El fotógrafo holandés Erwin Olaf fue conocido principalmente por mostrar una fotografía que plasmaba los sentimientos de una forma directa y con un estilo profundo. El dolor, la frivolidad, la soledad o la depresión han sido algunos de los protagonistas de su obra representados con una singular belleza.
Con apenas veintinueve años, Olaf destacó con su primera serie fotográfica de título Chessmen, con la que obtuvo el primer premio en la Young European Photographer Competition.
Sus fotografías iniciales, realizadas a finales de los años ochenta, ya mostraban trazas de una personalidad única. Esta primera tirada fotográfica realizada en blanco y negro presentaba a personajes desinhibidos y oscuros. Con una personalidad que llevaba implícita la sexualidad junto con la lucha por el control de una forma perturbadora.
Sus comienzos solo son una pequeña muestra de lo que su obra ha sido y que ha dejado una huella única. En este artículo analizaremos sus principales series fotográficas, mostrándote lo que su autor quería contarnos a través de su singular estilo.
Comienzos de Olaf: el fotógrafo de las mil caras y una sola
En los años noventa Olaf realiza cuatro series fotográficas más con una temática variada, pero igualmente transgresora.
La primera, Mind of their own, fue realizada en 1995. En ella mostraba el retrato de niños con discapacidad mental sobre fondos de colores chillones que contrastaban con su fragilidad.
La segunda sucesión, Mature, sale a la luz cuatro años después en 1999. Sus protagonistas eran mujeres de edades entre los sesenta y noventa, maquilladas y vestidas como si de heterodoxas sex symbols se tratase.
Es en esta época cuando Olaf descubre el Photoshop aplicándolo sobremanera en su cuarta serie fotográfica Royal Blood. Compuesta de retratos surrealistas de personajes históricos a modo de “elegantes muertos vivientes”.
Un año después, en el 2000, nace Fashion victims, un trabajo que le dio reconocimiento internacional. En él, Olaf criticaba el consumismo de la moda a través de hombres y mujeres desnudos, de cuerpo modélico, cuyas cabezas eran cubiertas con bolsas de conocidas marcas.
Con esta idea y llevándola hasta el extremo, Erwin explora los extremismos de las marcas y la moda, mezclándolos con el sexo y la moda
En el año 2001, sale a la luz la serie Paradise que muestra quizás una etapa oscura de su trabajo. Las fotos son protagonizadas por personajes siniestros y oscuros que están de fiesta. Su carácter es truculento, rozando la locura y la perversión.
En el año 2003, con motivo de la muerte de su padre, realiza la serie Separation, también realizada en vídeo. El trabajo muestra a una familia realizando tareas cotidianas. Hasta aquí todo correcto, sin embargo, todos visten un traje de látex, negro, que no deja sino de perturbarnos.
Lo que el fotógrafo quiere mostrar de este modo radical y chocante es el entorno opresivo en el que la familia convive; como si de una forma incómoda tuviesen que hacer su vida, siguiendo los estándares sociales marcados del momento.
Hasta este momento su carrera fotográfica era evidente que gozaba de éxito; sin embargo, su talento no solo se remitía a la fotografía. Sus campañas publicitarias para empresas como Nokia, Microsoft, Levi’s, BMW… entre otras muchas, tuvieron gran éxito. Tanto fue así, que los trabajos realizados para Diesel y Heineken le merecieron el galardón del Léon de Plata en el Festival de Cannes, en 1999 y 2001 respectivamente.
A continuación, puedes visualizar un ejemplo de su trabajo publicitario realizado para Veepee —una web de ventas privadas en línea de productos de marca—, con motivo de su décimo aniversario. ¡Sin duda, es todo un deleite visual!
Continuamos con sus trabajos fotográficos por las series: Grief, Rain y Hope, que han merecido un especial reconocimiento en su totalidad como algo de especial singularidad.
Grief: dolor, inquietud y empatía de la sociedad americana
La serie fotográfica Grief sale a la luz en el año 2007. Lo que el fotógrafo intentaba plasmar en esta serie fue el sentimiento de desolación y orfandad de la sociedad americana tras el asesinato de Kennedy.
Las escenas son de una increíble belleza con interiores depurados, donde el mobiliario y elementos decorativos mid-century imprimen un carácter de tristeza y bello, aún más singular si cabe.
Las series anteriores a ésta fueron Rain del 2004 y Hope del 2005. Como has podido comprobar, empezamos en cierto modo por la tercera de las series, para entender más en profundidad los deseos de su autor.
Rain y Hope: individuos taciturnos, soledad y desesperanza
Rain nos ofrece escenarios diversos: una peluquería, un gimnasio, una escuela de baile… en donde sus protagonistas tienen un factor común: una mirada perdida y una impasibilidad completa.
En todas estas fotografías la atmósfera se impregna de incomunicación y soledad, aun estando acompañados algunos de sus protagonistas.
A esta serie le sigue Hope, donde los retratos vuelven a ser imponentes en escenarios singulares. Un pasillo de un edificio u hotel, el interior de una clase, una consulta médica… la incomprensión y el retraimiento son el factor común de cada de estas fotografías.
Serie Hotel: un desapego inevitable
Regresamos al año 2007, en el que nace la serie Grief, para analizar la serie Hotel realizada en ese mismo año.
Los protagonistas de estas fotografías fueron modelos profesionales, escogidos a propósito para este fin. Olaf intentaba mostrar lo que significaba para ellos vivir en un hotel, estar en constante movimiento y el desapego de su lugar origen.
Los sentimientos de aburrimiento, soledad y desarraigo impregnan a sus modelos que parecen no encajar en ese escenario provisional que les ha tocado vivir.
Cuatro años más tarde, en el 2011, llega una serie dura por lo introspectivo de sus personajes.
Keyhole: ocultación de sentimientos:
En Keyhole el factor común es que todas las personas le dan la espalda al objetivo, ocultando su rostro para así mismo ocultar sus sentimientos.
Los entornos vuelven a ser privados, en la intimidad del hogar; de modo que incluso parezca que los protagonistas no saber que son observados.
La supresión de los sentimientos y la regresión son el factor común de cada una de estas fotografías.
La siguiente tirada fotográfica nace un año después, Olaf regresa al retrato de momentos históricos con su serie Berlín.
Berlín: dramatismo de entreguerras
La serie muestra a las gentes de Berlín, en una ambientación de los años 20. Queda evidenciado el carácter ario de los protagonistas, que emanan dureza y dramatismo. Una época para olvidar, pero aun así plasmada de forma bella por el fotógrafo.
Waiting: el germen de la peor de las emociones
En el año 2014, sale a la luz la serie Waiting. Para Erwin, la espera es algo inevitable en la vida humana y no existe experiencia que ejemplifique mejor la tensión que significa.
El fotógrafo afirma que la espera calmada, conocedora de su final, es la más dolorosa de las emociones.
En estas fotografías Olaf muestra eso mismo, personas en situación de espera, sufriendo en silencio lo que el destino irremediablemente les otorgará.
A continuación, puedes ver algunas de sus series fotográficas, explicadas según su propio testimonio.
Como comentábamos al comienzo del artículo, Olaf no solo destacó por su trabajo fotográfico, sino que su talento y estilo único plasmado de sentimiento se trasladó también a todo tipo de trabajo artísticos. Vídeos musicales, anuncios publicitarios, carteles teatrales, vídeos para el Ballet Nacional de Holanda, o su colaboración para el diseño de interiores con el arquitecto Rem Koolhaas.
En el 2014 destacó también por su diseño de las monedas de euro holandés con el retrato del rey Willen- Alexander. Siendo el responsable en el 2018, de los retratos oficiales de la familia real holandesa.
Del mismo modo, como esperábamos, su casa “olafiana” fue un reflejo de su personalidad. En ella se mostraba una sencillez adornada con objetos únicos, además de sus fotografías.
Lamentablemente, en el año 2023 falleció privándonos de su eterno talento, sin embargo, su legado artístico permanecerá en el tiempo recordándonos que los sentimientos humanos es lo más fuerte que existe en la vida.
Sus fotografías de atmósferas frías, de composiciones perfectas y estables, agrandan esos sentimientos de tristeza, soledad y vacío.
La perfección, la comodidad y lo bello son, en definitiva, el recipiente del aislamiento interior y la desolación, una crítica que Olaf nos deja de la cultura de hoy en día.
Finalmente, si has disfrutado con este contenido y te has llenado de sentimiento, quizás sea porque en ti hay una semilla de artista. Creemos que, para serlo, tener una base de conocimiento adecuado es importante. Por ello desde aquí te invitamos a que consultes nuestra formación en Dirección de fotografía y Fotografía Digital.
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