Los fundidos mal hechos pueden destrozar el ritmo de tu vídeo. Estas transiciones que parecen tan simples, actúan como la espina dorsal de cualquier montaje. Cuando fallan, todo el trabajo se viene abajo, por muy bien resuelta que esté el resto de la edición. Controlar los fundidos no es tan complicado si conoces los tropiezos típicos y sus soluciones.
A continuación, te presentamos los 10 errores más habituales en los fundidos y las claves para solucionarlos, con ejemplos y consejos para que mejore la calidad de tus vídeos de inmediato.
¡Comenzamos!
Los 10 errores más habituales en los fundidos y las claves para solucionarlos
Estos son los 10 fallos que más vemos en los fundidos y cómo corregirlos. Apunta, porque seguro has cometido más de uno:
1. Un fundido demasiado corto
El error: Usar fundidos tan breves que ni se notan, creando más bien cortes bruscos en vez de transiciones suaves.
Por qué ocurre: Muchos editores piensan que “rápido es mejor” o no se dan cuenta de lo importante que es la duración. Si usas 5-10 fotogramas (menos de medio segundo) el ojo apenas tiene tiempo de enterarse del cambio.
Consecuencia: Quien ve el video nota que algo “salta”, como un tirón en la imagen, o piensa que hay algún fallo técnico, aunque no sepa bien qué pasa. Un fundido demasiado corto despista, distrae o parece un error de edición.
Solución:
- Dale tiempo al ojo. Un fundido debe durar lo suficiente para ser percibido, pero sin hacerse pesado.
- Principales fundidos (a negro o blanco, para inicios, finales o grandes cambios): usa entre 1 y 3 segundos (24-72 fotogramas a 24fps), según lo que quieras transmitir.
- Disolvencias más ligeras (dentro de la misma escena): 15-30 fotogramas (de 0,6 a 1,25 segundos) consigues que fluya sin perder claridad.
- Un truco: Mira la transición varias veces. Si ni la ves o te resulta molesta, dale más duración hasta que encaje bien.
¿Sabías que Hitchcock metía fundidos a negro bastante largos en «Psicosis» para que sintieras ese vacío y shock? Al jugar con la duración, estás jugando con el tiempo y lo que siente el espectador.
Curso de Edición y Postproducción de Vídeo
2. Desconexión entre imagen y sonido
El error: El vídeo hace un fundido perfecto, pero el audio se corta en seco, o sigue ahí sin corresponder con lo que ves, creando una sensación rara y desconectada.
Por qué ocurre: El editor se centra solo en la imagen se olvida de que el sonido es parte fundamental de lo que estamos contando. Muchas veces el audio se queda sin tocar, pero el cerebro lo nota.
Consecuencia: Cuando imagen y sonido van cada uno por su lado, se rompe la magia y el montaje parece de aficionado, por muy bien que hayas trabajado el resto.
Solución:
- Enlaza siempre audio e imagen. Cualquier programa de edición decente te permite vincular las pistas para que vayan a la par.
- Pon un fade out (fundido de salida) al audio, igualando la duración y ritmo del fundido de vídeo.
- Ajusta la curva de atenuación: usa una curva suave (ease in/ease out) para evitar cortes bruscos.
- Consejo: Escúchalo con cascos y con altavoces, que a veces suena distinto.
En el cine mudo, los músicos tenían que improvisar los fundidos de sonido mirando la pantalla. Hoy en día, la sincro perfecta es básica en cualquier producción decente.
3. Meter fundidos a lo loco
El error: Meter fundidos a lo loco, entre planos, simplemente porque queda bien, sin pensar si aportan algo o no.
Por qué ocurre: Nos pasamos con los efectos por entusiasmo, porque está de moda o porque no sabemos bien para qué sirven. Un fundido sin motivo es como un adorno inútil.
Consecuencia: El que ve el vídeo acaba confundido o desconecta, porque los fundidos pierden su pegada cuando no tienen razón de ser, y el ritmo desaparece.
Solución:
- Pregúntate siempre “¿por qué aquí?” Piensa qué quieres contar con él antes de darle al botón.
- Algunos significados básicos:
- Fundido a negro: salto grande de tiempo, final, desmayo, o golpe dramático.
- Fundido desde negro: inicio, despertar, revelación.
- Disolvencia cruzada: salto sutil, cambio de locación, conexión de ideas, ambiente onírico.
- Fundido a blanco: sobreexposición, recuerdos, flashforward.
- Ten en cuenta: El corte seco funciona mejor cuando la acción sigue o el ritmo tiene que ser rápido.
- No te pases: Usa fundidos solo cuando aporten algo.
George Lucas usó disolvencias cruzadas en Star Wars para que homenajear a los seriales antiguos de los 30 y 40
4. Problemas técnicos en la imagen
El error: En escenas muy oscuras, muy claras o con poco detalle, el fundido se pone a dar saltos o a parpadear y queda fatal, sobre todo si trabajas con vídeo comprimido o de mala calidad.
Por qué ocurre: Los programas de compresión se hacen un lío con los degradados suaves y empiezan a crear bandas y artefactos raros, especialmente en cielos, paredes o fondos lisos.
Consecuencia: El espectador nota que algo no va bien, como si la imagen diera brincos o pestañeara, y se va al traste toda la gracia de la transición.
Solución:
- Trabaja con material de alta calidad (alto bitrate, poca compresión), sobre todo en las escenas que sabes que son delicadas.
- Toca la curva del fundido. Olvídate de los fundidos lineales; mejor con «ease in/ease out» para que la entrada y salida sean más suaves.
- Truco: Si el salto se ve mucho, mete 1-2 fotogramas negros al principio o final del fundido para amortiguar.
- Fundido a color: A veces fundir a un color oscuro o azulado puede disimular los fallos y suaviza la transición.
- Consejo: Haz pruebas exportando en diferentes códecs y profundidades de color.
Antes de la era digital, los fundidos se hacían exponiendo el fotograma a la luz en el laboratorio.
5. Mezclar fundidos sin sentido
El error: Mezclar fundidos a negro, disolvencias rápidas, fundidos a blanco y efectos raros sin ton ni son, sin que sigan una lógica visual o narrativa, liando al espectador.
Por qué ocurre: No has definido un ‘lenguaje visual’ para tu vídeo, o has ido copiando estilos de aquí y de allá sin integrarlos, y se pierde toda la unidad estética.
Consecuencia: Parece que tu montaje lo han hecho tres personas distintas, o transmite un desorden visual y falta de profesionalidad que se carga el impacto de la historia.
Solución:
- Marca tus propias reglas antes de empezar:
- ¿Qué tipo de fundido usarás para cambios de tiempo?
- ¿Qué transición usarás para cambios pequeños?
- ¿Vas a reservar algún fundido especial para momentos concretos?
- Aplica estas normas en todo el vídeo.
- O te olvides del corte limpio: úsalo como transición principal y deja los fundidos para momentos que lo pidan.
- Guía de estilo: Si trabajas en equipo, anota estas reglas para que todos sigáis el mismo estilo.
Wes Anderson es famoso por su estilo visual, incluyendo cómo usa las transiciones. Definir tu estilo comienza por estas decisiones.
6. El fundido no sigue el ritmo
El error: Meter una disolvencia lentísima en medio de un montaje acelerado, o un fundido brusco en una secuencia pausada, rompiendo todo el pulso emocional y narrativo.
Por qué ocurre: No ajustas la velocidad y el tipo de fundido al tempo y emoción de lo que estás contando. Vas poniendo transiciones estándar sin fijarte en el contexto.
Consecuencia: El espectador nota un frenazo o un salto que le saca de la historia, y pierde toda conexión emocional con la escena.
Solución:
- Escucha la música o el pulso emocional de la secuencia, deja que el ritmo te diga qué transición poner.
- Ajusta la duración:
- En secuencias de acción o ritmo alto: fundidos cortitos (15-20 fotogramas) o cortes limpios.
- En secuencias lentas: fundidos largos (2-4 segundos) permiten respirar y profundizar en la emoción.
- Juega con curvas personalizadas: Un fundido que empieza despacio, luego acelera y acaba suave puede funcionar en ciertos momentos emotivos.
- Prueba con y sin sonido: Tiene que funcionar en ambos casos.
- Consejo: No pasa nada por probar varias duraciones hasta dar con la buena.
Fíjate en Wong Kar-wai en ‘Deseando Amar’ (2000), que juega con la velocidad de las disolvencias para modificar cómo percibes el tiempo y las emociones.
7. Fundido técnicamente pobre
El error: El fundido se llena de bandas de color, se pixela o los degradados quedan a saltos, mostrando problemas técnicos que afean la imagen y distraen a quien mira.
Por qué ocurre: Estás trabajando con ajustes técnicos inadecuados, poca profundidad de color o configuraciones de exportación flojas, y la calidad de imagen se resiente.
Consecuencia: El espectador nota que algo ‘no cuadra’, aunque igual no sabe decir exactamente qué, y baja la calidad de todo el vídeo.
Solución:
- Edita siempre en 10 bits siempre que puedas. Los degradados salen mucho más suaves.
- Trabaja en espacios de color amplios como Rec.709 o P3.
- Usa códecs intermedios de alta calidad (ProRes, DNxHR), y evita los comprimidos tipo H.264 o H.265.
- Exporta con bitrate (tasa de bits) generoso: Para online, mínimo 15-20 Mbps para 1080p.
- Un truquillo: Si ves bandas en los fundidos a negro, mete un poquito de ruido (1-2%) para disimularlas.
¿Sabías que Netflix tiene unas normas técnicas superestrictas para que las transiciones queden perfectas en cualquier aparato?
8. El fundido muestra problemas de continuidad
El error: Durante la disolvencia se ven todos los gazapos de continuidad: objetos que cambian, iluminación diferente, raccord roto.
Por qué ocurre: Piensas que el fundido va a ‘tapar’ los problemas, pero a veces los hace más obvios porque se ven las dos imágenes a la vez durante un buen rato.
Consecuencia: El espectador se distrae, pierde el hilo o ve fallos que con un corte seco ni notaría.
Solución:
- Planifica si vas a usar fundidos, piensa en la continuidad desde el rodaje y cuida los detalles.
- Compara los últimos fotogramas del primer plano con los primeros del segundo antes de aplicar el fundido.
- Ajusta los puntos de corte para que los elementos que dan problemas no coincidan.
- Truco avanzado: Usa máscaras o ajusta la opacidad por zonas para fundir unas partes antes que otras.
- Si la continuidad es un desastre: Mete un fundido a negro entre los dos planos para separarlos en el tiempo.
David Lean, en “Lawrence de Arabia”, planificaba las disolvencias para que los elementos visuales encajaran perfectamente, consiguiendo transiciones que parecían magia.
9. El fundido sin lógica
El error: Usar un fundido a negro superdramático así porque sí, o meter una disolvencia especial en un momento cualquiera, sin que siga ningún patrón ni tenga lógica.
Por qué ocurre: No has integrado el fundido en el vocabulario visual de tu vídeo, y lo usas como un truco suelto.
Consecuencia: El espectador no pilla el significado del cambio, o siente que la transición está ahí como un pegote, y pierde toda la fuerza e impacto emocional.
Solución:
- Crea tu sistema de transiciones: Dale un significado concreto a cada tipo de fundido que uses.
- Prepara al espectador: Deja claro qué significa cada transición la primera vez; así, cuando la repitas, ya sabrá a qué viene.
- Usa simetría: Si empiezas con un fundido desde negro, cierra con uno parecido.
- Apunta tus decisiones para no liarte y mantener la coherencia.
Échale un ojo a ‘Memento’ de Nolan, que usó dos tipos de transiciones para que el espectador supiera orientarse en esa historia tan enrevesada.
10. Fundido con falta de personalidad
El error: Usar solo los fundidos que vienen por defecto en el programa, sin darles tu toque personal.
Por qué ocurre: O no conoces todo lo que pueden dar de sí las transiciones o te da miedo probar cosas nuevas, y pierdes la oportunidad de darle un toque único.
Consecuencia: Tu vídeo pasa sin pena ni gloria, aunque técnicamente esté bien, y tu estilo como creador se queda en nada.
Solución:
- Atrévete y experimenta:
- Mete algo de desenfoque, movimiento o grano mientras haces la transición.
- Prueba con máscaras para ir descubriendo la imagen de formas diferentes.
- Haz fundidos con luz, destellos o efectos que parezcan naturales.
- Ajusta las curvas a tu gusto, no uses solo lo predeterminado.
- Inspírate en lo analógico: copia esas imperfecciones como los quemados o viñeteados.
- Recuerda: La mejor transición personalizada potencia la emoción sin llamar la atención.
Directores como Jean-Pierre Jeunet o Wes Anderson han hecho de sus transiciones parte de su sello personal.
Evita errores en los fundidos, ¡el truco final!
Como has podido comprobar a lo largo de nuestro artículo, evitar errores en los fundidos no es solo una cuestión técnica, sino de entender el lenguaje del cine y el vídeo. Cada fundido debe tener un porqué, un ritmo y una ejecución que busque provocar algo concreto. Cuando controlas los fundidos, pasas de ser alguien que simplemente junta trocitos de vídeo a contar historias de verdad.
Para mejorar tus fundidos, lo mejor es practicar, fijarte en las pelis o vídeos que te gustan y desarrollar ese ojo técnico y artístico. Cuando ya ni piensas en la técnica y solo queda lo que quieres transmitir, es que lo has pillado.
¿Quieres ir más allá? El Curso de Edición y Postproducción de Vídeo de Treintaycinco mm te ayuda a:
- A detectar y corregir fallos nada más verlos.
- A sentir el ritmo narrativo y saber cuándo poner un fundido o un corte para que tu historia funcione mejor.
- A resolver problemas técnicos de imagen, color y sonido.
- A desarrollar tu propio estilo con la ayuda de profesionales en activo que llevan años en esto y te puede inspirar.
- A trabajar en proyectos reales.
No dejes que unos fundidos mal hechos estropeen tus historias.
Fuentes y recursos de información
Comprobamos el contenido y la veracidad del conocimiento presentado en este artículo a través de nuestro proceso editoria y de verificación de la información, para asegurarnos de que sea preciso y confiable.
Conoce el proceso editorialBibliografía
- Hernández, P. (2025, 7 agosto). Cómo fundir y desvanecer clips de vídeo. Wondershare. https://filmora.wondershare.es/screen-recording-tips/how-to-fade-in-fade-out-video.html
- (S/f). Adobe.com. Recuperado el 17 de septiembre de 2025, de https://helpx.adobe.com/es/premiere-pro/using/audio-transitions.html
- Rodriguez, X. (2024, 4 noviembre). Tipos de fundidos en el cine: ¿cómo se usan para contar historias? Treintaycinco Mm. https://35mm.es/tipos-fundidos/



