Hoy regresamos a uno de nuestros géneros cinematográficos favoritos, el género de terror, y nos adentramos en el cine de terror español de los años 70, aquel que floreció tras el fin de la dictadura franquista y que supuso la auténtica época dorada de nuestro cine más terrorífico.
Aunque llevamos unos años viendo cómo el cine de terror español triunfa en todo el mundo con títulos como Tesis (1996), Los otros (2001) REC (2007), El orfanato (2007), Verónica (2017) o Malasaña 32 (2020), lo cierto es que nuestro país tiene una larga tradición en la producción de películas de miedo.
Por ello, hoy queremos remontarnos a la década de los 70, una década en la que el horror patrio triunfaba en todo el mundo gracias a cineastas como Amando Ossorio, Jesús Franco, Jordi Grau o Chicho Ibáñez Serrador. Cineastas que prácticamente han caído en el olvido, pero que, en su día, gracias a su originalidad y su visión trasgresora, nos regalaron una infinidad de títulos que actualmente están encumbrados en la categoría de cine de culto.
Cine de terror español de los años 70: inicios del género de terror en España
Antes de llegar a la fructífera década de los 70 queremos remontarnos a las primeras películas de miedo de nuestro país. Un tipo de cine que siempre ha atraído a multitud de espectadores a lo largo de la historia.
Tenemos que remontarnos a la primera mitad del siglo XX para encontrar los primeros títulos de este género. Películas como El hotel eléctrico (1908) de Segundo de Chomón, El protegido de Satán (1917) de Joan María Codina, Fue una pesadilla (1925) de Miguel Ballesteros o el cortometraje Una de miedo (1935) de Eduardo Maroto, encabezan una larga lista de producciones terroríficas, muchas de ellas desaparecidas, y que sufrieron un repentino y lamentable parón durante la represión y censura del franquismo.
A pesar de la censura y de las dificultades de rodar este tipo de películas durante el régimen de Franco, en 1944 se estrenaría la que muchos consideran la primera y auténtica película de terror española “La torre de los siete jorobados” de Edgar Neville.
A pesar de la realización de estos primeros títulos, realmente, el género de terror no cuajaría en España hasta la llegada del malagueño Jesús Franco, uno de los directores más prolíficos del género de exploitation europeo, que llegó a filmar cerca de 200 películas.
Jesse Frank (uno de sus numerosos nombres artísticos) abrió el camino con Gritos en la noche (1962), una película de asesinos en serie que dio pie al crecimiento y consolidación del cine de terror en España.
Sin embargo, su especial predilección por el terror erótico e incluso pornográfico y su mala relación con el régimen de Francisco Franco, lo obligó a realizar muchas de sus películas fuera de España y países como Alemania, Francia, Suiza o Bélgica acogieron muchas de sus producciones.
Algunos de las películas de esa época son La mano de un hombre muerto (1962), El secreto del Dr. Orloff (1964), Succubus (Necronomicon) (1968), Fu-Manchú y el beso de la muerte (1968), El proceso de las brujas (1970), El conde Drácula con el actor británico Christopher Lee (1970), Las vampiras (1970), El diabólico Doctor Z (1971), El doctor Mabuse (1972), Drácula contra Frankenstein (1972), Los amantes de la isla del diablo (1972), Los ojos siniestros del Doctor Orloff (1973) o Al otro lado del espejo (1973).
Cine de terror español de los años 70: época dorada del Fantaterror
Con los últimos coletazos del franquismo y con mucha más fuerza tras la transición, muchos cineastas iniciaron proyectos en los que se incluía elementos típicos del cine de terror; vampiros, fantasmas, hombres lobo y demás seres sobrenaturales campaban a sus anchas por las producciones más terroríficas de finales de los años 60 y principios de los 70, donde también se incluían numerosas escenas eróticas con las hermosas actrices de la época.
Evidentemente uno de los mayores reclamos de este tipo de cine era su reparto femenino, compuesto, en muchas ocasiones, por actrices internacionales de la talla de Anita Ekberg, Ajita Wilson, Helga Liné, Dyanne Thorne, Anne Libert, Loretta Tovar, Maria Perschy, Britt Nichols, Lone Fleming e incluso Bárbara Rey, que aparecían frecuentemente desnudas en manos de horribles monstruos.
Muchas de estas películas eran coproducciones y se rodaban en doble o triple versión, las destinadas al mercado internacional y otra mucho más recatada y sin apenas contenido erótico para el mercado nacional que aún sufría una despiadada censura.
El carácter erótico de las películas de terror españolas de los años 60 y 70 tiene una clara influencia del cine giallo italiano, donde la explotación sexual y los sangrientos y misteriosos asesinatos triunfaban en las salas de cine del país trasalpino.
Gracias a las coproducciones, el cine de terror español se benefició de los estilos e influencias del mercado europeo y pudo contar en el reparto de sus películas con actores de fama internacional, entre muchos Peter Cushing, Christopher Lee, Klaus Kinski o la ya mencionada Anita Ekberg.
El fantaterror (término con el que se denominaba el cine de terror patrio de la época) se puso de moda por su frescura y originalidad, aportando numerosos personajes terroríficos al séptimo arte, como El siniestro Doctor Orloff (de Jesús Franco) o El licántropo Waldemar Daninsky (personaje ideado por el famoso Paul Naschy).
Principales directores del Fantaterror: cine de terror español años 60-70.
A continuación, haremos un repaso por la filmografía de los principales directores del Fantaterror, término con el que se conoce al cine de género fantástico y/o terror producido en España especialmente en las décadas de 1960 y 1970.
Jesús Franco fue uno de los pioneros del cine de terror en España que junto a Paul Naschy, Narciso Ibáñez Serrador, Jorge Grau o el coruñés, Amando de Ossorio, formaron un equipo de cineastas que llevaron al terror ibérico a popularizarse en los cines de todo el mundo en los años 60 y 70.
Jesús Franco
El malagueño Jesús Franco es uno de los máximos exponentes del cine de terror y de las producciones de bajo presupuesto. Sus originales películas, en las que fusiona los mitos del terror con elementos eróticos, triunfaron en las salas de cine de todo el mundo.
Un director tan prolífico que llegó a realizar cerca de 200 títulos, algunos firmados con pseudónimos para no saturar el mercado. David Khunne, John O’Hara, Clifford Brown, James Lee Johnson, Preston Quaid, Yogourtu Ungue o Lulú Laverne son algunos de los innumerables seudónimos con los que firmó muchas de sus películas, incluyendo Dos de sus películas más importantes e internacionales.
El Conde Drácula (1970)
Protagonizada por Christopher Lee, Klaus Kinski, Herbert Lom y Soledad Miranda. La cinta de Franco está considerada como la versión cinematográfica más fidedigna de la novela de Drácula de Bram Stoker.
Las vampiras (1971)
Estrenada en España en el Festival de Sitges de 1973, dos años después de su estreno oficial en Alemania Occidental. La cinta narra la historia de Nadia (Soledad Miranda), que recibe la visita de una mujer que le trae un testamento por el que la joven heredará la mansión del conde Drácula, de quien es última descendiente.
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Narciso Ibáñez Serrador
Chicho Ibáñez fue un director de cine y realizador de televisión, director teatral, actor y guionista uruguayo y español. Conocido por su contribución al cine fantástico y su participación en programas de televisión como Historias para no dormir (donde ofrecía relatos de terror) y Un, dos, tres… responda otra vez (concurso de gran éxito en España en los años 70, 80 y 90).
Reconocido admirador de Alfred Hitchcock, Ibáñez fue autor de dos de los mejores títulos de terror de la entrada de la década de los 70.
La residencia (1969)
La cinta narra la historia de Teresa y su estancia en un reformatorio juvenil que acoge a muchachas de entre 15 y 21 años con problemáticas de diversos orígenes: familias desestructuradas, ser hijas de madres solteras o presentar actitudes rebeldes.
¿Quién puede matar a un niño? (1976)
La historia narra como una pareja de turistas ingleses llega a una pequeña isla en la que los únicos habitantes son niños, unos niños que, animados por una misteriosa fuerza, se rebelan contra los adultos.
Amando Ossorio
Otro de los máximos exponentes del cine de terror de los años 70 es el coruñés Amando Ossorio, conocido por su tetralogía de películas sobre templarios zombis La tetralogía de los templarios.
Ossorio comenzó su carrera cinematográfica como guionista y realizando películas por encargo, entre las que podemos destacar dos del subgénero spaghetti western: La tumba del pistolero (1964) o Rebeldes en Canadá (1965).
Pero lo que realmente nos interesa de Ossorio es su contribución al género de terror, donde destaca su proyecto más personal Malenka, la sobrina del vampiro (1968) una coproducción hispano italiana protagonizada por Anita Ekberg, Gianni Medici y Diana Loris.
Argumento: Una hermosa doncella descubre, tras heredar el castillo de un tío suyo, el Conde Walbrooke, que entre sus habitantes se incluyen un extraño noble y un grupo de guapas mujeres que sospecha que pueden ser vampiros.
La cinta se rodó en inglés y tuvo una notable acogida tanto en los cines españoles de la época, acreditando la venta de más de 500.000 entradas en taquilla, como en el mercado internacional. Ossorio también es autor de joyas del terror como La noche del terror ciego (1972) o El ataque de los muertos sin ojos (1973), su segunda película de La Tetralogía de Templarios, donde templarios medievales, ejecutados por cometer sacrificios humanos, regresan de la muerte para vengarse.
Paul Naschy
En nuestra lista no podía faltar Paul Naschy, actor, director de cine, guionista y levantador de pesas español. Naschy está considerado uno de los hombres lobo o licántropos más famosos, realizando este papel en numerosas ocasiones. Su debut en el cine fue como extra en la película Rey de Reyes (1961), dirigida por Nicholas Ray, que se rodó en España.
Aunque a lo largo de su trayectoria encarnó a numerosas figuras del cine de terror clásico, como el hombre lobo, el Jorobado, el Conde Drácula o La momia, también debemos destacar su trabajo como director y guionista.
Alguno de sus trabajos como actor son La marca del hombre lobo (Enrique L. Eguiluz, 1968), La noche de Walpurgis (León Klimovsky, 1971) o La herencia Valdemar (José Luis Alemán, 2009).
Trabajos como director: Inquisición (1976), Mi amigo el vagabundo (1984) o El aullido del diablo (1987). Juan Carlos I le entregó en 2001 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su carrera.
Jordi Grau
Jorge Grau Solà (Barcelona; 27 de octubre de 1930-Madrid, 26 de diciembre de 2018) fue un cineasta realmente versátil ya que trabajó realizando cine documental, cine comprometido socialmente, cine experimental y el cine fantástico. Evidentemente está en nuestra lista por sus películas más terroríficas, en las que destacan los siguientes títulos.
Ceremonia sangrienta (1973)
Protagonizada por Lucía Bosé y Espartaco Santoni. La cinta de Grau se centra en la vida real de la condesa húngara Erzsébet Báthory más conocida como «La Condesa sangrienta» que mató a cientos de jóvenes vírgenes y se bañó en su sangre, para conservar su juventud.
Argumento: el marqués Karl Ziemmer (Santoni) y su esposa, Erszébeth Báthory (Bosé), descendiente de la condesa, residen en una comarca en la que se cometen una serie de asesinatos, cuyas víctimas son siempre jovencitas, y cuya sangre es misteriosamente drenada.
No profanar el sueño de los muertos (1974)
Protagonizada por Arthur Kennedy, Ray Lovelock y Cristina Galbó, es una película italo-española que obtuvo galardones por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos y en el Festival de Cine de Sitges. Actualmente está considerada como una película de culto.
Argumento: los muertos de una morgue inglesa próxima a una abadía de Manchester comienzan a despertar a causa de las radiaciones de una máquina de ultrasonidos que el gobierno acaba de autorizar para combatir la contaminación.
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Terminamos aquí nuestro breve repaso (siendo conscientes de que nos quedan muchos títulos y directores en el tintero) por el cine de terror español de los años 70, una época dorada que entró en decadencia a finales de la década, siendo sustituido por la comedia del destape, en la que Antonio Ozores, Andrés Pajares, Fernando Esteso o Alfredo Landa protagonizaban películas de escasa calidad y bajo presupuesto junto a bellas actrices ligeras de ropa. Pero bueno… esa es otra historia.
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