¿De empezar a filmar con pocos recursos a ganar un Goya? ¿De OT a actuar en la gala de los Óscar? Para nuestros #TalentMakers logros como estos son posibles. Si asististe al evento Audiovisiones ya cuentas con las referencias de Jordi Ruz, Izaro Bo, Irene Moray y Gisela. Si faltaste, toma nota para empezar a escribir tu propio guion.
El ciclo de conferencias organizado por Treintaycinco mm contó con estrellas invitadas punteras en sus respectivos campos. Quizá ya sabías que Gisela -sí, sí, aquella que compartió academia con Rosa, Bisbal, Bustamante, Chenoa y compañía- era la voz cantada de la protagonista de “Frozen” pero seguro que averiguar cómo llegó hasta ahí puede ayudarte a dar el salto al audiovisual.
Cruza la pasarela… ¡Al doblaje y el teatro musical!
“Desde pequeña quise ser artista”. Para Gisela la vocación fue fundamental. Años de preparación y el atrevimiento de presentarse a los casting de un experimento de telerrealidad fueron fundamentales porque “marcaron” por completo su carrera.
Habla de la “factoría de sueños” como si fuera su casa y es que desde que empezaron a rodar juntos, Disney ha seguido poniendo a Gisela al micro. Curiosamente esta relación tan larga comenzó al ganarle un casting a sus compañeras que se realizó al abrigo del éxito de share de Operación Triunfo.
La ilusión de la voz de Frozen: ser una Marge Simpson cantante
“No fue solo ese proyecto” pero a partir de ahí entró “en el doblaje y el teatro musical” y construyó su carrera tan sólida como una buena trama argumental. Algún que otro disco ha caído en 21 años, pero en general ha estado tras los micrófonos en otros escenarios. Considera que a Disney le aporta “garantía de seguridad” y, por eso, consiguió el personaje de Elsa, y no Tini Stoessel (“Patito feo”, “Violetta”…).
De actuaciones externas a la película pasó a los estudios de doblaje y de ahí a la gala de los Óscar de 2020 con otras nueve voces que interpretaron la animada reina de Arandelle en distintos idiomas. Con un nuevo estreno a las puertas de la cartelera, Gisela presume de haber logrado ser la voz de Marge Simpson en un capítulo en el que la madre amarilla del mundo se imaginaba con una voz angelical.
De la foto fija a la silla de directora
Irene Moray, directora y guionista, también puede presumir. En este caso de contar en su palmarés con un Goya al mejor cortometraje de ficción. Se lo llevó en 2020 con “Suc de síndria”. Cuando era pequeña y “repelente” siempre dejó claro su destino. Como si de un guion se tratase repetía una misma frase, un mismo rol: “Quiero ser escritora de libros, actriz de teatro y pintora de cuadros”.
No fuera a ser que a sus interlocutores se les ocurriese enfocarla en un decorado de escaleras, brocha gorda, buzo de trabajo y botes de pintura al por mayor. No es que tuviera nada de malo esa profesión, es que en su imaginario aparecía nítidamente una vida ligada al audiovisual.
Moray contó a los alumnos de Treintaycinco mm que de los sueños en stop motion pasó a dedicarse a la foto fija en el cine, que es esa figura que se coloca “debajo de la axila del cámara” a ver lo que puede lograr para el material promocional en pleno rodaje.
Quiero ser escritora de libros, actriz de teatro y pintora de cuadros
“Alégrame el día”, que diría Harry Callahan o, lo que es lo mismo, Clint Eastwoord. Y te lo vamos a alegrar porque ahora tiene varios proyectos abiertos, lo mismo colabora con Los Javis en su próximo rodaje, que dirige una serie, que trabaja por encargo… Eso sí, siempre con la claqueta de sus propios proyectos dispuesta a salir a jugar.
El beat marcó su ritmo
El canal de Jordi Ruz fue desde el principio la música. El DJ de Tomorrowland y pincha residente de La Plage Casanis “jugaba con los vinilos y con la música que escuchaba en la radio” desde muy pequeño. Incluso volvía de clase pensando en los beat, la aguja, los platos y las mezclas.
Cuando tuvo su primer ordenador y su primer programa comenzó a producir: “La primera vez que pinché delante de gente fue con 18 o 19 años”, recuerda.
Hay que analizar lo que pasa a tu alrededor: si la gente se mueve o no…
De hecho, advierte a las futuras máquinas de talento de que hay que tener cierta psicología. “Hay que analizar lo que pasa a tu alrededor: si la gente se mueve o no, si está por la música o a otra cosa”, pues el objetivo es darle al crossfader hasta localizar el hook perfecto para animar la sala.
En una sesión llena de preguntas y curiosidades por parte de los asistentes, como la petición de consejo sobre qué mesa de mezclas utilizar en los inicios, Ruz apostó por definirse en un género musical siempre que sea posible.
Un equipo, una radio y una programación muy exigente
Es posible que así se pudieran resumir los comienzos de Radio Primavera Sound. Al micro Izaro Bo, directora de comunicación y obra social de esta emisora que cambió un poco la manera de entender el audio. De grabarse cintas de cassete caseras sorteando los anuncios de las radiofórmulas, dio el salto al cine y los proyectos que había romantizado se “digitalizaron con la revolución tecnológica”.
Aún pensando en esa romantización del audiovisual, Izaro Bo y un equipo de otras 9 personas empezaron a gestar Radio Primavera Sound. Si eres un apasionado del séptimo arte, seguro recuerdas que “solo los soñadores mueven montañas”. Gracias a ese interés, fueron abriendo canales y tejiendo una ambiciosa programación.
La romantización de la radio todavía es posible, te lo dice Izaro Bo
Conscientes de que era necesario bajar el flujo apostaron por otras vías y se consolidaron como referencia en el mundo de los podcast. Ahora son un espacio “para gente que tiene algo que decir a la que en otros medios no le dan suficiente cancha”. En esta emisora también entra la publicidad, pero de una manera más orgánica para que la naturalidad nunca se pierda en las ondas.