Una película es un conjunto de elementos visuales que consiguen contarnos una historia. Entre ellos destaca el vestuario de películas, el maquillaje, la banda sonora y la fotografía. Cuando se alcanza una sintonía entre todos estos aspectos, el éxito está asegurado. Al menos para la memoria del espectador.
Si estás interesado en el mundo del cine, te gustará conocer la relación entre el vestuario de películas y la dirección de fotografía de las mismas. Pueden parecer cosas totalmente opuestas, pero lo cierto es que guardan una importante relación.
Fotografía y vestuario de películas: íntimamente relacionadas
Te lanzamos una pregunta: ¿qué hace que te fijes en el vestuario de películas? La respuesta es muy sencilla: la forma en que te lo presenta la cámara. Para poder apreciar la vestimenta de los actores necesitas buenos planos en los que puedas ver en detalle los colores, formas y tejidos.
El rodaje depende del director de fotografía, encargado de pensar la mejor forma para transmitir la historia y todas sus particularidades a través de los planos. Esta es sin duda la principal relación que existe entre fotografía y vestuario de películas, pero no es la única.
El vestuario de películas, para brillar en la pantalla
Muchas veces decimos “qué bonita la película” no por la historia que cuenta, sino por la composición visual del filme. Aquí entra en juego tanto el vestuario como la decoración y la música. Es un trabajo en equipo, y la dirección de fotografía se encarga de exponer el resultado para que sea juzgado y disfrutado por el espectador.
Así, el vestuario permite que la fotografía de una película luzca mucho más. ¿Por qué? Aporta color y dinamismo a las escenas. Pongamos un ejemplo claro: el Gran Hotel Budapest. La dirección de Wes Anderson y el vestuario a cargo de Milena Canonero consiguieron crean una película de lo más vistosa y singular.
Estos elementos favorecieron la creación de una fotografía audiovisual única en la que primaron los tonos rosados y vívidos en contraste con la localización fotográfica de la película: en lo alto de una montaña nevada.
Si todavía no la has visto, este es tu momento. Entenderás a la perfección de lo que hablamos y conseguirás enamorarte, más aún si cabe, del vestuario de películas y la dirección de fotografía.
El vestuario de películas premiadas
El filme de Wes Anderson antes mencionado consiguió ganar el Óscar por mejor vestuario. Cada año se premia a una película por su detallado trabajo en crear unas vestimentas dignas de ser recordadas para siempre. En este apartado queremos mostrarte una lista de algunos filmes ganadores de ese Óscar, para que veas el poder que ejerce el vestuario de películas en la dirección de fotografía.
Curso de Dirección de Fotografía
Mujercitas
Este drama-romance recibió el Óscar a mejor vestuario en 2020. En su vestuario destacan los trajes costumbristas de finales del siglo XIX en la América profunda, combinados con el intelectualismo de la Europa más bohemia. La fotografía consiguió transmitir la pobreza o riqueza de determinados momentos del filme.
María Antonieta
El vestuario de Milena Canonero (la misma que dirigió el del Gran Hotel Budapest) consiguió cautivar a todos los espectadores. La época en que se ambientó la película es la Francia del siglo XVIII, donde predominaban los volúmenes y la pomposidad en los vestidos de las damas. Canonero consiguió transmitir rebeldía y liberación a través de los tonos pastel y la voluminosidad de los trajes.
La dirección de fotografía consiguió hacer verdadero hincapié en la vestimenta, recordado a día de hoy como un referente del cine. Este filme de Sofia Coppola el Óscar a mejor vestuario en 2006.
Memorias de una geisha
En este filme, Collen Atwood, encargada del vestuario, consiguió trasladar a la actualidad la vestimenta típica de la cultura japonesa de 1920 y 1940. Los kimonos lucen como nunca en una atmósfera de glamour y rivalidad que se transmite gracias a los numerosos planos dedicados a ensalzar este traje típico japonés. La película fue galardonada con el Óscar a mejor vestuario en 2005.
Gladiator
El filme consigue trasladar a los espectadores una atmósfera de rivalidad en la época romana, con un especial cuidado de los trajes de gladiadores, con unas armaduras de lo más completas. El vestuario, junto con los colores elegidos para la fotografía consiguieron hacer de la película un éxito en todos los sentidos. Ganó varios Óscars en el año 2001: a mejor vestuario (Janty Yates), mejor actor (Russel Crowe) y mejor sonido.
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