El increíble making of de La Sociedad de la Nieve

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La épica supervivencia en la montaña retratada en “La Sociedad de la Nieve” (2023) no sería posible sin el increíble trabajo tras las cámaras. Descubre en este artículo los fascinantes secretos del making of que convirtieron la terrible tragedia real en una obra maestra del cine.

Sumérgete en los entresijos del rodaje: el meticuloso guión basado en hechos reales, la búsqueda del reparto ideal o la elección de localizaciones que recrean la crudeza del accidente. Conoce también la visión de J.A. Bayona como director y los impresionantes efectos visuales que trasladan al espectador a la montaña.

Todo ello aunado a un riguroso trabajo de vestuario, caracterización y maquillaje para revivir la época. Descubre ahora todos los secretos tras una película que ya es historia del cine.

Además, al final de este artículo también te recomendamos la mejor formación para embarcarte en la aventura del séptimo arte.

¡Comenzamos!

Una tragedia real convertida en obra maestra del cine

Basada en la terrible tragedia real del accidente aéreo de los Andes en 1972, “La Sociedad de la Nieve” ha conmovido al mundo por su cruda recreación de la lucha por la supervivencia.

La cinta dirigida por J.A. Bayona narra el calvario vivido por un equipo de rugby uruguayo tras estrellarse su avión cuando sobrevolaban la cordillera de los Andes. 72 angustiosos días enfrentándose al hambre, las avalanchas y las bajísimas temperaturas en la montaña.

La película muestra el lado más oscuro de la naturaleza humana, pero también su increíble instinto de supervivencia y capacidad de trabajo en equipo ante la adversidad. Tras perder toda esperanza, solo 16 personas lograron salir con vida.

El guion basado en los testimonios reales de los supervivientes refleja con crudeza la desesperación, las difíciles decisiones y los dilemas morales a los que se enfrentaron para sobrevivir en tan extremas condiciones.

Destaca el realismo con el que se recrean las terribles escenas del accidente, los intentos por encontrar ayuda, cómo hacen frente a las avalanchas o el impactante momento en el que toman la decisión de alimentarse de los cuerpos de sus compañeros fallecidos. Imágenes duras que transmiten la crudeza de la situación sin caer en un sensacionalismo gratuito.

Para conseguir la máxima verosimilitud, el equipo de rodaje se trasladó a los mismos Andes donde ocurrió el accidente. Un intricado trabajo de localización para acceder a parajes remotos con condiciones meteorológicas extremas. También fue decisiva la elección de jóvenes actores, en su mayoría desconocidos, que transmiten inocencia y vulnerabilidad.

Los impactantes efectos especiales, que recrean el accidente, las avalanchas o las terribles heridas, sumergen al espectador en la angustia del momento. Sin duda, un trabajo impecable de investigación, ambientación y puesta en escena para honrar a las víctimas y plasmar con sensibilidad los terribles hechos.

Nominada a los Oscar en 2024 y ganadora de numerosos galardones, la película se ha ganado ya un lugar entre las grandes obras del séptimo arte

Continúa leyendo y descubre ahora los detalles del rodaje de este épico drama.

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El meticuloso proceso de documentación y escritura del guion

El impresionante realismo de “La Sociedad de la Nieve” empieza con su respetuoso y meticuloso guion, fruto de meses de investigación y estrecha colaboración con los propios protagonistas de la tragedia.

Origen e inspiración

La película parte del libro «La Sociedad de la Nieve», escrito por Pablo Vierci en 2009. Esta obra aporta una perspectiva más profunda y espiritual de la tragedia, frente a los anteriores relatos centrados en los hechos. Vierci pudo entrevistar a los 16 supervivientes y a familiares de las víctimas, ofreciendo detalles y matices desconocidos hasta el momento.

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Diferencias con películas anteriores sobre el tema

El director J.A. Bayona busca alejarse del enfoque documental de “Supervivientes de los Andes” (1976) y también de la versión hollywoodense de “¡Viven!” (1993) protagonizada por Ethan Hawke.

A diferencia de esta última, más centrada en narrar la historia de forma lineal y en el plano físico, la película de Bayona pretende sumergir al espectador de lleno en la experiencia subjetiva y emocional de los accidentados.

Para ello, utiliza un estilo visual más inmersivo, que busca transmitir el frío, el hambre, la desesperación y el deterioro mental. También pone el foco en la transformación espiritual de los personajes, frente a la acción y el drama de “¡Viven!”

De esta forma, “La Sociedad de la Nieve” ofrece una perspectiva mucho más profunda, íntima y sensorial sobre este histórico caso de supervivencia.

Participación de Pablo Vierci y supervivientes

Para conseguir este impacto emocional, Bayona contó con la participación activa de Pablo Vierci y los propios supervivientes en el proceso creativo. Gracias a largas conversaciones y al rigor del libro, pudieron incorporar al guion infinidad de detalles precisos sobre los dramáticos acontecimientos y las motivaciones más íntimas de cada uno de los personajes.

El director buscaba encontrar «algo más» que aún no se había contado sobre la terrible odisea. Finalmente, se centró en reflejar el viaje emocional y espiritual de los jóvenes rugbiers obligados a enfrentarse a sus miedos más profundos, creencias y debilidades. Un arriesgado pero acertado punto de vista que aporta una nueva e impactante dimensión humana a esta icónica historia de supervivencia.

El meticuloso guion es la base que permite a la película capturar toda la crudeza de la tragedia y ofrecer al espectador una experiencia tremendamente conmovedora

La búsqueda del reparto ideal: el minucioso casting

Uno de los mayores retos de “La Sociedad de la Nieve” fue encontrar actores capaces de dar vida al diverso grupo de jóvenes jugadores de rugby uruguayos. Un casting minucioso fue clave para lograr un reparto orgánico y cercano a la realidad.

Perfil de los actores

Se buscaron intérpretes de origen uruguayo o argentino, para facilitar la recreación del acento rioplatense. La mayoría eran actores noveles o con poca experiencia previa, lo que aportaría frescura y naturalidad a la interpretación.

Destacan los protagonistas Enzo Vogrincic como Numa, el carismático líder, Matías Recalt en el papel de Roberto Canessa, el médico improvisado, y Agustín Pardella como Nando Parrado, pieza clave en la hazaña final.

Otros papeles relevantes son los de Felipe Camargo en su retrato del bondadoso Fito, Diego Ariel Vegezzi como el racional Antonio y Lucas Castillo en la piel del religioso Erick.

Proceso de selección

El director J.A. Bayona invirtió casi medio año en el exigente casting, con pruebas a cientos de candidatos. Contó con la supervisión de Pablo Vierci para garantizar el parecido físico y de personalidad con los verdaderos supervivientes.

También se buscaba una conexión especial entre los actores para transmitir la hermandad del equipo. Se organizaron sesiones conjuntas de improvisación para evaluar la química entre ellos.

Trabajo de acento y lenguaje

Para recrear de manera orgánica y realista el habla de los jóvenes uruguayos de 1972, los actores trabajaron a fondo con dialectólogos. También recibieron grabaciones de audio de Vierci y estudiaron modismos típicos del Río de la Plata de la época.

Gracias al meticuloso casting y al compromiso del reparto, la película consigue un gran realismo. El talentoso grupo de actores conecta emotivamente con el público y transmite con gran sensibilidad el calvario de los valientes supervivientes.

La elección de localizaciones que recrean la crudeza de la tragedia

Recrear de manera fidedigna la imponente cordillera de los Andes y las extremas condiciones a las que se enfrentaron los accidentados fue todo un reto que requirió una meticulosa elección de locaciones en España y Sudamérica.

Lugares de rodaje en España

Gran parte de la película se realizó en Sierra Nevada (Granada), en concreto, el rodaje tuvo lugar en Pradollano, la Hoya de la Mora, el cortijo La Argumosa o la Laguna de las Yeguas.

Además, se construyeron tres réplicas realistas del avión a escala real. Una de ellas fue ubicada a más de 3000 metros de altitud en un complejo traslado con helicóptero que permitió filmar escenas de la tragedia en condiciones de frío y viento extremos.

Localizaciones en Sudamérica

Para las secuencias aéreas, se sobrevolaron durante semanas los Andes patagónicos en Argentina y Chile buscando la máxima similitud geográfica con la zona del accidente. También se capturaron tomas desde tierra en pasos entre glaciares y montañas para completar la documentación.

Retos extremos durante la filmación

El director de fotografía Pedro Luque y el supervisor de efectos visuales Félix Bergés viajaron a la misma cordillera de los Andes para recopilar imágenes desde los mismos ángulos que vivieron los expedicionarios hace 50 años. Un complejo trabajo para recrear digitalmente el imponente, pero desolado entorno nevado.

Las duras condiciones meteorológicas en los rodajes de montaña supusieron todo un reto, solventado con la ayuda de expertos como el director noruego Eivind Holmboe. Para las escenas más comprometidas se utilizaron dobles y se tomaron estrictas medidas de seguridad.

En un hangar en Sierra Nevada se ubicó otra réplica del avión con enormes pantallas LED al fondo reproduciendo el paisaje andino tomado in situ para lograr un impresionante realismo.
Así, gracias al ingenio del equipo y al rigor en la elección de locaciones tanto en España como Sudamérica, la película consiguió recrear de forma fidedigna el ambiente hostil al que se enfrentaron los jóvenes uruguayos.

Así, gracias al ingenio del equipo y al rigor en la elección de locaciones tanto en España como Sudamérica, la película consiguió recrear de forma fidedigna el ambiente hostil al que se enfrentaron los jóvenes uruguayos.

Efectos visuales que trasladan al espectador a la montaña

Los efectos visuales fueron cruciales para recrear digitalmente la geografía andina y momentos clave como el accidente aéreo o el rescate. Se utilizaron sofisticadas técnicas para lograr un realismo asombroso.

Técnicas utilizadas

Se combinaron imágenes reales filmadas en los Andes con técnicas digitales para reconstruir el escenario montañoso. Se utilizó fotogrametría, escaneo láser 3D y drones para capturar texturas y modelos tridimensionales del terreno.

El supervisor Félix Bergés lideró un equipo de 70 artistas VFX de la productora El Ranchito, compuesto por especialistas en paisajes de montaña y nieve. Trabajaron durante más de un año para completar 1.400 tomas con efectos.

Fondos y entornos digitales

A partir de los datos del rodaje en los Andes, el equipo de Bergés recreó digitalmente los riscos, nieves y glaciares que rodearon a los accidentados durante más de dos meses.

También se generaron complejos fondos que se integraban con las filmaciones en España para situar a los actores en plena cordillera. Así se conseguía un realismo asombroso.

Escenas más complejas

La secuencia del impactante accidente aéreo requirió complejos efectos de humo, fuego, chispas y dinámica destructiva del avión. También se añadieron aludes digitales.

Para el rescate se recreó un detallado modelo 3D animado del helicóptero, integrado mediante técnicas como rotoscopia con los actores y el entorno nevado.

Así, gracias a un virtuoso trabajo conjunto entre rodaje real y efectos, “La Sociedad de la Nieve” consiguió situar al espectador en la inhóspita pero magnífica cordillera andina, compartiendo el calvario y la esperanza de los jóvenes uruguayos.

El vestuario y caracterización: Investigación y rigor histórico

Para lograr la máxima autenticidad, el equipo de caracterización realizó una exhaustiva investigación sobre la moda y estética de la época en Uruguay a principios de los 70. Estudiaron fotografías, vídeos de archivo y consultaron a supervivientes para capturar cada detalle.

Trabajando con los propios supervivientes, el equipo de vestuario, liderado por Julio Suarez, recreó con total precisión cada prenda, desde los uniformes del equipo de rugby hasta los abrigos y mochilas rojas, revistiéndolas de enorme simbolismo.

También se cuidó la selección de los vaqueros, ya que fue en la década de los 70 cuando los pantalones tejanos experimentaron una auténtica revolución.

Evolución física de los personajes.

Uno de los mayores retos fue reflejar la drástica transformación física tras semanas en condiciones extremas. Los actores perdieron peso de forma controlada para representar los diferentes estadios de desnutrición.

El maquillaje de David Martí y Montse Ribé, nominado al Oscar, fue clave para mostrar la palidez, quemaduras, costras y heridas abiertas que delataban su lucha. Un trabajo minucioso que requirió numerosas pruebas para lograr un resultado impactante pero realista.

Maquillaje y peinados de la época.

En contraste con su aspecto demacrado en la cordillera, las primeras escenas muestran a los jóvenes con los peinados y maquillaje de la moda uruguaya de entonces. Recrear esos looks con productos actuales requirió un trabajo concienzudo que contribuyó a transportar al espectador a esa Buenos Aires de 1972.

Fruto de una meticulosa labor de documentación e innumerables pruebas, el vestuario (Premio Goya) y caracterización de la película lograron trasladar al espectador al Uruguay de principios de los 70

Anécdotas y detalles

En el making of de “La Sociedad de la Nieve”, hay varios detalles y anécdotas que reflejan la participación activa de los supervivientes en la creación de la película, así como las dificultades surgidas durante el rodaje.

Uso de nieve falsa

A pesar de rodarse en Sierra Nevada durante la primavera, la falta de nieve natural fue compensada utilizando una mezcla de polímero y celulosa. Esta nieve falsa se utilizó en conjunto con nieve real en los planos cercanos, como en la escena de la avalancha, para mantener la autenticidad visual.

Los efectos especiales, junto con las bajas temperaturas, hicieron que los actores experimentaran un frío intenso, lo cual ayudó a generar reacciones más realistas frente a la cámara.

Dieta durante el rodaje

El equipo médico consiguió adelgazar saludablemente a unos actores que aguantaron estoicamente una de las dietas más restrictivas de la historia del cine, lo que resultó en una pérdida de peso significativa, para algunos, de más de 20 kilos. Esta decisión fue tomada para reflejar las duras condiciones que a las que se enfrentaron los verdaderos protagonistas de la historia, aunque de manera menos extrema.

Un momento filosófico con un cigarrillo

En una de las escenas más profundas de la película, el personaje Fernando Contigiani, interpretado por Arturo Nogueira, comparte un momento de introspección con Enzo Vogrincic (Numa Turcatti), reflexionando sobre la existencia de Dios en un contexto tan brutal como el de la supervivencia en la montaña. Para esta escena, Bayona aconsejó a Nogueira a pensar que el cigarrillo simbolizaba la esencia misma de Dios, un toque metafórico que añade profundidad a la escena.

Presencia de los supervivientes

La producción contó con la participación activa de algunos de los verdaderos supervivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea de Uruguay, como Roberto Canessa, Nando Parrado y Carlitos Páez. Su involucración, no solo en la promoción sino también apareciendo junto a los actores que los representaban en la película, proporcionó un nivel de autenticidad y respeto por la historia real.

Una despedida emotiva

La película también sirvió como tributo a José Luis ‘Coche’ Inciarte, uno de los sobrevivientes, quien lamentablemente falleció semanas antes del estreno. Pero tuvo la suerte de poder ver la cinta en julio de 2023, meses antes de su lanzamiento en cines. Este gesto refleja el profundo vínculo emocional entre la historia narrada y quienes la protagonizaron.

Estas anécdotas y curiosidades subrayan no solo la complejidad del proceso de producción de “La Sociedad de la Nieve” sino también el empeño de Bayona por preservar la esencia y la autenticidad de una historia tan conmovedora y dramática.

Conclusión y consejos formativos

«La Sociedad de la Nieve» narra la impresionante historia de un grupo de jóvenes uruguayos que sobrevivieron 72 días en los Andes tras un accidente aéreo. Pasaron hambre, frío, miedo… pero nunca perdieron la esperanza.

La realización de esta película fue todo un reto tanto técnico como humano. El equipo tuvo que viajar a los mismos Andes donde ocurrió todo para reproducir lo vivido de la forma más realista posible. Contar con el testimonio de los propios protagonistas fue clave para sumergir al espectador de lleno en la experiencia subjetiva y emocional de los accidentados.

La cinta es un magnífico homenaje a la fuerza del espíritu humano. Una historia que nos invita a reflexionar sobre lo realmente importante y la capacidad del ser humano para no rendirse ante las adversidades.

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Bibliografía:

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