La acción de la luz o la exposición correcta es la piedra angular de la técnica fotográfica. Sin duda, a los que nos apasiona este mundo hemos sufrido alguna vez la sobreexposición en fotografía en algunas imágenes. Esas fotografías con demasiada cantidad de luz, o lo que es lo mismo, demasiado claras o quemadas.
¿No te suena? En muchas ocasiones, los automatismos y las programaciones de nuestras cámaras nos llevan a desarrollar una tendencia excesivamente apoyada en sus automatismos. Las habilidades, pericia y por supuesto la formación adecuada del fotógrafo es fundamental para el correcto uso de nuestra cámara.
Pero el manejo adecuado de la técnica es lo que permite entender el verdadero arte fotográfico. ¿Te interesa profundizar? Echa un vistazo al curso de dirección de fotografía, el programa teórico y práctico te dará una formación de auténtico experto. Aprenderás incluso a aprovechar y a utilizar conscientemente la sobrexposición fotográfica como un recurso técnico y creativo para tus obras fotográficas.
La correcta exposición de una fotografía será el primer paso para lograr una buena foto, al margen de una mejor o peor composición y de una mayor o menor belleza de lo retratado.
Pero en el artículo de hoy de 35mm vamos a empezar desde el principio. Repasaremos algunos detalles sobre la sobreexposición en fotografía, el uso adecuado de nuestra cámara y algo tan importante en la imagen como el manejo de la luz. ¿Empezamos?
¿Qué es la sobreexposición?
La adecuada exposición de una fotografía será el primer paso para lograr una buena foto, al margen de una mejor o peor composición, distancia o estética a la hora de tomar la imagen. Si la cantidad de luz no es la suficiente, la imagen estará subexpuesta o, dicho de otro modo, oscura.
Así las cosas, y por pura lógica, en una imagen sobreexpuesta apreciaremos un exceso de luz en la fotografía frente a la escena retratada: la fotografía estará demasiado, clara, quemada o, según el argot, lavada.
¿Cómo manejamos la luz en fotografía? El triángulo de exposición
Por muy compleja que aparente ser nuestra cámara, su funcionamiento esencial en cuanto a la exposición puede explicarse reduciéndola a tres elementos: diafragma, obturador y sensor, que definen el denominado triángulo de exposición. Vamos a verlo con detalle.
Apertura del diafragma
El diafragma es una parte del objetivo que limita el rayo de luz que penetra en la cámara. Funciona como el iris del ojo humano, abriéndose o cerrándose para permitir que entre más o menos luz según sea necesario. Su apertura determinará la cantidad de luz que se deja incidir sobre el sensor de nuestra cámara. Una mayor apertura supondrá una mayor cantidad de luz actuando sobre el sensor. ¿La forma más fácil de recordarlo? Que el menor número f (f 1.4) es la mayor apertura (más luz) y el mayor número f (f 22) es la menor apertura, lo que implica menos luz.
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Velocidad de obturación
El obturador es una pieza del objetivo similar a una persiana formada por una serie de láminas. Puede abrirse y permanecer abierto (durante un tiempo más o menos largo) para volver a cerrarse otra vez. La velocidad de obturación marca el tiempo durante el que la luz incide sobre el sensor. Un mayor tiempo y, por tanto, una menor velocidad dará lugar a que la luz incida durante un periodo más prolongado sobre el sensor.
Sensibilidad ISO
Es un parámetro que actúa sobre la parte electrónica del sensor y que nos permite indicar qué cantidad de luz debe recoger. Una mayor sensibilidad hará que, a igual cantidad de luz y tiempo de incidencia, el sensor se haya excitado más y, por tanto, la fotografía tenga una mayor exposición.
Las cámaras digitales ajustan estos parámetros de forma automática para conseguir ajustes de exposición adecuados. No obstante, tanto los profesionales como los grandes aficionados siempre son partidarios de ajustar manualmente los ajustes automáticos con el fin de obtener ciertos efectos artísticos o mejorar la imagen. La pericia, la formación y, por supuesto, la práctica y creatividad del fotógrafo marcan la diferencia y, naturalmente, los resultados.
Control de la luz y la sobreexposición en fotografía: el histograma
Es un gráfico que indica la presencia de zonas oscuras (negros o sombras) a la izquierda, tonos medios en su parte central, y zonas brillantes (blancos o luces) hacia la derecha. El histograma nos indica si las luces han quedado sobrexpuestas o las sombras demasiado subexpuestas.
¿Cómo evitar la sobreexposición en fotografía? Consejos
Cuando nos disponemos a hacer fotografías exteriores, hay una serie de recomendaciones que pueden serte de utilidad.
- Utiliza la medición puntual. Realiza una medición puntual sobre algún punto donde la tonalidad tenga un valor intermedio.
- Bloquea la exposición para evitar que la cámara reajuste valores en caso de moverte o cambiar el encuadre.
- Evita horas de máxima intensidad solar. Lo ideal son los amaneceres y primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde junto al atardecer.
- Evita la luz directa en los ojos en los retratos. Intenta que la luz no incida directamente en la cara de nuestro sujeto para que no cierre los ojos.
- Utiliza un filtro de densidad neutra. Por ejemplo, uno ND400 te permitirá hacer uso de tiempos de exposición más prolongados. Ideal si quieres obtener un acabado sedoso de las olas del mar.
- Si la luz es demasiado potente utiliza flash. Rellenará las posibles sombras.
- Utiliza un parasol en tu objetivo. Ayudará a que los rayos de luz no incidan de forma directa.
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Con el manejo adecuado de la cámara y de la luz podrás conseguir una exposición adecuada para tus fotografías. Pero si has decidido especializarte en el lenguaje audiovisual tendrás que dar un paso más. A tus habilidades y tu imaginación con la cámara en la lamo tendrás que añadir el conocimiento de la técnica que te permita alcanzar lo que persigues.
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