¿Qué certificaciones de Adobe son más importantes y cómo conseguirlas si me quiero dedicar al audiovisual?

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Si te quieres dedicar al audiovisual y necesitas que tu perfil destaque un poco entre la multitud, la pregunta del millón es siempre la misma: ¿merece la pena sacarse las certificaciones de Adobe? Y si es así, ¿por dónde empiezo?

La respuesta rápida es esta: céntrate primero en las certificaciones de Adobe Premiere Pro y After Effects. Son, sin duda, el pan de cada día en casi cualquier trabajo de edición o de gráficos en movimiento. Luego, si te toca mucho el sonido, súmale la de Audition; si vas a estar todo el día haciendo miniaturas para YouTube o retocando imágenes, la de Photoshop te vendrá de perlas; y si lo tuyo es crear logos o gráficos que no se pixelen nunca, entonces Illustrator.

Empieza por el nivel llamado Adobe Certified Professional (ACP), ten a mano un porfolio con proyectos que demuestren lo que sabes hacer y márcate un plan realista de 6 a 8 semanas. Porque, al final, esto no va solo de tener un título colgado en la pared. Va de demostrar que sabes cómo funciona esto, que eres una persona resolutiva y que se puede confiar en ti.

Ahora, si tienes un rato, te lo explico todo con más calma y sin tecnicismos raros.

¿Por qué una certificación de Adobe te puede abrir puertas?

Piénsalo así: cuando un estudio o una productora busca a alguien, lo que quieren es seguridad. Quieren saber que puedes empezar a trabajar mañana mismo sin que tengan que explicarte lo básico y, sobre todo, que cumplirás con las fechas de entrega. Una certificación oficial de Adobe, aunque no hace milagros, le dice a esa persona que, como mínimo, sabes manejar el programa a nivel profesional y que tienes un método de trabajo ordenado. Es un empujón, especialmente si estás empezando, si vienes de otro campo o si quieres dar el salto a proyectos más serios.

Además, en el mundo audiovisual, casi siempre se trabaja en equipo. Y la verdad es que saber compartir un proyecto sin cargártelo, respetar las normas del equipo y mantener los archivos en orden es casi tan importante como tener buen ojo para el montaje. Preparar el examen para lograr una certificación te obliga, quieras o no, a coger esas buenas costumbres.

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Las certificaciones que más te van a pedir: elige el «pack» que más te convenga

No te vuelvas loco intentando sacártelas todas. Piensa en qué tipo de profesional quieres ser y elige tu «pack».

  1. Montaje y contar historias: Adobe Premiere Pro (imprescindible)
    Premiere es el centro de todo. Es el programa donde pasas la mayor parte del tiempo. Con esta certificación dejas claro que sabes organizar el material, editar con agilidad, trabajar con proxies para que el ordenador no explote, hacer una mezcla de audio básica, usar plantillas de texto, corregir el color y exportar para cada red social sin liarla. Si solo te vas a sacar una, que sea esta.
  2. Gráficos y efectos: Adobe After Effects (muy, muy recomendable)
    Si quieres animar textos, crear rótulos, transiciones chulas o añadir efectos, esta es la tuya. Con ella demuestras que sabes cómo organizar las precomposiciones (que es clave para no tener un caos), usar máscaras, hacer seguimientos de movimiento, entender el espacio 2D y 3D y, fundamental, optimizar los proyectos para que el render no tarde una eternidad.
  3. Sonido para vídeo: Adobe Audition (un plus si te gusta el audio)
    Esta es para los que, además de editar vídeo, se encargan de limpiar diálogos, quitar ruidos de fondo, equilibrar la música y entregar el sonido por pistas. No es obligatoria para ser editor, pero te da muchísimos puntos en productoras pequeñas, donde a menudo una sola persona hace de todo.
  4. Imágenes para redes y carteles: Adobe Photoshop (súper práctica)
    Aunque no seas diseñador, te aseguro que vas a usar Photoshop casi a diario. Para crear la miniatura del vídeo de YouTube, para adaptar un cartel a formato Instagram, para hacer un retoque rápido… Muchos editores lo tienen abierto constantemente. La certificación demuestra que sabes moverte entre vídeo e imagen sin problemas.
  5. Logos y vectores: Adobe Illustrator (si te va el diseño)
    Esta es más para perfiles que rozan el diseño gráfico o el motion graphics con una estética muy limpia. Sirve para crear logos, iconos y elementos que luego animarás en After Effects.

En resumen: Premiere Pro y After Effects son la base. A partir de ahí, añade Audition o Photoshop dependiendo de lo que más hagas en tu día a día.

¿Y cómo se llaman estos títulos? Que no te líen

Por suerte, Adobe ha simplificado bastante el tema de los nombres. Quédate con esto:

  • Adobe Certified Professional (ACP): Este es el que te interesa. Es el nivel estándar para profesionales creativos y demuestra que sabes usar el programa en situaciones del mundo real. Es perfecto para entrar en el mercado laboral o para darle un sello oficial a la experiencia que ya tienes.
  • Adobe Certified Expert (ACE): Este es un nivel superior, más orientado a gente que ya lleva mucho tiempo, que controla muchísimo y que quizás se dedica a dar formación o a liderar equipos de postproducción. Si en el futuro quieres llegar a ese nivel, puede ser tu siguiente objetivo, pero para empezar y para la gran mayoría de trabajos, con el ACP de Premiere y After vas más que sobrado.

Mi consejo personal: empieza por la ACP de Premiere Pro. Es la que te dará un retorno más inmediato en tu trabajo diario y te enseñará procesos que son súper útiles desde el primer día.

¿Y en el examen qué cae?

Olvídate de memorizar menús. Lo que buscan es ver si te desenvuelves como lo harías en un día de trabajo normal, con sus problemas y sus prisas. Lo que suele entrar es esto, pero te lo explico con ejemplos:

  • Organización, la madre de todas las batallas: No te van a decir «crea una carpeta». Te darán un montón de archivos desordenados y te pedirán que montes una estructura de proyecto lógica. O te darán un proyecto con clips desvinculados y tendrás que usar el panel de «Vincular medios» para encontrarlos y que todo vuelva a funcionar.
  • Edición fina, no solo cortar y pegar: No te pedirán solo que cortes un clip. Te pondrán en una situación donde tienes que hacer un corte en J o en L para que el diálogo de una persona empiece a sonar mientras todavía vemos la reacción de la otra. O te pedirán que uses la herramienta de «deslizar» para cambiar la parte de un clip que se ve, sin alterar su duración en el timeline. Son esas pequeñas técnicas las que marcan la diferencia.
  • Audio limpio y equilibrado: Te darán un clip con un diálogo que apenas se oye y una música que está altísima. Tendrás que usar el panel de Sonido Esencial para etiquetar cada pista (diálogo, música, efectos) y aplicar ajustes automáticos o manuales para que la mezcla sea profesional.
  • Color con criterio, no con filtros de Instagram: Te pondrán un clip grabado con un balance de blancos horrible (demasiado azul o naranja) y tendrás que usar el cuentagotas de Lumetri y los visores (el vectorscopio, la forma de onda) para dejar los tonos de piel naturales. No se trata de ponerlo «bonito», se trata de ponerlo «correcto».
  • Gráficos que funcionan y son prácticos: Te pedirán que insertes una plantilla de rótulo (un MOGRT) y que modifiques el texto y los colores desde el panel de Gráficos Esenciales de Premiere, demostrando que sabes trabajar con plantillas de forma eficiente.
  • Exportar sin dramas y entendiendo el porqué: No te dirán «exporta para YouTube». Te dirán: «Necesitamos una versión para el cliente en alta calidad pero que no pese demasiado, una para Instagram Stories y otra con fondo transparente para que otro departamento la use». Y tú tendrás que saber elegir el códec (H.264, ProRes 4444 con alfa…), el contenedor y los ajustes de bitrate adecuados para cada caso.
  • Que los programas se hablen entre sí: Un clásico es: «Este clip necesita una estabilización más avanzada. Envíalo a After Effects usando el Dynamic Link, aplica el efecto y vuelve a Premiere sin necesidad de crear un nuevo archivo de vídeo».
  • Que el ordenador no sufra (y tú tampoco): Te pondrán a trabajar con archivos 8K y te pedirán que crees proxies de baja resolución para poder editar con fluidez, demostrando que entiendes cómo optimizar el rendimiento.

Requisitos, precios y la parte aburrida pero necesaria

Antes de lanzarte a por tu certificación Adobe, estos son los detalles administrativos que debes conocer:

  • Inscripción: Se hace a través de las empresas que colaboran con Adobe (Certiport es la más común). Puedes elegir hacer el examen online desde casa (con alguien vigilándote por la cámara, sí, es un poco raro al principio) o en un centro físico autorizado.
  • Duración: Suele ser entre 50 y 120 minutos, dependiendo del examen. Tiempo más que suficiente si has practicado.
  • Formato: Una mezcla de preguntas tipo test y, lo más interesante, pequeños ejercicios prácticos dentro de una simulación del programa. Esto es genial porque realmente evalúa si sabes hacer las cosas.
  • Precio: Varía según el país y el proveedor, pero calcula alrededor de los 150 euros por certificado. A veces hay packs que incluyen el curso y el examen, o descuentos si necesitas un segundo intento.
  • Validez: Las certificaciones están ligadas a las versiones del software. No caducan como un yogur, pero se entiende que conviene renovarlas cada tres años o, como mínimo, mantener tu porfolio muy actualizado para demostrar que sigues al día de las novedades.

Un plan de ataque realista en 8 semanas (para no morir en el intento)

Aquí te dejo una idea para organizarte, pensando en sacarte la de Premiere y sentar las bases de After.

  • Semana 1-2: Orden, importación y edición básica. Tu objetivo esta semana es que al final puedas coger 20 clips de distintas fuentes y tenerlos organizados en carpetas, con proxies creados y un primer montaje de 2 minutos en el timeline. Céntrate en la agilidad: aprende y personaliza los atajos de teclado para cortar, mover y ajustar clips.
  • Semana 3-4: Audio y color. Busca un clip con un audio terrible y llévalo a Audition (ida y vuelta) para limpiarlo. Luego, en Premiere, practica con el panel de Sonido Esencial. Para el color, coge un clip con un balance de blancos horrible y arréglalo usando los visores. Intenta darle un «look» cinematográfico sutil usando las curvas y las ruedas de Lumetri. Guarda ese ajuste como un preset.
  • Semana 5-6: After Effects, gráficos y Dynamic Link. Ahora toca la parte divertida. Abre After Effects y crea una animación de texto sencilla pero elegante. Juega con las curvas de velocidad. Luego, crea un rótulo (un tercio inferior) y expórtalo como un MOGRT para usarlo en Premiere. Practica el Dynamic Link enviando un clip de Premiere a After para añadirle un efecto y ver cómo se actualiza en tiempo real.
  • Semana 7: Simulacros y puntos débiles. Es la hora de la verdad. Busca exámenes de prueba online y hazlos con un cronómetro. Sé sincero contigo mismo. ¿Dónde fallas? ¿En los formatos de exportación? ¿En la organización? Dedica la semana a reforzar esas áreas. Grábate un vídeo a ti mismo explicando los conceptos que peor llevas.
  • Semana 8: Repaso, calma y examen. Baja el ritmo. No intentes aprender nada nuevo. Haz repasos cortos, revisa tus notas, asegúrate de que duermes bien. Prepara todo lo necesario para el día del examen (tu DNI, una conexión a internet estable, un espacio tranquilo…). Confía en el trabajo que has hecho.

¿Y si ya tengo experiencia, pero no tengo el título?

Esta es una pregunta muy común. Si ya llevas años trabajando como editor, ¿te sirve de algo? La respuesta es sí. La certificación te sirve para dos cosas: para estandarizar y poner en orden tu propio método de trabajo (seguro que hay cosas que haces por costumbre y que se pueden optimizar) y para tener un sello reconocido que te puede abrir puertas en empresas más grandes o con clientes internacionales que no conocen tu trabajo previo.

Lo que yo haría en tu lugar es descargarme la guía de objetivos del examen y hacer un ejercicio de autoevaluación: ¿qué controlo de sobra?, ¿en qué me defiendo, pero podría mejorar?, ¿y qué es eso que no he usado en mi vida? Te sorprenderá ver que siempre hay áreas de mejora. Mucha gente con experiencia se lo prepara en 2 o 3 semanas intensivas y lo aprueba sin problema.

Conclusión y consejos formativos

En definitiva, seamos sinceros, las certificaciones de Adobe no van a sustituir el talento, la creatividad, la intuición o el buen gusto. Esas son cualidades que se logran con la experiencia y la curiosidad. Sin embargo, son una herramienta fantástica, una forma de demostrar de manera rápida y objetiva que eres un profesional serio, que hablas el mismo idioma que las productoras y que sabes trabajar de una forma eficiente y ordenada.

Premiere Pro y After Effects son la pareja ganadora, la base sobre la que puedes construir casi cualquier perfil audiovisual. Con un plan de estudio bien montado y un par de proyectos en tu porfolio que demuestren lo que vales, no solo conseguirás un certificado, sino una forma de trabajar que te hará la vida mucho más fácil y te abrirá puertas que ahora mismo quizás estén cerradas.

La verdad es que prepararlo todo por tu cuenta puede ser un camino solitario y, a veces, un poco lioso. Si prefieres tener una guía clara, un temario estructurado y que alguien te acompañe en el proceso para resolver dudas, hay formaciones muy buenas pensadas justo para esto. Por ejemplo, los cursos de Treintaycinco mm están diseñados para cubrir todo el temario oficial y llevarte de la mano hasta el día del examen. Puede ser una ayuda tremenda para ir sobre seguro, ahorrar tiempo y, sobre todo, para no perder la motivación por el camino.

Fuentes y recursos de información

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