sonorización teatral

Sonorización teatral: El sonido en teatro

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La sonorización teatral está sufriendo ahora mismo una suerte de renacimiento: el rápido avance y la disminución del precio de la tecnología digital están permitiendo a los diseñadores crear sistemas y experiencias sonoras inimaginables hace algunos años.

Para los técnicos de sonido sin experiencia (o aquellos que solo han tenido la experiencia de trabajar en lugares con sistemas de sonido preexistentes), el proceso de diseño de un sistema de sonido contemporáneo puede parecer difícil de manejar. Hoy vamos a entrar un poco en este tema, abordando un paso a paso que te permitirá comprender cómo es el proceso de creación de un sistema de sonido en teatro.

 

Proceso general en la sonorización teatral

 

Paso 1: Entiende cuáles son tus fuentes de sonido

Cuando se diseña un sistema de sonorización teatral debemos tener en cuenta que contaremos con tres categorías básicas de sonido: las voces, la música y los efectos. Cada una de estas categorías viene con una serie de consideraciones, algunas de las cuales podremos obtener directamente del material de origen y/o de conversaciones con el diseñador del contenido, mientras que otras requerirán pasos posteriores en nuestro proceso de diseño para poder interpretarlos de forma correcta.

 

Voces

Lo primero que debemos preguntarnos es si será necesario o no amplificar las voces. Existen actores cuyo entrenamiento vocal hace posible llevar adelante toda una obra sin la necesidad de amplificarlas, y lo mismo puede suceder en teatros pequeños.

Pero si efectivamente fuera necesario amplificar las voces de los personajes  debemos hacer un análisis profundo para saber qué tipo de tratamiento es necesario realizar (¿habrá cantos?, ¿alguna voz debe sobresalir?, ¿alguna voz requiere algún efecto?, etc.).

 

Música

La música puede presentarse de muchas formas en producciones teatrales, desde un musical completo hasta una obra de teatro que requiere una única canción para reproducirse de forma diegética.

Al igual que con las voces, si nuestra producción contiene música, debemos evaluar qué tratamiento requiere, sobre todo en función de si es en vivo o pregrabada.

Si es en vivo es importante saber dónde están los músicos, si es pregrabada debemos saber si deberá escucharse alto o bajo, si será diegética o extradiegética, etc.

 

Efectos de sonido

Dependiendo del teatro y del espacio, deberemos analizar ciertos factores, a saber:

  • Magnitud de los efectos: ¿qué tan presentes deben estar?
  • Tipos de efectos (hay dos puntuales):
    • Efectos puntuales: sonidos que acompañan a acciones específicas, como el sonido de un automóvil estacionando afuera de una casa justo antes de que un personaje ingrese por la puerta principal, o el timbre de un teléfono que debe ser respondido.
    • Efectos ambientales: sonidos que pretenden establecer el estado de ánimo, el lugar, el tiempo, el tema o similares, pero que no están directamente vinculadas a ninguna acción en el escenario en específico.
  • Rango de frecuencia: ¿Es un efecto que debe envolver toda la sala (como el sonido de una batalla) o algo puntual (un grillo sonando de fondo)?
  • Localización: ¿Hay efectos que deban provenir de un lugar específico del escenario o todos son generales?

Con este análisis estaremos en condiciones de proveer al público una sonorización teatral con un cuidado exquisito de los efectos especiales.

 

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Paso 2: Analiza el lugar

En este paso lo primero que debemos entender es que, lógicamente, diferentes teatros requerirán una sonorización teatral distinta. Un espacio con 1000 asientos en el que tendrá lugar un musical necesitará una configuración de altavoces diferente al que pueda necesitar una pequeña sala para 100 personas en las que un músico tocará solo con su guitarra.

Hay cuatro factores principales que un Técnico de Sonido debe analizar con respecto al lugar:

  1. ¿Qué tan cerca está la audiencia de la acción? Si los actores están a unos tres metros de la primera fila, eso hace que la amplificación vocal sin retroalimentación sea mucho más sencilla que si se encuentran en un lugar pequeño donde los actores están a 60 centímetros de la fila delantera. Es verdad que este último caso es poco habitual, pero no imposible
  2. ¿Cuáles son las propiedades acústicas del lugar? Un lugar con una tonelada de reverberación natural puede requerir fuentes más directas para que se entienda bien lo que dicen los actores. Un estrecho, en cambio, puede necesitar más potencia para lograr un efecto de sonido envolvente y retumbante.
  3. ¿Dónde puede montar los equipos de forma segura? ¿Qué tan altos son los techos? ¿Cuánto peso pueden soportar los puntos de montaje?
  4. En cuanto a la energía, ciertas consideraciones que se deben analizar son, por ejemplo, qué recursos eléctricos están disponibles, cuántos circuitos podrás utilizar para los amplificadores o si la energía eléctrica que se dedicará al sonido está separada de la que se dedicará a la iluminación para garantizar una señal limpia.

 

Paso 3: Adáptate a la audiencia

El público es tu principal objetivo. Diferentes audiencias requerirán de una sonorización teatral. Todo lo que hacemos como Técnicos de Sonido tiene la intención de conseguir una serie de efectos en la audiencia, por lo que debemos comprender algunos detalles sobre el público al principio de nuestro proceso de diseño para lograr ofrecer la mejor experiencia sonora posible.

En este análisis debemos preguntarnos, por ejemplo, qué tan grande es la audiencia (una audiencia muy grande probablemente necesite mayor amplificación vocal y absorberá más contenido de alta frecuencia), qué tipo de experiencia debe tener el público (un concierto de música no es lo mismo que ir a ver al Cirque du Soleil, por ejemplo), ¿qué edad tiene la gente? (un show para un público joven seguramente necesite más potencia que uno para adultos), etc.

Todo lo que podamos saber sobre la gente que irá a disfrutar de la producción en la que trabajemos nos dará una pista del tipo de sonido que debemos ofrecer.

 

Paso 4: No pierdas de vista el presupuesto

El sueño de cualquier Técnico de Sonido es poder decir “quiero esto, esto y esto” y tenerlo, pero la realidad es que siempre debemos manejarnos con un presupuesto, por lo que es necesario tenerlo siempre en mente.

Existen dos aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta; el primero es cuál es el presupuesto con el que cuentas y el segundo es saber si el lugar en el que trabajarás cuenta ya con ciertos recursos que puedas utilizar. En este último apartado, debes tener en cuenta que existen muchísimos teatros que ya tienen un stock de equipos de sonido en su poder, y que seguramente serán precisamente esos equipos tus únicos recursos disponibles.

Ahora bien, si tienes la suerte de tener un presupuesto para contratar el equipo que quieras para satisfacer exactamente las necesidades de tu diseño, entonces necesitarás entender qué tanto podrás comprar con el dinero del que dispongas y, en consecuencia, analizar las prioridades.

También debes entender que cada mercado es distinto, y que probablemente no te costará lo mismo contratar un equipo determinado en Valencia que en Cáceres ni en Madrid que en Teruel, por lo que el lugar en el que vaya a tener lugar el evento también varía lo que puedas llegar a conseguir con un mismo presupuesto.

A partir de ahí deberás equilibrar las finanzas para poder dar con el mejor sistema de sonido que puedas adquirir por el dinero del que dispongas para el evento que tengas que sonorizar.

 

Paso 5: Elige los altavoces

Elegir los altavoces adecuados para una aplicación determinada, y luego colocarlos de manera óptima para su lugar y audiencia, es la tarea tecnológica central del diseño del sistema de sonido en teatro.

Los altavoces son la parte más importante de cualquier sistema de sonido. Puedes tener los mejores micrófonos, la consola más cara, el DSP más avanzado pero, si has elegido mal los altavoces, todo ese equipo original no sirve de nada.

Al momento de planificar qué altavoces utilizaremos, debemos hacernos algunas preguntas:

 

¿Con qué sistema de altavoces cuento?/¿Qué sistema utilizaré?

Los sistemas de sonido en teatro generalmente operan de una de dos maneras: o bien enviando todo el contenido (voces, música y efectos) a los mismos altavoces, o bien creando “subsistemas” en los que se combinan ciertos tipos de contenido para enviar a algunos altavoces y ciertos tipos de sonidos para enviar a otros.

El primer caso es el típico en el que, en un teatro determinado, solo contamos con dos altavoces principales de rango completo, colgados a izquierda y derecha del escenario, que emiten todos los sonidos que tenga el espectáculo.

Sin embargo, en los sistemas profesionales, generalmente se dedican diferentes altavoces para el refuerzo vocal y los efectos de sonido. Además, en la producción de musicales, a menudo se hace uso de lo que se llama una configuración de sistema A/B, donde hay sistemas de altavoces separados para las voces y otros para la música. Estos sistemas A/B a veces son alimentados por consolas de mezcla paralelas, operadas por dos ingenieros de mezcla separados. Los principios aquí son bastante simples: al mantener las voces y la música separadas físicamente, cada conjunto de altavoces se puede manejar de manera más eficiente en el nivel inferior para ofrecer la misma claridad, y el desplazamiento físico de los altavoces del sistema A al sistema B permite conseguir una suma de sonidos más deseable y agradable que la que conseguiríamos exprimiendo todo el sonido a través de un único conjunto de altavoces.

 

¿Qué SPL necesito?

Esta especificación es extremadamente común en el diseño de sistemas de sonido de conciertos, pero se está volviendo cada vez más habitual en la sonorización teatral.

Si bien sería raro que un musical en un teatro tenga como objetivo ofrecer un SPL de 130dB (que podría ser la especificación para, por ejemplo, un concierto de Metallica), la realidad es que hoy en día ya no es extraño encontrar un sistema diseñado para alcanzar unos 100 dB en este tipo de producciones.

Así entonces, es necesario establecer los objetivos en función de los sonidos que vayamos a producir y el efecto que deseemos conseguir en la audiencia para elegir los altavoces que ofrezcan prestaciones con margen de sobra para conseguirlos.

 

¿Qué rango de frecuencia necesitaré?

Es necesario conocer los sonidos que produciremos para poder responder a esta pregunta. Un ejemplo de esto podría ser el efecto de sonido de un teléfono sonando. En este caso no necesitaríamos un altavoz de rango completo ya que no requiere de subgraves.

 

¿Pueden verse los altavoces o deben estar ocultos?

Es necesario identificar rápido si debemos o no ocultar los altavoces (en líneas generales, sí), de modo que se pueda seleccionar el equipo que mejor se ajuste físicamente a los lugares requeridos y que tenga suficiente respuesta de alta frecuencia para compensar cualquier atenuación causada por las cortinas, la lona o el material que se coloque frente a él.

 

Una vez que tengas una idea de las respuestas a estas preguntas, puedes comenzar a buscar altavoces que se adapten a las necesidades del proyecto.

 

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Paso 6: elige el resto del equipo técnico y humano

Una vez que sepamos qué y cuántos altavoces tendremos y dónde se instalarán, podremos detallar el resto de nuestro sistema. A saber:

  • Micrófonos: si necesitamos micrófonos, ¿cuántos y de qué tipo? Si estamos actuando con actores, podremos utilizar micrófonos inalámbricos para el cuerpo o micrófonos de área. Si, en cambio, estamos frente a una orquesta ¿qué micrófonos se adaptarán mejor a los instrumentos? Este es el análisis que hay que hacer sobre este tema.
    Por otro lado, contar con una gran cantidad de micrófonos incrementará también la cantidad de operarios, por lo que también deberás considerar eso al momento de elegir este equipamiento.
  • Sistemas de reproducción: Hoy en día, la mayoría de los sistemas de sonorización teatral se controlan mediante sistemas de reproducción basados ​​en software. En este sentido, determinar el recuento de canales y el enrutamiento es clave. En cuanto a los recursos humanos, aquí debemos analizar si la reproducción puede ser activada por el ingeniero de mezclas o si necesitaremos a un operador de reproducción dedicado enteramente a esta tarea.
  • Consola: Si hemos diseñado un programa que solo necesitará que le demos al botón de play, probablemente no necesitemos una consola, ya que el sistema de reproducción puede ejecutarse directamente en el DSP y no es necesario mezclarlo. Por el contrario, si tenemos micrófonos, seguramente sí la necesitemos.

Ahora bien, si la necesitamos debemos analizar las características que vayamos a precisar. La enorme mayoría de las consolas digitales (por no decir todas) vienen con preajustes que pueden recuperarse con solo tocar un botón (fundamental para la mezcla musical u otras producciones de gran tamaño), mientras que algunas incorporan características aún más enfocadas hacia el teatro, como tiempos de fundido cruzado seleccionable e inclinaciones entre escenas, perfiles de actores para reemplazar fácilmente un protagonista con un suplente en todo el espectáculo etc. Tendremos que analizar cuál de todas estas funciones necesitaremos durante el trabajo para elegir la que mejor se adapte a lo que precisamos.

  • DSP (Procesador digital de señales): Al seleccionar un DSP, es necesario asegurarse de que las conexiones de señal están en el conteo y el tipo adecuados: ¿tienes una consola que envía audio a través de Dante? Entonces, lo más lógico es usar el DSP con Dante también, ¿verdad?
    Por otro lado, si fuese todo analógico, es necesario elegir un DSP con muchas opciones de expansión en las señales E/S analógicas.
    Por último, es necesario asegurarse que el control sea compatible con los ordenadores disponibles, ya que algunos DSP ejecutan software que solo es compatible con PC, lo que deja a iOS fuera del juego.
  • Amplificadores: En este apartado es importante elegir amplificadores que brinden suficiente potencia para los altavoces que se vayan a utilizar e, idealmente, que le brinden el SPL que los altavoces vayan a utilizar sin que el amplificador se sobrecaliente ni sufra ninguna distorsión.
  • Control: un sistema de control permite manipular dispositivos de nuestro sistema desde distintos ordenadores, tablets o teléfonos desde diferentes ubicaciones. Este tipo de control es cada vez más necesario en los sistemas de sonido actuales, y si bien está más allá del alcance de este artículo detallar las innumerables formas en que los sistemas de control interactúan con nuestro equipo de sonido, sí diremos que un sistema de control debería entrar dentro de la selección de equipo siempre que el presupuesto lo permita.

 

Paso 7: Adáptate a los cambios

Es normal que, tras haber desarrollado todo el sistema de sonorización teatral se vea la necesidad de realizar alguna modificación durante la marcha.

A veces, este cambio significa que los elementos que se eligieron ya no son necesarios (lo que implica una siempre bienvenida reducción del presupuesto) y a veces significa exactamente lo contrario, ya que cualquier modificación en la obra puede requerir de un nuevo equipo que permita reproducir el nuevo sonido de forma óptima.

En todo caso, un buen técnico de sonido debe estar siempre en contacto constante con el diseñador de contenido sonoro (si no son la misma persona), los otros diseñadores del equipo, el director, el director de escena y, a veces, los productores para lograr que cualquier modificación que sea necesaria se lleve a cabo de con celeridad y de la mejor manera posible.

 

Hasta aquí llega nuestro repaso por los siete pasos que debes llevar a cabo para desarrollar el mejor sistema de sonorización teatral. La conclusión que debes entender es que el mejor sistema de sonido en teatro es aquel que resulta eficiente, no pierde tiempo y recursos llamando a equipos que no son necesarios, no especifica más personal operativo del que sea absolutamente necesario, y consigue exactamente el sonido previsto para el espectáculo. Si logras conseguir todo esto, estarás en buen camino para convertirte en un Técnico de Sonido de referencia en sector teatral.

 

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