Los guiones más sobrevalorados de la historia del cine

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¿Alguna vez has salido del cine pensando?: ¿En serio, por esto tanto premio? No te preocupes, no estás solo. El mundo del cine está lleno de obras maestras incuestionables… y de otras no tanto.

En este artículo, nos ponemos la lupa crítica para analizar esos guiones de películas que, a pesar de su fama y reconocimiento, esconden más sombras que luces. Prepara las palomitas, porque vamos a desmontar algunos mitos del séptimo arte.

Además, si al final de este artículo te pica el gusanillo del cine, también te recomendamos la mejor formación relacionada con la industria audiovisual.

¡Comenzamos!

El arte de escribir para la gran pantalla

Escribir un guión va mucho más allá de plasmar una historia en papel. Es construir un universo con palabras, dar vida a personajes que conecten con el público y tejer una trama que mantenga la atención del espectador desde el primer minuto hasta los créditos finales. Pero, ¿qué diferencia un guión decente de una obra maestra? ¿Qué hace que una historia funcione en la gran pantalla?

¿Qué hace que un guión sea «bueno»?

Un buen guión no se mide solo por la cantidad de premios que acumula, sino por su capacidad para emocionarte, hacerte pensar, incluso sacarte de tus casillas. Para lograrlo, debe combinar una serie de elementos clave: una idea original que no hayamos visto mil veces, personajes con los que puedas conectar (o amar u odiar), diálogos que suenen reales y una historia que te atrape desde el minuto uno.

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La delgada línea entre éxito comercial y calidad narrativa

Ojo, que una peli arrase en taquilla no es sinónimo de un buen guion. Sin embargo, la realidad es que la calidad narrativa y el éxito comercial no siempre van de la mano. Hay películas que triunfan en taquilla gracias a sus efectos especiales, su banda sonora o la popularidad de sus actores, pero que a nivel de guion dejan mucho que desear

Por otro lado, existen joyas cinematográficas con guiones brillantes que no alcanzan el reconocimiento comercial que merecen. Películas como «El club de la lucha» o «Blade Runner» inicialmente tuvieron un rendimiento modesto en taquilla, pero con el tiempo han sido reconocidas por la calidad de sus guiones y su impacto cultural.

En este sentido, es importante aprender a diferenciar entre un producto comercial bien ejecutado y una obra con verdadera profundidad narrativa. Un buen guion no busca solo entretener, sino también provocar, conmover y dejar huella en el espectador.

Un buen guion no busca solo entretenerte, sino también dejar huella

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Olvida los mitos: No todo guión famoso es perfecto (y te contamos por qué)

¿Guiones oscarizados… o sobrevalorados? Te presentamos 15 películas, muchas galardonadas con la estatuilla dorada, cuyos guiones dividen opiniones. ¿Coincides con nuestra selección?

Rocky (1976) – John G. Avildsen

Previsible: Desde el primer momento en que vemos a Rocky (Sylvester Stallone), un boxeador de poca monta, sabemos que tendrá la oportunidad de enfrentarse al campeón Apollo Creed.

La película sigue la fórmula clásica del underdog (desvalido) que se supera a sí mismo, con secuencias de entrenamiento memorables pero predecibles. El clímax, aunque emocionante, no escapa a los clichés del género deportivo.

A pesar de esto, «Rocky» logró conectar con la audiencia y se convirtió en un éxito rotundo de taquilla, además de ganar tres premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director.

Personajes secundarios poco desarrollados: Adrian, la tímida enamorada de Rocky, y Mickey, su entrenador gruñón, cumplen roles arquetípicos sin mayor profundidad.

Sus motivaciones son superficiales y sus historias personales quedan relegadas a un segundo plano. La película se centra tanto en Rocky que olvida darles espacio a los personajes que lo rodean.

Ghost (1990) – Jerry Zucker

Mezcla de géneros poco convincente: La película intenta combinar elementos románticos, cómicos y de suspense, pero la mezcla no termina de funcionar. Las escenas de comedia con la vidente Oda Mae Brown, aunque divertidas, desentonan con el tono romántico y dramático de la historia principal.

El thriller sobrenatural, por su parte, se ve lastrado por una trama predecible y poco creíble. «Ghost», a pesar de las críticas, fue un éxito masivo de taquilla y ganó el Oscar a Mejor Guion Original.

Resolución predecible y sentimental: El final, con Sam despidiéndose de Molly desde el más allá, busca la lágrima fácil y cae en los lugares comunes del género romántico. La resolución del conflicto con el villano resulta apresurada y poco impactante.

Sin duda, muy lejos de la calidad de «El club de los poetas muertos», premiada con el Oscar a Mejor Guion el año anterior.

Entrevista con el vampiro (1994) – Neil Jordan

Ritmo desigual y excesivamente contemplativo: La película se toma su tiempo para explorar la angustia existencial de Louis, lo que genera un ritmo lento y contemplativo que puede resultar tedioso.

Si bien la exploración psicológica del personaje es interesante, la falta de una trama dinámica le resta atractivo al conjunto. A pesar de las críticas divididas, «Entrevista con el vampiro» fue un éxito de taquilla, en parte gracias a su atractivo elenco y a la estética gótica.

Subtramas que no terminan de cuajar: La historia de Claudia, la niña vampiro, es de los elementos más interesantes, pero su desarrollo se ve truncado por un final abrupto.

La subtrama del teatro de vampiros, aunque visualmente atractiva, no aporta demasiado a la trama principal.

Titanic (1997) – James Cameron

Romance edulcorado y poco creíble: La historia de amor entre Jack y Rose, aunque icónica y emocionante para muchos, puede resultar demasiado melodramática y poco realista para ciertos espectadores.

La rapidez con la que se enamoran y la idealización de su relación contrastan con la crudeza del contexto histórico y la tragedia que se avecina.

Personajes estereotipados: La representación de la división de clases sociales en el barco es simplista, con ricos malvados y pobres idealizados, lo que resta complejidad a la representación social.

A pesar de estas críticas, «Titanic» fue un éxito rotundo, batiendo récords de taquilla y ganando 11 premios Oscar.

Una mente maravillosa (2001) – Ron Howard

Aproximación edulcorada a la enfermedad mental: La película, aunque aborda la esquizofrenia, ha sido criticada por no mostrar la crudeza de la enfermedad y optar por un tono inspirador que puede resultar simplista.

Simplificación de la historia real: «Una mente maravillosa» se toma libertades creativas al adaptar la vida de John Nash (Russell Crowe), omitiendo aspectos controvertidos y ofreciendo una visión edulcorada del personaje. A pesar de las críticas, la película fue un éxito de taquilla y ganó cuatro premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director.

Gangs of New York (2002) – Martin Scorsese

Ambición narrativa desbordada: La película intenta abarcar demasiados temas y subtramas en el contexto de la Nueva York del siglo XIX, lo que puede resultar en una historia confusa y poco cohesionada para algunos espectadores.

La multiplicidad de personajes y tramas puede dificultar la identificación con la historia principal.

Personajes desdibujados en la trama: A pesar de contar con un gran reparto (Daniel Day-Lewis o Leonardo DiCaprio), algunos personajes, como el de Cameron Diaz, quedan relegados a roles secundarios y poco memorables. Sus motivaciones y desarrollo quedan eclipsados por la trama principal y la figura de Amsterdam Vallon.

A pesar de las críticas, «Gangs of New York» fue un éxito de taquilla y obtuvo 10 nominaciones a los Premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director.

Lost in Translation (2003) – Sofia Coppola

Atmósfera contemplativa que puede resultar lenta: La película se centra en la melancolía, la soledad y la incomunicación de los personajes en un ambiente desconocido, lo que genera una atmósfera contemplativa que puede resultar lenta y poco atractiva para cierto público.

La película requiere paciencia y atención a los detalles para conectar con las emociones sutiles que transmite.

Final abierto a la interpretación, pero poco satisfactorio: Si bien el final ambiguo puede resultar sugerente para algunos, deja muchas preguntas sin respuesta y puede generar frustración en aquellos que buscan un cierre más concreto. La falta de resolución definitiva puede dejar al espectador con una sensación de incertidumbre e insatisfacción.

A pesar de esto, «Lost in Translation» fue aclamada por la crítica, ganando el Oscar a Mejor Guión Original y obteniendo otras tres nominaciones, incluyendo Mejor Película y Mejor Director para Sofia Coppola.

El diario de Noah (2004) – Nick Cassavetes

Un romance empalagoso: «El diario de Noah» es una de las películas románticas más taquilleras de la historia, pero su guión, basado en la novela homónima de Nicholas Sparks, ha sido objeto de numerosas críticas por su exceso de azúcar.

Muchos la consideran una historia de amor predecible, llena de clichés y situaciones inverosímiles que rozan lo melodramático. La película construye un ideal romántico poco realista que puede resultar empalagoso para aquellos que buscan historias de amor más realistas.

¿Profundidad? No, gracias: Más allá de la cursilería, algunos críticos señalan la falta de profundidad en la construcción de los personajes y la superficialidad con la que se abordan temas como la diferencia de clases o el paso del tiempo.

La película se centra en la pasión romántica, dejando de lado otros aspectos que podrían haber enriquecido la historia y la habrían hecho más interesante para un público más amplio.

Crash (2004) – Paul Haggis

Críticas al manejo superficial de temas complejos: «Crash» ganó el Oscar a Mejor Película y Mejor Guion Original en 2005, pero su victoria sigue generando controversia.

La película de Haggis aborda temas como el racismo, la discriminación y la violencia en Los Ángeles, pero recurre a clichés y situaciones forzadas para transmitir su mensaje, lo que le resta autenticidad.

La trampa de los guiones corales mal ejecutados: El formato de historias cruzadas puede ser efectivo, pero «Crash» no logra conectar sus tramas de manera orgánica y convincente. Las historias se sienten inconexas y algunos personajes carecen del desarrollo necesario para generar un verdadero impacto en el espectador.

Avatar (2009) – James Cameron

El problema de priorizar la tecnología sobre la narrativa: «Avatar» es un ejemplo de cómo la fascinación por la tecnología puede eclipsar las deficiencias del guión. La película prioriza la espectacularidad visual sobre la construcción de una historia sólida, personajes complejos y buenos diálogos.

Personajes poco desarrollados y diálogos flojos: A pesar de contar con un gran reparto, los personajes de «Avatar» caen en estereotipos y carecen de la profundidad necesaria para generar empatía en el espectador. Los diálogos, además de expositivos, resultan poco inspirados y olvidables.

El lado bueno de las cosas (2012) – David O. Russell

Tratamiento superficial de la enfermedad mental: Al igual que «Una mente maravillosa», la película, aunque aborda el trastorno bipolar, ha sido criticada por ofrecer una visión simplista y poco realista de la enfermedad. Se prioriza el tono ligero y la comedia romántica por encima de la representación fidedigna de la complejidad del trastorno bipolar.

Final feliz predecible y poco convincente: La resolución del conflicto entre los protagonistas, aunque optimista, resulta forzada y poco creíble para algunos, cayendo en clichés del género romántico. La transformación de los personajes y la superación de sus problemas pueden parecer demasiado fáciles y poco realistas dentro del contexto planteado.

A pesar de estas críticas, «El lado bueno de las cosas» fue un éxito de taquilla y recibió ocho nominaciones a los Premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y ganando el de Mejor Actriz para Jennifer Lawrence.

Argo (2012) – Ben Affleck

Libertad creativa que distorsiona la historia real: Si bien la película se basa en un evento real, se toma muchas licencias creativas para aumentar la tensión y el dramatismo, lo que resta veracidad a la representación de los hechos históricos.

Algunos críticos argumentan que la película simplifica la historia y exagera el papel de Estados Unidos en la resolución de la crisis de los rehenes en Irán.

Tensión artificial y falta de profundidad en los personajes: La película se centra en la acción, el suspenso y la resolución del plan de escape, dejando de lado el desarrollo de personajes complejos y la reflexión histórica más profunda. La tensión, aunque efectiva, puede resultar artificial en algunos momentos, y la falta de trasfondo de los personajes puede dificultar la empatía del público.

A pesar de estas críticas, «Argo» fue un éxito de taquilla y crítica, ganando tres Premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Guión Adaptado.

La ciudad de las estrellas (La La Land) (2016) – Damien Chazelle

Nostalgia edulcorada y falta de originalidad: La película rinde homenaje a los clásicos musicales de Hollywood con una estética cuidada y números musicales vibrantes, pero puede resultar predecible y carente de una voz propia para algunos.

La idealización del amor romántico y la nostalgia por una época dorada de Hollywood pueden resultar excesivas para cierto público.

Personajes clichés y falta de química: A pesar del talento de Emma Stone y Ryan Gosling, la química entre ellos no termina de cuajar del todo para algunos espectadores, y los personajes pueden caer en estereotipos del género musical romántico. La falta de profundidad en la construcción de los personajes puede dificultar la identificación del público con sus motivaciones y conflictos.

A pesar de estas críticas, «La La Land» fue un éxito de taquilla y crítica, recibiendo 14 nominaciones a los Premios Oscar, un récord que comparte con «Titanic» y «Eva al desnudo» (1950), y ganando seis estatuillas, incluyendo Mejor Director para Damien Chazelle y Mejor Actriz para Emma Stone.

La forma del agua (2017) – Guillermo del Toro

Metáforas obvias y falta de sutileza: La película utiliza la fantasía y la alegoría para abordar temas como el racismo, la discriminación y la exclusión social, pero lo hace de manera explícita y poco sutil para algunos críticos. La falta de sutileza en el mensaje puede restar fuerza a la historia y resultar demasiado obvia para cierto público.

Ritmo desigual y subtramas innecesarias: La trama principal, aunque original e imaginativa, se ve lastrada por subtramas que no aportan demasiado a la historia central y pueden restarle ritmo a la narración.

Algunos críticos señalan que la película podría haber sido más efectiva si se hubiera centrado en la relación entre Elisa y la criatura, explorando sus diferencias y la conexión que surge entre ellos.

A pesar de estas críticas, «La forma del agua» fue un éxito de taquilla y crítica, recibiendo 13 nominaciones a los Premios Oscar y ganando cuatro, incluyendo Mejor Película y Mejor Director para Guillermo del Toro.

Todo a la vez en todas partes (2022) – Dan Kwan, Daniel Scheinert, Daniels

Complejidad narrativa que puede abrumar: La película destaca por su originalidad al mezclar géneros, realidades y líneas temporales. Sin embargo, esta ambición narrativa puede resultar excesiva para algunos espectadores, generando una sobrecarga sensorial y dificultando el seguimiento de la trama principal.

La multiplicidad de elementos y la rapidez con la que se presentan pueden resultar confusos y desconectar al público de la historia central.

Desarrollo desigual de personajes: Si bien la familia Wang y su viaje por el multiverso son el corazón de la película, algunos personajes secundarios no gozan del mismo nivel de desarrollo.

Algunos críticos señalan que las motivaciones y arcos de transformación de estos personajes resultan confusos o poco convincentes, lo que dificulta la conexión emocional con la historia en su totalidad.

La película prioriza la acción y la espectacularidad visual, dejando en segundo plano la construcción de ciertos personajes.

A pesar de las críticas, «Todo a la vez en todas partes» obtuvo 7 Premios Oscar, incluyendo mejor película, guión y dirección.

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