¿Cómo ser diseñador UX?

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Si estás leyendo esto es porque te has planteado la posibilidad de ser diseñador UX. Algo lógico, porque el diseño UX es uno de los trabajos más demandados en el mercado laboral actual. Pero también puede parecer un poco complicado cuando empiezas a investigar más a fondo, ¿verdad?

Tranquilo, que vamos a ir paso a paso. A continuación, te vamos a explicar qué necesitas saber, qué herramientas tienes que manejar y, lo más importante, cómo dar los primeros pasos sin perderte por el camino.

¡Toma nota!

Qué hace realmente un diseñador UX

Vamos a aclarar esto desde el principio, porque hay mucha confusión. Un diseñador UX no es alguien que hace que las webs y las apps se vean bonitas. Eso es solo una pequeña parte de su trabajo.

Como diseñador UX deberás resolver los problemas de los usuarios. Cada día te vas a enfrentar a preguntas del tipo: ¿Por qué la gente abandona este proceso de compra a la mitad? ¿Cómo hago para que esta app sea más fácil de usar para personas mayores? ¿De qué manera podemos simplificar este lío de formularios?

En el diseño UX eres una especie de detective digital. Investigas cómo se comporta la gente, qué les molesta, qué les gusta, y después usas toda esa información para mejorar su experiencia. En definitiva, es creatividad mezclada con análisis, psicología y, bueno, un poquito de intuición también.

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UX vs UI: para que no te líes

Ya que estamos, vamos a aclarar la diferencia entre UX y UI, porque casi todo el mundo los confunde. El diseñador UX se ocupa de toda la experiencia: cómo funciona el producto, cómo te sientes al usarlo, qué camino sigue el usuario para conseguir lo que quiere. El diseñador UI se centra más en la parte visual: botones, colores, tipografías, cómo queda todo.

Si fuera una casa, el UX sería decidir dónde van las habitaciones, cómo se distribuyen, que tenga sentido para que los espacios sean cómodos en el día a día. El UI sería elegir el color de las paredes, los muebles, las lámparas. Los dos son necesarios, y muchas veces una misma persona hace las dos tareas.

Las habilidades y herramientas que necesitas

Lo técnico (que no te asuste)

  • Investigación de usuarios: Esta es la base de todo. Tienes que aprender a hacer, sí o sí, entrevistas, encuestas, analizar comportamientos, hacer tests de usabilidad. Sin entender a los usuarios, es imposible diseñar para ellos.
  • Wireframing y prototipado: Necesitas saber crear esquemas de cómo va a funcionar tu diseño y prototipos que puedas probar con gente real. Como hacer un boceto antes de pintar el cuadro final, pero digital.
  • Arquitectura de la información: Aprender a organizar y estructurar la información de forma lógica. Que el usuario encuentre lo que busca sin dar vueltas como un pollo sin cabeza.
  • Análisis de datos: Saber leer Google Analytics, hacer pruebas A/B, entender métricas de usabilidad.

Las herramientas que tienes que conocer

Para empezar, te recomendamos aprender Figma. Es la herramienta que está arrasando ahora mismo, sobre todo porque permite trabajar en equipo en tiempo real. Es gratis para uso básico, funciona desde el navegador, y casi todos los equipos la han adoptado ya.

También está bien que sepas usar Sketch (aunque solo funciona en Mac) y Adobe XD, pero si tuviera que recomendarte una para empezar, sin dudarlo Figma.

Para análisis y testing: Google Analytics, Hotjar para ver cómo se comportan los usuarios en tu web, herramientas como Maze o UsabilityHub para hacer tests de usabilidad.

Las habilidades que necesitas

Aquí viene lo importante. Las herramientas se aprenden en unas semanas, pero hay habilidades que te van a convertir en un diseñador UX de los buenos.

  • Empatía: Tienes que ser capaz de ponerte en la piel de cualquier tipo de usuario. No todo el mundo piensa como tú, no todo el mundo usa la tecnología como tú.
  • Comunicación: Vas a pasar mucho tiempo explicando por qué has tomado ciertas decisiones de diseño. A desarrolladores, a jefes de producto, a clientes que «quieren el botón más grande y azul». Tienes que saber defender tus ideas.
  • Mentalidad analítica: Cada decisión de diseño tiene que tener una razón de ser detrás. «Me gusta más así» no es una justificación que valga.
  • Curiosidad: Los mejores diseñadores UX son los que siempre están preguntándose «¿por qué?» y «¿qué pasaría si…?» Es como ser un niño pequeño, pero con más método.

Más allá de la técnica y las herramientas, en el diseño UX es muy útil la empatía, la curiosidad y una buena comunicación.

Tu formación: por dónde empezar

¿Hace falta carrera universitaria?

Esta es una de las preguntas más habituales. La respuesta corta es: no necesariamente. El diseño UX es relativamente nuevo, así que no hay muchas carreras centradas en esta disciplina.

Eso sí, si tienes base en Psicología, Antropología, Diseño Gráfico, o incluso Ingeniería, te puede venir genial. Pero conozco diseñadores UX increíbles que venían de Marketing, Periodismo, incluso de profesiones sin ninguna relación. Lo que cuenta es que demuestres que sabes hacer el trabajo. Y eso se demuestra con un buen portfolio y habilidades prácticas, no con títulos que no demuestran nada.

Qué opciones tienes

El camino para formarse es variado. Existen másteres especializados que ofrecen una base teórica completa, bootcamps intensivos muy enfocados en la práctica y el networking, y una gran cantidad de cursos online en plataformas de prestigio. También es posible un aprendizaje autodidacta a través de libros, blogs y tutoriales, aunque necesitas mucho tiempo y disciplina. La clave es encontrar una formación que combine teoría y práctica orientada al mercado laboral actual.

Tu portfolio: demuestra tus conocimientos y habilidades

Aquí viene la parte crucial, y es que en UX tu portfolio vale más que tu CV, tu carrera y tus recomendaciones juntos. Los que contratan quieren ver cómo piensas, cómo resuelves problemas, no qué títulos tienes guardados en el cajón.

Qué tiene que tener tu portfolio

  • Casos de estudio detallados: No vale con mostrar pantallas bonitas. Tienes que contar toda la historia: cuál era el problema, cómo lo investigaste, qué soluciones probaste, cómo validaste tu diseño, qué resultados obtuviste.
  • Tu proceso de pensamiento: Enseña wireframes, sketches, iteraciones, pruebas que no funcionaron. A los que contratan les interesa ver cómo llegas desde el problema hasta la solución.
  • Variedad de proyectos: Si puedes, incluye diferentes tipos: una app móvil, una web de empresa, tal vez algo de rediseño de un servicio.
  • Resultados medibles: Si tienes datos de cómo mejoró la experiencia después de tu rediseño, ponlos. «Aumentó la conversión un 25%», al final es lo que cuenta.

Consejos para que destaque

  • Cuenta historias: Cada proyecto debe tener inicio, desarrollo y final claros. Es más sencillo mostrar la información cuando tiene forma de historia.
  • Sé sincero: Si un proyecto no funcionó como esperabas, explica qué aprendiste. La sinceridad y la capacidad de aprender de los errores se valoran mucho.
  • Hazlo personal: Incluye una página «sobre mí» que muestre tu personalidad. Los equipos quieren saber con quién van a trabajar cada día.
  • Que tenga buen UX: Un portfolio de UX que sea difícil de navegar es como un diseñador de moda mal vestido. Navegación clara, carga rápida, fácil de entender.

Tu portfolio debe demostrar tu proceso para resolver problemas, no limitarse a enseñar solo el resultado final.

Conseguir trabajo: entrando en el mercado

Bien, ya tienes tu portfolio. Ahora toca lo emocionante: encontrar tu sitio en el mundo laboral. El diseño UX te abre muchas puertas, y cada una lleva a un lugar diferente.

Dónde puedes trabajar: encuentra tu lugar ideal

Aquí no hay una respuesta única, depende de lo que busques. Si te gusta ver resultados rápidos o ver cómo tu trabajo cambia el producto de un día para otro, las startups son lo tuyo. Allí estarás en el centro de la acción y aprenderás a marchas forzadas.

Si, por el contrario, buscas algo más estable donde todo esté más organizado y puedas aprender de gente que lleva años en esto, entonces una buena opción son las grandes empresas. Suelen tener equipos más grandes y un camino más definido.

Otra opción muy interesante son las consultorías, donde un día trabajas para un banco y al siguiente para una app de moda. Te curtes en mil batallas y aprendes a adaptarte a trabajos muy variados. Y por supuesto, siempre está la vía de ir por tu cuenta como freelance. Eres tu propio jefe, con toda la libertad que eso implica, pero también con toda la responsabilidad de buscarte la vida.

Cómo conseguir tu primer empleo

Obviamente, para conseguir esa primera oportunidad, tienes que moverte. Hablar con gente es clave: ve a charlas, participa en foros online, conecta con otros diseñadores. Muchos trabajos salen de una conversación, no de un portal de empleo. Si aún no tienes experiencia, ¡invéntatela! Crea tus propios proyectos personales, rediseña esa app que odias o busca una solución a un problema que te saca de quicio.

Y por favor, un consejo: no mandes el mismo CV a todas partes. Investiga un poco la empresa, demuestra que te has molestado en saber quiénes son y por qué te interesa trabajar con ellos. Ese pequeño esfuerzo vale la pena, te lo aseguro.

Hablemos de salarios: qué puedes esperar cobrar

Y ahora: el dinero. En el diseño UX se paga bastante bien. Para que te hagas una idea, en España un perfil junior suele empezar ganando entre 25.000 y 30.000 euros al año. Con el tiempo, un diseñador senior se mueve sin problemas en la franja de 50.000 a 70.000 euros, y a veces más.

Ciudades como Madrid o Barcelona los sueldos son más altos, pero la vida también es más cara. Ir por libre como freelance es una buena opción, pero también vives con la incertidumbre de no saber qué pasará el mes que viene.

Formación recomendada para empezar con buen pie

Vale, y si después de todo esto te preguntas por dónde empezar a formarte en serio, échale un vistazo al Curso de Diseño Gráfico de Treintaycinco mm. Que no te engañe el nombre de «Diseño Gráfico», porque es una puerta de entrada genial al mundo UX/UI.

Esta formación te dará la base visual que necesitas para la parte de UI (la interfaz): aprenderás a manejar colores, tipografías y a crear interfaces funcionales y visualmente atractivas. Además, utilizarás las herramientas que se usan de verdad en el sector, como Photoshop, Illustrator e InDesign, y hasta tocarás un poco de After Effects y del propio diseño UX/UI.

Pero lo mejor es que no es solo teoría. El curso te da la oportunidad de hacer hasta 300 horas de prácticas en empresas, que es la mejor forma de empezar a crear un portfolio con proyectos de verdad, algo clave para conseguir tu primer trabajo. Puedes hacerlo online o semipresencial, a tu ritmo, y siempre tendrás a tutores y profesionales del sector para echarte un cable. Y al acabar, te llevas un título propio con el sello de la UCAM (Universidad Católica de Murcia).

En resumen, ¿merece la pena ser diseñador UX?

Convertirte en diseñador UX es una de las cosas más satisfactorias que puedes hacer, porque tu trabajo consiste, ni más ni menos, en hacerle la vida un poco más fácil a la gente. Cada vez que alguien usa una app sin desesperarse, o encuentra lo que busca a la primera, es gracias a un trabajo como el tuyo.

No te vamos a engañar, es un trabajo que te exige estar siempre aprendiendo. Pero a cambio, es súper creativo, variado y con un futuro laboral muy bueno. Si eres una persona curiosa, a la que le gusta entender a los demás y resolver puzzles, el diseño UX puede ser tu sitio.

No esperes a ser perfecto para empezar. Lánzate con proyectos pequeños, aprende por el camino, habla con otra gente del mundillo y, sobre todo, nunca olvides para quién diseñas: para el usuario.

El sector necesita gente que entienda que el UX no va solo de que las cosas queden bonitas, sino de que funcionen. De que sean útiles para las personas. Si te quedas con esa idea, tienes todo lo necesario para comenzar.

Tu futuro como diseñador o diseñadora UX puede empezar hoy mismo, si te animas.

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