amigo Sam se paran a descansar y charlan sobre lo mucho que echan de menos La comarca mientras se dirigen hacia Mordor.
El descanso, no tiene por qué ser un descanso propiamente dicho, también puede ser una subtrama, como cuando los medianos Merry y Pipin conocen en el bosque de Fangorn a un Ent.
8. Presagio
El presagio o presentimiento es un recurso que se utiliza para dar pistas sobre los acontecimientos que llegarán a pasar más adelante en la historia. Es muy útil para estimular la imaginación de lector y prepararlo mentalmente para lo que va a suceder.
La anticipación de los acontecimientos puede llevarse a cabo utilizando un personaje que avisa a los protagonistas de un peligro inminente o que predice el futuro.
Este recurso aporta a la obra continuidad y verosimilitud. Los acontecimientos no suceden por qué sí. Siempre debe haber un elemento que desencadena los hechos. En este sentido, el presagio nos ayuda a crear tensión y anticipa que algo asombroso está a punto de suceder.
9. La construcción de mundos
Otro recurso narrativo asociado a la escritura fantástica y de ciencia ficción es la construcción de mundos. Si la historia que estás pensando escribir se desarrolla en un mundo imaginario deberás aportar información a tus lectores sobre sus características, historia, geografía, cultura etc.
Este proceso, conocido también como worldbuilding, suele incluir además elementos como mapas, información sobre la fauna y flora, el clima, el nivel de su tecnología, estructura social, gobierno, política o la historia y características de sus habitantes.
Si utilizas correctamente este recurso y aportas datos originales y bien detallados lograrás sumergir al lector en tu universo particular y en la historia que quieres contar.
J.R.R. Tolkien (El señor de los anillos), C. S. Lewis (Las crónicas de Narnia) o Michael Ende (La historia interminable) son algunos ejemplos de autores que lograron un gran éxito gracias a la construcción de mundos imaginarios. Quizás te apetezca seguir sus pasos.
10. Ironía dramática
Este hecho se da cuando el espectador es consciente de algo que el personaje principal desconoce. De esta forma se integra al lector dentro de la obra dándole una sensación de poder. Un ejemplo sencillo de esta técnica se da cuando dos personajes tienen una conversación privada, pero un tercero los escucha escondido. Tu público conoce el dato, pero los protagonistas no.
Este recurso permite crear una atmósfera en la que el lector se siente totalmente integrado.
Este recurso se extiende a otros artes como el teatro o el cine. En el primero de los casos, el dramaturgo inglés William Shakespeare, fue uno de sus grandes exponentes.
11. Iceberg
Si existe un referente al que debamos la popularidad de este recurso narrativo es, sin duda, Ernest Hemingway. Su uso consiste en mostrar solamente un porción pequeña de la historia y dejar que el lector se imagine el resto.
El viejo y el mar es el gran ejemplo que demuestra esta técnica narrativa.
Su uso demuestra la confianza que tienes como escritor en tus lectores. Este trabajo consciente implica saber que la historia que no se cuenta será descubierta tal y como tú la has planteado. Se trata de un recurso muy complejo de utilizar que puede llevarte al éxito o al fracaso.
12. Monólogo interior
Este recurso es imprescindible para conocer al personaje. Gracias a él, conocemos los pensamientos y sentimientos con los que cuenta el protagonista. Su uso es muy importante para expresar los debates morales o éticos a los que se enfrenta a lo largo de la historia sin la necesidad de contar con el narrador.
Suele escribirse en un único párrafo para que parezca que las ideas fluyen como los pensamientos.
Es importante no confundirlo con la corriente de la conciencia, más desordenada y caótica, o el soliloquio, la forma de expresar los pensamientos en el teatro. Un claro ejemplo de monólogo interior se observa en la obra Las olas de Virginia Woolf donde cada personaje cuenta su historia.
12+1. Deus ex machina, el recurso que no debes usar
Para terminar este listado vamos a recurrir a un recurso literario que no debes usar. El concepto deus ex machina debe su nombre a la técnica griega clásica de usar una grúa para que un actor entrase en la escena final y se comportarse como un dios dando un giro imposible a la trama.
En la actualidad, hace referencia a un final ilógico al que el autor recurre para terminar la obra. Suele emplearse cuando un escritor o guionista se da por vencido al no encontrar un final más plausible a su historia.
Ten cuidado y evita el uso de este recurso o que el lector piense que has recurrido a él.
Conclusiones y consejos
Llegamos al final de nuestro post dedicado a los recursos narrativos. Esperamos que te inspiren a la hora de redactar tu historia.
Evidentemente hay muchos más, como sorpresa y suspense, flashback, símbolos narrativos, prolepsis, el énfasis, la trampa, etc.
Por otro lado, si estás pensando en escribir un guion cinematográfico tendrás que tener en cuenta otros elementos, como la descripción de las escenas, las transiciones, la escenografía, los sonidos y la música, los movimientos o posición de las cámaras o los diálogos de los personajes. Además, también te será muy útil conocer y saber implementar el arco narrativo o como crear personajes creíbles.
Si quieres saber más sobre la estructura de un guion cinematográfico te recomendamos la lectura de La estructura de un guion cinematográfico y sus elementos esenciales.
Para finalizar, solo nos queda recomendarte que comiences tu aventura como escritor de guiones con una buena formación. Treintaycinco mm dispone de un completo Curso de Guion Audiovisual que te ayudará a escribir correctamente tus historias y a convertirte en guionista profesional.